Dick Meister
17/12/2006
Por voluntad de la administración Bush, los granjeros y muchos otros estadounidenses seguirán expuestos al bromuro de metilo, uno de los pesticidas de mayor riesgo para la salud pública.
El bromuro de metilo es tóxico a tal punto, que un tratado internacional firmado por más de 180 naciones en 1987, el Protocolo de Montreal, prohibió su uso en todo el mundo a partir de 2005. Pero un vacío en el tratado ha permitido a la Administración Bush esquivarlo a lo largo del pasado año, siendo así que este mes [noviembre 2006] los agricultores de Estados Unidos han resuelto seguir utilizando miles de toneladas del veneno hasta, por lo menos, 2008.
A pesar de las objeciones por parte de las naciones europeas y del tratado del comité técnico de trabajadores, a los Estados Unidos se les ha consentido una vez más exceptuarse de la prohibición apelando a una cláusula del tratado que permite la utilización de bromuro de metilo, si no hay alternativas viables.
Representantes de los Estados Unidos consideran que los cultivadores de fresas y de otros 100 cultivos más en California, Florida y otros estados deben utilizar bromuro de metilo para exterminar insectos, roedores y plagas que amenazan los cultivos.También reclaman que lo necesitan para la recolecta y para profilaxis en la manufacturación alimenticia, en las áreas de almacenamiento y en los envíos a mercados extranjeros.
Como ya han constatado los cultivadores de otros países, existen productos químicos y métodos alternativos de cultivo tan efectivos como el bromuro de metilo, pero que no crean riesgos serios para la salud. No tiene importancia, dicen las autoridades de Estados Unidos; los otros métodos costarían demasiado y pondrían a los cultivadores de los Estados Unidos en desventaja competitiva respecto a unos cultivadores extranjeros que se sirven de trabajadores pagados con sueldos bajos, y no de pesticidas, para controlar las malas hierbas y las plagas.
La preocupación mayor de la comunidad internacional ha sido que la proliferación del uso del bromuro de metilo está dañando seriamente la capa de ozono de la Tierra y por ello expone a la población en cualquier lugar al cáncer de piel, cataratas y otros achaques causados por la exposición a las radiaciones ultravioletas.
No menor preocupación debería causar el grave efecto que el pesticida está teniendo sobre cientos de miles de personas innecesariamente están expuestas al mismo. El bromuro de metilo es, de hecho, un gas nervioso, y puede causar graves daños al cerebro y al sistema nervioso de las personas expuestas a él, no menos que a los pulmones, a los riñones,a los ojos y la piel. Puede causar defectos congénitos. Y puede matar.
Como poco, las víctimas pueden sufrir temblores incontrolables, vómitos, desmayos, daños en la memoria, dolores de cabeza, flojera persistente, náuseas, inflamación de labios y lengua, dolores musculares inusuales, inflamaciones dñermicas, fatiga y parálisis en las manos, pies, brazos y piernas.
Entre los afectados se encuentran no sólo granjeros y otras personas que trabajan directamente con el bromuro de metilo, sino también personas indirectamente expuestas al veneno por su progresiva acumulación en las zonas donde había sido utilizado. Incluidos niños en las escuelas y habitantes de los alrededores.
Hay miles de casos documentados de este tipo de problemas a lo largo de las dos últimas décadas, así como muchas pruebas científicas de que el uso del bromuro de metilo resulta extremadamente dañino para la capa de ozono.
Es ridículo que la Administración Bush continúe apoyando el uso del pesticida arguyendo el mayor coste de las alternativas y las supuestas presiones competitivas por parte de unos cultivadores extranjeros que se sirven de métodos más baratos para el control de las pestes.
Los Estados Unidos tienen con diferencia la industria agrícola más grande, provechosa, exitosa y competitiva del mundo. Sin embargo, se tarta de una industria de todo punto dominada por algunas de las corporaciones empresariales más ricas y que mayor apoyo han dado al presidente Bush. Quien, huelga decirlo, está deseoso de devolverles los favores, liberándoles de la servidumbre de tener que emplear una parte de sus beneficios en favor de un medio ambiente más limpio y seguro para el resto de nosotros, incluidos sus propios trabajadores.
Dick Meister es editor y periodista especializado en temas ecológicos
Traducción para www.sinpermiso.info : Teresa López
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