Reino de España: se extiende la lucha en defensa de la sanidad pública. Dossier

Matilde Iturralde

Aurora Báez Boza

José Carmona

Carlos Barra Galán

Albert Martí

22/01/2023

SP viene siguiendo con atención el desarrollo de las luchas populares en defensa de la sanidad pública. No ocurren solo en el Reino de España. Modelos como el NHS británico se encuentran hoy desmoronándose, mientras que en un sistema privatizado como el de EEUU se repiten las luchas de los trabajadores de la sanidad. El modelo público sanitario, uno de los pilares del Estado de Bienestar, se encuentra amenazado por una parte por la falta de financiación -para hacer frente a las crecientes necesidades de una atención de calidad a una población que envejece, los retos de la pandemia de Covid-19 y el resurgimiento de enfermedades infecciosas- y, por otra, por los intentos de extender el negocio de la sanidad a través de la concertación y la gestión privada.

Después de años de movilizaciones de la "Marea blanca", la lucha por la defensa de la sanidad pública parece llegar a un momento decisivo ante el colapso de la atención primaria y, en consecuencia, de todo el modelo hospitalario que se sustenta sobre ella. Los informes en este sentido de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública no pueden ser más alarmantes. A pocos meses de las elecciones municipales y autonómicas y a once de las generales, la defensa de la sanidad pública será uno de los elementos centrales de la removilización popular para evitar la victoria de las derechas.

Recogemos hoy en este dossier análisis sobre la situación de la sanidad pública en la Comunidad Autónoma Vasca, gobernada por el PNV, y en las Comunidades de Andalucía y Madrid, gobernadas por el PP. seguida de una crónica de la reciente manifestación que ha tenido lugar en Terrassa, en la que han confluido médicos, pacientes y distintos sectores de los movimientos sociales en defensa del patrimonio común sanitario.

 

Osakidetzakoa

Matilde Iturralde

Si se quiere mantener la capacidad asistencial del sistema público, ¿no sería una buena cosa quitar todas las desgravaciones a los seguros privados de salud? ¿No sería una buena medida terminar con las concertaciones con la sanidad privada?

Hace un par de años los responsables de la gestión de la plantilla de Osakidetza crearon una plataforma en internet para centralizar las relaciones con los y las trabajadoras y la denominaron "Osakidetzakoa-Plataforma del empleado". Si se piensa un poquito, con un nombre tan plano la dirección de personal al menos consiguió una relativa sensación de pertenencia y también de privilegio, porque trabajar para cualquier campo de la administración sigue siendo un sueño para muchísima gente en nuestra sociedad, y también porque ser de Osakidetza sigue siendo de alguna manera aportar al mantenimiento de la manoseada «joya de la Corona» de la administración vasca. Esa joya que ha ido perdiendo todo su esplendor en la última década, de manera que ya con mucha dificultad se puede diferenciar del resto de sistemas de salud de las comunidades vecinas.

En esa disociación trabajamos muchas en Osakidetza desde hace años, poderes políticos y económicos, porque ya no necesitan legitimar su gestión y puede manipular y desinformar a la opinión pública sin grandes dificultades.

A esa manipulación contribuye sin duda la aparición de falsos debates que, como las buenas prácticas de propaganda, en su desarrollo traen implícitas igualmente las soluciones más convenientes para los que mandan y sus intereses.

La percepción de la realidad siempre está condicionada por las circunstancias de la mirada. Así, una gravísima crisis sistémica como la que percibimos muchas de las que trabajamos en Osakidetza no es tan evidente para una buena parte de la población. De ahí el reducidísimo costo electoral que produce este deterioro desde hace una década. Frente a esta realidad, los responsables políticos de Osakidetza esgrimen continuamente cifras imposibles de contrastar ni de contestar.

Alguien me ha dicho hace poco que a menudo los números son un trampantojo que ocultan la realidad. Porque el paciente que no consigue una cita en un tiempo razonable con su médica de toda la vida, la imposibilidad de ser valorado en una consulta hospitalaria sin correr una carrera de obstáculos o acabar muriendo en una cama del hospital separado por una cortinilla de otro paciente en el final de su vida, se cuantifican pobremente. Y aún es más difícil cuantificar la situación de los sistemas invisibilizados y despreciados por los responsables políticos como son los centros de asistencia primaria urbanos y rurales.

Desde que los jefes de servicio del Hospital Donostia se soliviantaron por las torpes medidas de la dirección médica han ocupado decenas de titulares de prensa. Un conlicto de intereses particulares y de egos hiperventilados se ha elevado a categoría de problema fundamental, cuando en realidad se trata de ordenar un poquito el reparto de privilegios y clientes entre los servicios hospitalarios más lejanos aún de la democracia, la participación y el mérito que el resto del sistema.

Y ahora aparece la exclusividad de los médicos como nuevo debate estrella justo cuando desde la Asistencia Primaria se denuncia que no faltan médicos de familia, sino que los que se forman se van porque no quieren trabajar en un buque que se hunde irremediablemente. Pero es que, además, en el último año, también se ha iniciado el desvío de médicos hospitalarios a la sanidad privada dejando más de un servicio desmantelado. Si se quiere mantener la capacidad asistencial del sistema público, ¿no sería una buena cosa quitar todas las desgravaciones a los seguros privados de salud? ¿No sería una buena medida terminar con las concertaciones con la sanidad privada que solo hacen que crezca su cuenta de resultados sin mejoría real de la salud de la población? ¿No se contempla por parte de los grupos políticos abrir un debate serio sobre una nueva ley de sanidad y un plan de salvamento real de Osakidetza? La exclusividad estuvo en su momento y fue un complemento salarial que se acabó modiicando para ser por in café para todos. Parece una medida accesoria poco más. Desde mi larga experiencia en la medicina de familia, me gustaría hacer una oferta desinteresada a nuestros representantes políticos: pidan una cita en sus respectivos centros de salud y hablen con sus administrativas, enfermeras y médicas y admiren a sus limpiadoras... y luego, tal vez, saquen alguna conclusión.

https://www.naiz.eus/eu/iritzia/articulos/osakidetzakoa

 

Sanidad en Andalucía: recortes, abandono de las periferias y huelga de médicas

Aurora Báez Boza

Los sindicatos de médicos convocan huelgas para el 20 y el 27 de enero en un contexto de precariedad en la Atención Primaria en toda la comunidad.

“Hay un malestar enorme entre los profesionales médicos, la situación es muy seria, estamos enfermando e incluso planteándonos salir del sistema”, comenta Carmen González Uceda, médica del Centro de Salud de Alameda-Perchel en Málaga capital y representante del Sindicato Médico de Primaria. Este sindicato ha convocado a partir del 20 de enero la huelga indefinida con el objetivo de poner el foco sobre el colapso de la Atención Primaria y la precariedad a la que los profesionales son sometidos, unas condiciones laborales que no se ajustan a las presiones derivadas de la falta de inversión que hace que las profesionales acaben migrando a otros lugares o a la sanidad privada.“Nunca sabes qué carga de trabajo vas a tener en mi centro, concretamente se ha incrementado el número de citas y se ha disminuido el tiempo en paciente”, se queja González de la excesiva carga de trabajo que conllevan los recortes.

Desde el Sindicato de Médicos de Andalucía, Rafael Carrasco también insiste en poner el foco en la situación de los médicos en la región. “Existe un porcentaje demasiado elevado de médicos que tienen una presión asistencial por encima de lo soportables, que tienen 55, 60 y 65 pacientes al día. Y eso supone tener dos minutos o tres para atender a la paciente. Por tanto, la situación de un médico en Primaria de Andalucía es de una sobrecarga inasumible en los últimos tiempos”. El SMA también ha convocado una jornada de huelga y reivindicaciones, en este caso el próximo 27 de enero.

Esta realidad no solamente afecta a las condiciones laborales de las profesionales, sino que también suponen un perjuicio para las pacientes. “Si a un paciente lo ves dos minutos no tiene tiempo para explicar lo que le pasa ni el médico tiene tiempo para revisar su historia, muchos pacientes de los que acuden a la Primaria son pacientes de una edad avanzada, a muchos de ellos hay hasta que ayudarles a subirse a la camilla o ayudarles a desvestirse para poder ocultarles. Si no se tienen más de dos o tres minutos es imposible hacer un trabajo correcto”, sostiene Carrasco.

El Colectivo Marea Blanca de Andalucía lleva años reclamando una sanidad digna para todas las personas que habitan la comunidad. José Brieva uno de sus representantes, explica que “la gente está esperando 30 días para que nos den la cita. Es insostenible y muchos son derivados a cita telefónica que no resuelven nada”.

Desde Marea Blanca además exigen la estabilización de 12.000 sanitarios contratados como refuerzos covid cuando en realidad forman parte de la plantilla a efectos prácticos, además de la contratación de 8.000 médicas más para cubrir las necesidades de los centros de salud en los que las jubilaciones no han sido cubiertas. Además de la construcción y dotación de los centros públicos necesarios u obsoletos y una dotación adecuada para salud mental y aumento de personal de cuidados en residencias de mayores.

Situación agudizada en las periferias

La situación de insostenibilidad de la Atención Primaria se encuentra más agudizada en las zonas periféricas del territorio, donde el abandono y la falta de inversión están llevando a muchos barrios y pueblos a movilizarse para evitar el cierre o los recortes en los servicios de salud que han utilizado durante toda la vida.

El 13 de diciembre de 2021, los vecinos de los barrios del Cerro-Amate en Sevilla se manifestaron ante la supresión del servicio de pediatría en el ambulatorio de la zona. Una manifestación que fue seguida por cientos de vecinas y fue reprimida por la policía, según comentaron los vecinos participantes. “La gota que colma el vaso es la retirada de pediatras de los centros de salud de barrios obreros y pueblos, centralizando al estilo europeo. Nos los han quitado en Amate, Palmete, Torreblanca, Pino Montano, distintos pueblos... La excusa es que están de baja pero, ¿por qué no contratan más cuando es algo tan generalizado? La realidad es que lo están haciendo poco a poco, de forma sutil y sin que nos demos cuenta, para que no podamos responder”, afirmaba en el periódico local El Topo la plataforma de vecinos a principios del año 2022. Una situación que es reflejo de la que viven otros barrios populares de la comunidad como la Mojonera (Almería), Los Gallos (Chiclana) o Los Rosales (Huelva).

Una coyuntura que también preocupa especialmente en las zonas rurales del territorio andaluz. El pasado 12 de enero las vecinas de Lebrija (Sevilla) ocuparon el centro de salud de la población para protestar por la insuficiente cobertura sanitaria del municipio. “La falta de médicos de familia y pediatras hace que a la persona quiera visitar a su médico porque tenga algún problema de salud, le trasladen la cita hasta 40 días”, comenta Tito Giménez, vecino participante en el encierro y en las movilizaciones que se llevan sucediendo en los últimos meses. Las habitantes de Lebrija exigen que se cubra la totalidad de la plantilla de médicas para poder atender a la población que cuenta con más de 27.000 ciudadanas, además de que el pueblo sea declarado como zona de difícil cobertura sanitaria.

Otro caso similar ocurre en la localidad malagueña de Teba en la que el pasado 17 de octubre sus servicios de pediatría fueron reducidos al 50%, un hecho que se suma a la falta de personal médico. Esta realidad está llevando a las vecinas de Teba a tener que acudir ante cualquier consulta médica a los servicios de urgencia del hospital de Antequera, a media hora en coche de la localidad. El alcalde de Teba, Cristobal Corral, hace hincapié en las consecuencias de la falta de recursos en la sanidad de la localidad. “Hay gente que está destinando dinero para su salud, de sus ahorros para ir a clínicas privadas, a para hacer una cosa que durante décadas era gratuito y se podía hacer en el consultorio médico de Teba. También hay una consecuencia ideológica, que la gente asume que el consultorio médico no es la primera opción cuando una persona tiene un problema, eso es gravísimo”.

La respuesta de la Junta de Andalucía ante todas las movilizaciones que se están sucediendo es, como señala Corral, “dar capotazos” incidir en la falta de dinero o en las consecuencias de la gestión socialista del gobierno general. “Estamos viendo cómo hay dinero en los presupuestos de Andalucía destinados a sanidad que se está dedicando a conciertos privados e inversión en farmacéuticas. Pero no se está invirtiendo en contratar a un pediatra, por lo menos para permanecer como lleva 20 años en los consultorios”.

El pasado 12 de enero el viceconsejero de Salud, Miguel Ángel Guzmán, atribuía la convocatoria de huelga de médicas en Andalucía a un “contagio de otras comunidades” e insistía en que en Andalucía huelgas como esta “no tienen sentido”. Sin embargo, cada día son más las localidades y los barrios que se ven obligados a salir a la calle para evitar el cierre de los servicios sanitarios que llevan utilizando toda la vida.

https://www.elsaltodiario.com/sanidad-publica/sanidad-andalucia-recortes...

 

"Hay un millón de madrileños sin médico"

José Carmona

Un nuevo encierro de médicos, ahora en el barrio de Manoteras, tiene como objetivo visibilizar la lucha contra la precariedad en la sanidad pública y forzar al Gobierno de la Comunidad Madrid a tomar medidas.

"¿Qué haría una peluquera en cinco minutos con un cliente? ¿O un carpintero? Pues eso mismo pienso yo sobre mi trabajo", clama una médica de familia presente en la nueva y original protesta de los médicos de Madrid para defender la sanidad pública. Ante el desgobierno, activismo social.

Aproximadamente un centenar de vecinos del madrileño barrio de Manoteras se han acercado a curiosear. Unos 25 facultativos, todos ataviados con sus batas blancas, han accedido al local Asociación Vecinal Manoteras dispuestos a encerrarse como forma de protesta simbólica con el fin de visibilizar la necesidad de una negociación con Isabel Díaz Ayuso y el Gobierno de la Comunidad de Madrid para desbloquear la huelga de médicos de cabecera y pediatras, que supera las seis semanas sin acuerdos ni acercamientos.

Berta Hidalgo, una médica de familia en un centro de salud en el Barrio de la Concepción, es una de las organizadoras de este novedosa jugada: "Tenemos cuadrantes para turnarnos. Hoy dormiremos unas siete personas aquí, pero irá variando. Haremos brainstormings para pensar formas de protesta y propuestas para la sanidad pública", relata a Público durante la inauguración del acto.

La caótica reforma diseñada por el Gobierno de Ayuso para las Urgencias extrahospitalarias, la falta de financiación de la Atención Primaria, la fuga de talentos ante los contratos laborales que se ofrecen en la capital y la falta de interés por parte del Ejecutivo de negociar con los huelguistas en busca de un acuerdo han provocado que los sanitarios se encierren hasta nuevo aviso. Como hicieron en la Consejería de Sanidad antes de Navidad, pero en un local donde nadie puede expulsarlos y desde donde pretenden construir un altavoz que conecte con la ciudadanía.

"En un buen día atiendo 'solo' a 50 personas"

De este modo, un espacio de lucha y resistencia para los vecinos de Manoteras ahora estará ocupado por médicos, que rotarán para combinar la huelga, la cobertura de los servicios mínimos y el encierro. Un local que estará vivo y que se usará como punto de información para que la ciudadanía sepa qué está pasando en la sanidad pública. "Hemos limitado nuestra actividad aquí para que ellos se instalen", cuentan Antonio y Jose, dos vecinos que trasladan una nevera a una habitación donde los médicos se reunirán a diario para constuir alternativas que presentar a Isabel Díaz Ayuso para reformular la Atención Primaria.

"Es una iniciativa muy especial. Hay un millón de madrileños sin médico de familia o pediatra asignado. Cada vez les ve uno distinto y pueden beneficiarse de las cualidades de la Atención Primaria. Aquí va a haber siempre médicos para que la presidenta o el consejero de Sanidad vengan a negociar cuando ellos quieran. La población no entiende que no hayan estado en ninguna de las negociaciones", ha declarado Ángela Hernández, secretaria general de AMYTS, presente en el acto.

Aún son más las dudas que las certezas. Solo saben que dormirán en la llamada Sala de los Espejos, que recuerda a las aulas de los gimnasios donde se practica spinning y yoga, sobre colchonetas y sacos de dormir. La idea es asentarse y el tiempo dirá qué sale de esta congregación promovida por la desesperación profesional.

"En mi centro, una médica se ha ido a trabajar a una tienda de ropa"

"En mi centro hay dos médicas jóvenes que lo han dejado. Una, después de dos meses, se ha ido al negocio de la estética. Otra, directamente, se ha ido a trabajar a una tienda de ropa. Son talentos que se pierden, inversiones en educación que no se reportan", asegura otra médica de un centro de salud de Pinto, que va a la huelga porque sus condiciones de trabajo hace tiempo dejaron de ser soportables: "En un buen día atiendo solo a 50 personas", sostiene.

Según el Comité de Huelga que pretende negociar con Ayuso y el Gobierno del PP, en el último año unos 280 profesionales recién formados han rechazado los contratos ofrecidos por la Consejería de Sanidad y desde noviembre de 2021 se han perdido 251 pediatras. De ahí que parte de las mejoras que se demandan sean contractuales: contratos de larga duración y no de pocos meses para dar algo de estabilidad al mercado.

https://www.publico.es/sociedad/sanidad-publica-grupo-medicos-encierra-l...

 

Llegó la hora de una respuesta contundente

Carlos Barra Galán

Comienzo a escribir este artículo, justo cuando se acaba de hacer público que la reunión que hoy han mantenido responsables de la Consejería de Sanidad con el comité de huelga (representando a los médicos de familia y pediatras de Atención Primaria) ha concluido sin acuerdo, y en consecuencia mañana se vuelve a la situación de huelga indefinida de estos profesionales que, además de sus lícitas reivindicaciones laborales, están denunciando que no pueden realizar en condiciones aceptables su trabajo como facultativos, lo que implica un deterioro en la calidad de la asistencia prestada.

No me ha causado extrañeza alguna la falta de acuerdo en la citada reunión, pues creo que el dúo Ayuso-Lasquetty no tiene interés alguno en mejorar la situación de la Atención Primaria y de la sanidad pública madrileña en su conjunto.

El actual Consejero de Hacienda, que tuvo que presentar su dimisión como Consejero de Sanidad en el gobierno presidido por Ignacio González en enero de 2014, a consecuencia del enorme rechazo que los ciudadanos y los profesionales manifestaron en las calles (mareas blancas) a su plan privatizador, es hoy uno de los personajes que dificultan más que puedan encontrarse vías de solución a los conflictos existentes.

El más grave de ellos hoy, es sin duda, la persistencia de la huelga por la negativa del gobierno Ayuso de atender las justas reivindicaciones de los profesionales que la secundan, pero hay otros también muy graves como por ejemplo la persistencia de cierre de varios centros y servicios de la urgencia extrahospitalaria y la reapertura sin suficiente personal de los otros.

En el ámbito hospitalario el colapso de los servicios de urgencia en bastantes hospitales de la Comunidad con pacientes permaneciendo en ellos en condiciones muy lamentables, es otro problema grave que tampoco parece importar mucho a la Presidenta Ayuso y su gobierno, que siguen enterrando cientos de millones de euros en el hospital Zendal, que día sí y día también, presenta unos niveles de actividad ínfimos lo que supone un grado superlativo de despilfarro y mal uso de dinero público.

Hagamos un breve repaso histórico. El demoledor escenario actual que presenta la sanidad madrileña no ha surgido de manera espontanea e inesperada, sino que es la consecuencia de la política sanitaria llevada a cabo por los sucesivos gobiernos del Partido Popular en la Comunidad de Madrid; una política sanitaria que, tenía y tiene como objetivo el desarrollo de una sanidad dual, donde el sector privado tenga un protagonismo relevante y los centros públicos acomoden sus recursos de forma que no pongan en peligro los enormes beneficios de las empresas privadas sanitarias.

La llegada de la pandemia puso de manifiesto la extrema debilidad del sistema sanitario público madrileño, que tenía su origen en los brutales recortes llevados a cabo en los años anteriores. Incluso en esa gravísima situación la política sanitaria del gobierno Ayuso estuvo más dedicada a poner en marcha procesos de dudosa efectividad que beneficiaban a empresas del sector privado, que a garantizar la mejor atención sanitaria posible a las personas que lo necesitasen.

Lo ocurrido en las Residencias de mayores con la aplicación de los protocolos de la vergüenza, que propiciaron que miles de ancianos muriesen sin recibir la atención médica a que tenían derecho, fue una muestra clara de la forma de actuar del gobierno del Partido Popular en la Comunidad de Madrid. Me parece inaudito que esa actuación de los responsables sanitarios del gobierno Ayuso no se haya sustanciado aún con la presencia de algunos de ellos ante los Tribunales de Justicia.

Hoy, superada en principio la pandemia, la situación de la Sanidad Madrileña no ha mejorado en absoluto sino que incluso el deterioro se ha hecho aún más evidente. El cierre durante más de dos años de los servicios de urgencia extrahospitalarios, la reapertura reciente de algunos de ellos en condiciones lamentables, con falta de médico en bastantes casos, en otros sin personal de enfermería, supone que muchos ciudadanos de las zonas rurales puedan encontrarse en una situación donde necesitando con premura una atención sanitaria no la puedan recibir por falta del profesional cualificado para darla, con el consiguiente peligro para la restauración de su salud.

Los Centros de Salud, con sus plantillas sin cubrir en muchos de ellos y con una sobrecarga asistencial extrema, particularmente en los distritos más vulnerables de la capital y en las ciudades del cinturón sur, no pueden aguantar más.

Después de más de dos décadas en las que la sanidad pública madrileña ha ido sufriendo un deterioro intenso y continuado, que en la actualidad se manifiesta de manera descarnada en la situación de derrumbe total de la Atención Primaria, en mi opinión se hace imperativo y urgente que la sociedad madrileña responda de manera contundente y organizada para poner fin a esta destrucción programada del sistema sanitario público de nuestra Comunidad Autónoma.

Una parte importante de la sociedad ya se ha sentido interpelada, ha comenzado a percibir la gravedad de la situación, ha sentido en carne propia no tener médico de familia asignado (más de medio millón de personas), no tener pediatra de Atención Primaria en sus Centros de Salud, ha visto como no se cubrían las vacantes de médico que se producían, ni tampoco en la mayoría de casos las bajas por enfermedad de los facultativos, ha sentido con preocupación cómo las demoras para ser visto por su médico crecían de forma importante, y en consecuencia ha constatado la absoluta necesidad de movilizarse en defensa de su derecho a la salud y a una asistencia de calidad prestada por el servicio sanitario público.

Así muchos barrios de la capital y ciudadanos de ciudades y pueblos de la Comunidad, se han organizado a través de plataformas, movimientos vecinales y asociaciones diversas, y en defensa de su sistema sanitario público han llevado a cabo concentraciones y manifestaciones en muchos de esos lugares.

La histórica manifestación del pasado 13 de noviembre, que llenó las calles de Madrid con cientos de miles de ciudadanos en ellas, mostró el camino a seguir para impedir que el Partido Popular y su gobierno destruya definitivamente la Atención Primaria y el sistema sanitario público madrileño en su conjunto.

En este escenario, se hace necesario interpelar también al resto de profesionales y trabajadores de la sanidad pública madrileña, toda vez que el conflicto actual en la Atención Primaria no les puede ser ajeno. El maltrato y la soberbia con que el Gobierno autonómico trata hoy a los médicos en huelga, puede repetirse con los profesionales del ámbito hospitalario ante cualquier conflicto.

Las sociedades científicas y entidades corporativas que representan a muchos de estos profesionales, es necesario levanten sus autorizadas voces para exigir con contundencia y firmeza se comiencen a abordar con urgencia los graves problemas existentes en el sistema sanitario público madrileño, pilar esencial del estado de bienestar y elemento  clave en el mantenimiento de la cohesión social.

Si podemos convenir que el malestar es hoy un hecho en la mayoría de los profesionales y trabajadores sanitarios madrileños, tal y como muchos de ellos manifiestan cuando se habla con ellos, se hace necesario también interpelar al conjunto de organizaciones sindicales del sector, que no pueden sentirse ajenos a ningún conflicto serio que se produzca en la sanidad pública madrileña

Los partidos políticos de la izquierda madrileña, hoy en la oposición, defensores todos de un sistema sanitario público potente, deben mostrar ante la ciudadanía que otra forma de hacer política sanitaria es posible, y la mejor manera de hacerlo es presentar propuestas y medidas concretas encaminadas a parar la deriva peligrosa que hoy tiene la sanidad madrileña.

La Atención Primaria madrileña no aguanta más, su caída producirá efectos muy negativos en los centros hospitalarios y todo el sistema corre serio peligro.

Huir de intereses particulares, de tacticismos interesados, de protagonismos absurdos, eliminar desencuentros antes establecidos, se hace ahora imprescindible. Hoy, desde la unidad, es una obligación cívica plantar cara a quienes quieren demoler la sanidad pública madrileña.

https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/defensa-sanidad-publica-...

 

Terrassa responde en defensa de la sanidad pública

Albert Martí

El 14 de enero más de 10.000 personas se manifestaron en Terrassa (ciudad de 225.000 habitantes, a 20 km de Barcelona) en defensa de la Sanidad pública. Una de las manifestaciones más masivas en la ciudad. Convocaron 83 entidades locales y de las cercanas Rubí, Sant Cugat, Sabadell y Viladecavalls, entre ellas destacaban las AAVV, los sindicatos, las organizaciones de los sanitarios, como Metges de Catalunya, y otras como las de la vivienda o feministas.

He aquí una nueva ola en la tormenta que se ha desatado en todo el país, de la que la huelga de la sanidad madrileña constituye el primer embate. Ya están anunciadas huelgas de médicos en Catalunya, Andalucía, País Valencià, Aragón, Extremadura y Navarra. Y no parece que la protesta pueda reducirse a reivindicaciones corporativas, sino que afecta al conjunto del sistema de Salud.

Porque la población entera es víctima de un empeoramiento creciente de los servicios. 

Desde 2010, y especialmente desde 2012 los recortes han reducido los salarios y estancado las plantillas, han encarecido los medicamentos y han eliminado las inversiones. La incidencia de la COVID ha extremado las consecuencias de los recortes, engrosando las listas de espera, deteriorando la atención primaria hasta límites difícilmente imaginables y sobrecargando el trabajo de los profesionales.

El envejecimiento de la población tiende a agravar el problema. Y los bajos salarios provocan que muchos de los sanitarios que se forman aquí se vayan al extranjero. Todo ello en un contexto general favorable a la privatización de la sanidad, en el que los gobiernos reducen el gasto en el sistema público provocando su obsolescencia mientras las entidades privadas redoblan sus ofertas. 

Está claro que las movilizaciones actuales no pueden limitarse a exigir un alivio, sino que deben plantear un giro completo: el refuerzo del sistema público y la superación de sus insuficiencias, de forma que llegue a ser un servicio de salud verdaderamente universal, gratuito y de calidad. Y para ello es necesario combinar las demandas y la organización de los profesionales sanitarios con las de toda la población.

Veamos cómo se ha hecho en el caso de Terrassa.

Aquí, hablar de sanidad es hablar de Mutua, el grupo que realiza la mayoría de la actividad sanitaria en la ciudad y alrededores. Mutua fue creada en 1900 por la poderosa patronal textil, y desde entonces ha sido el eje de la sanidad, como mutua patronal, como entidad colaboradora y ahora como concertada. Aunque coexiste con el Consorci Sanitari (otro concierto, éste con participación municipal), su papel es tan hegemónico que muchos ciudadanos llegan a ignorar su naturaleza privada. Mutua es dirigida por la cúpula patronal de Terrassa, y se ha convertido en un gran grupo, con laboratorios, empresas de logística y limpieza sanitaria, inmobiliarias, aseguradoras, etc. Por supuesto, tiene también su propia clínica privada, Áptima, que comparte locales y personal con los servicios concertados.

Los datos disponibles otorgaron a Mutua el título de peor hospital español el 2018; sus listas de espera triplican la media de Catalunya, sus urgencias se colapsan y su personal está sometido a una dura sobreexplotación. Además, sus cuentas son opacas, es evidente el uso de los recursos concertados por parte de Áptima, y se ha llegado a facturar una misma operación a la parte pública y a la privada.

El gobierno municipal, presidido siempre por los socialistas y ahora por Ballart, salido de sus filas, nunca ha osado enfrentarse a Mutua.

Ante esta situación, hace 10 años se creó la Plataforma en defensa de la Sanidad Pública. La Plataforma se ha hecho cargo de la defensa de las personas afectadas por las listas de espera o por la desidia en el diagnóstico, en la intervención o en el seguimiento, apoyando sus reclamaciones y demandas. Se ha entrevistado repetidas veces con la directiva de Mutua, con el Ayuntamiento, con los responsables del Servei Català de Salut con objeto de conseguir la atención de los casos urgentes, y más en general, para sacar las cuentas a la luz pública.

A la vez, ha establecido lazos con las asociaciones vecinales y con los sindicatos, así como con las organizaciones que forman la Marea Blanca.

La Plataforma intentó llevar al pleno municipal una moción para que el CATSALUT rompa el concierto con Mutua y asuma los servicios, pero ni el PSC ni Esquerra Republicana quieren solicitarlo, temen el enfrentamiento con la patronal. Esta moción se presentará próximamente en el Parlament, aunque sólo la CUP y los Comuns la apoyan.

Aún si no se llega a la supresión de los conciertos, es indispensable acabar con el modelo público-privado que predomina en Catalunya y asegurar que la administración controle el gasto de la concertada, pues de lo contrario no puede garantizarse siquiera que un supuesto incremento del gasto público destinado a la atención primaria se aplique efectivamente en ésta.

De todas formas, la realidad empuja a la acción. Y los efectos de la crisis sanitaria son profundos; incluso los que pagan una entidad privada experimentan la degradación del servicio.

En noviembre un conjunto de entidades ciudadanas se reunía para preparar la movilización, que ahora ha conseguido una de las mayores afluencias de los últimos años.

El Manifiesto firmado por las entidades convocantes reclama, entre otras medidas, la construcción de un centro de urgencias de atención primaria (CUAP) que ayude a descongestionar el colapso actual. No plantea la ruptura del concierto con Mutua, pero eso no es ahora lo que más importa. Es la organización, como el caso de la Plataforma, y sobre todo el crecimiento de las movilizaciones, las huelgas y manifestaciones, lo que puede obligar a los partidos a plantear medidas enérgicas para revertir la situación de la sanidad.
Y en eso estamos.

www.sinpermiso.info

Es médica rural de familia en el sistema sanitario vasco.
Corresponsal de El Salto diario.
Corresponsal, especializado en temas sanitarios del diario digital Público.
Médico especialista del sistema nacional de salud.
Pedagogo, es un veterano activista social en Terrassa, Catalunya.
Fuente:
Varias

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