Los intentos de desacreditar a la UNRWA amenazan su financiación

Daniel Falcone

15/02/2024

El Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (conocido como UNRWA, por sus siglas en inglés) se creó en 1949 para proporcionar apoyo y seguridad a los refugiados de Palestina desterrados inicialmente de la guerra de 1948. El trabajo de la UNRWA abarca principalmente Gaza, Cisjordania, Jordania, Siria y Líbano.

La agencia proporciona servicios sociales básicos, atención médica, educación, asistencia sanitaria y ayuda a los palestinos desplazados. La función principal de la UNRWA es garantizar ayuda a los millones de personas afectadas por la ocupación. Lo que diferencia a la agencia de, por ejemplo, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), diseñado para ayudar a los refugiados de todo el mundo en general, es el trabajo especializado de la UNRWA y su papel en centrarse en la singularidad del complejo y continuo politicidio de Palestina.

La UNRWA tiene sus detractores y se le considera un obstáculo para la paz. Algunos sostienen que la agencia no es neutral. Afirman que el grupo está politizado y confunde el estatus de los refugiados para mantener la fuerza de la organización a expensas de abordar los problemas a los que se enfrentan los palestinos. Como ocurre con la mayoría de las instituciones sólidas, también se enfrenta a acusaciones de corrupción, despilfarro e incompetencia financiera. Además, recibe críticas por carecer de seguridad para proteger a sus miembros.

Pero, ¿cuáles son las últimas acusaciones y detracciones contra la UNRWA?

Según The New York Times, "no está del todo claro".

Patrick Kinglsey y Ronen Bergman informaron recientemente de que:

"Funcionarios de la ONU y estadounidenses se refirieron a las afirmaciones de que algunos empleados de la UNRWA podrían haber estado "implicados" en los ataques del 7 de octubre, pero no dieron más detalles sobre esa implicación ni dijeron si incluía alguna de las peores atrocidades cometidas ese día".

El Departamento de Estado se refirió a 12 empleados acusados y despedidos -la UNRWA no ofreció un número-, pero no está claro qué tipo de trabajo hacían o qué rango tenían. También está por ver si las investigaciones arrojarán más acusaciones de este tipo.

The Wall Street Journal informó de que "las pistas estuvieron ahí todo el tiempo".

Según David Luhnow y Carrie Keller-Lynn:

"Durante años, los trabajadores humanitarios internacionales y el ejército israelí han informado de alijos de armas encontrados ocasionalmente en escuelas gestionadas por la UNRWA, la organización que durante décadas ha proporcionado escolarización, asistencia sanitaria y otras ayudas a los refugiados palestinos en Gaza".

Se enteraron de la existencia de túneles subterráneos bajo las instalaciones de la UNRWA y del robo por parte de Hamás de combustible y ayuda proporcionados por la agencia. Algunos tuvieron enfrentamientos con profesores por los libros de texto que promueven el odio a los judíos y a Israel.

Jonathan S. Tobin escribió en The Jewish Press, el mayor semanario judío independiente de Estados Unidos, que "la UNRWA existe para ayudar a combatir la guerra para erradicar a Israel". Tobin parece pensar que cualquier político, activista, periodista o académico que intente dar un contexto a la UNRWA, en términos de política, alcance y escala, está movido por un esfuerzo por expresar y promover el odio o el antisemitismo.

Si la UNRWA no estuvo involucrada en lo que básicamente funcionó como una tercera intifada, entonces ¿qué es lo que probablemente está pasando con la agencia y cuáles son las políticas de la motivación en tachar al grupo de "terroristas"? El presidente del Instituto de Derecho Internacional, Stuart Kerr, declaró recientemente que:

"UNRWA-USA es una organización benéfica con sede en EE.UU. -independiente de UNRWA- que existe para que los estadounidenses puedan hacer donaciones deducibles de impuestos que se destinan a UNRWA. No creo que la "congelación" fuera una acusación INSTITUCIONAL de "ayuda y consuelo al terrorismo", sino que un pequeño número (¡de los miles!) de empleados locales de UNRWA PODRÍAN haber participado en el atentado. Ya veremos. Podría tratarse de política: la acusación se formula el día de una sentencia desfavorable del Tribunal Mundial de La Haya (desde la perspectiva de Israel). El bufete de abogados que durante tanto tiempo ha representado a la UNRWA-USA (de forma gratuita) renunció a su representación cuando el gobierno estadounidense anunció la congelación de la financiación de la UNRWA. He proporcionado algunas sugerencias a los amigos de UNRWA-USA en su búsqueda de una nueva representación legal".

El experto en relaciones internacionales Stephen Zunes me lo explicó:

"La última vez que lo comprobé, la UNRWA había suspendido a varios empleados (algunos de la lista no están en la UNRWA) a la espera de una investigación. La cuestión principal es que incluso las faltas muy graves cometidas por menos de diez personas de los 30.000 empleados da la UNRWA no significan que haya un problema con la organización. [Esto] me recuerda a las [tonterías] sobre los Cascos Blancos. Sí, algunos de sus voluntarios estaban realmente con Al Nusra, pero eso no deslegitima a la organización".

El historiador de Oriente Próximo Lawrence Davidson declaró:

"Creo que es otra pista falsa, como la acusación de delitos sexuales contra Hamás. Por lo que sé, se basa en "confesiones" obtenidas bajo tortura de prisioneros de Hamás.  La respuesta occidental, tomada de forma vergonzosamente coreografiada, ¡es igual de escandalosa! No hay pruebas definitivas, sólo 12 de los miles de empleados de la UNRWA han sido acusados, y sin embargo Biden y la mayoría de los líderes europeos están dispuestos a convertirse en cómplices de la hambruna masiva. La única verdad aquí es que ellos son los verdaderos criminales. Biden es el presidente más patético que ha tenido este país desde que Andrew Jackson intentó un genocidio contra los cherokee".

Además, el ex relator especial de la ONU sobre los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados desde 1967, Richard Falk, indicó que:

"Había cierta base para la afirmación de la implicación de algunos de sus miles de empleados. No es sorprendente que gazatíes sometidos a décadas de opresivo terror estatal israelí se sintieran atraídos a apoyar iniciativas de resistencia, especialmente en este momento de liderazgo sionista extremista en Tel Aviv, mucho antes del 7 de octubre. El hecho de despedir a una docena o más de empleados de la UNRWA tiende a corroborar la acusación".

El razonamiento de Falk sobre esta posibilidad también incluía la peculiaridad del momento de la acusación:

"Teniendo en cuenta el momento de la denuncia israelí, el día después de la sentencia de la CIJ, y el heroico papel de socorro y refugio que costó a la UNRWA la muerte de más de un centenar de empleados, la respuesta de desfinanciación, especialmente dadas las consecuencias humanitarias de negar el socorro a los gazatíes supervivientes, es una nueva habilitación del genocidio".

El relato de Falk sobre Israel y su fabricación de acusaciones contra la UNRWA y su eficacia como forma de castigo no carece de fundamento. Democracy Now! acaba de informar de que Israel ha puesto en su punto de mira a la agencia de oficinas belga que siguió financiando a la UNRWA desafiando al Sagrado Estado.

Ante las crecientes amenazas de desfinanciar la agencia y desacreditar sus esfuerzos en la prestación de ayuda humanitaria, los donantes se han unido para restablecer la confianza en el grupo. Aunque no está claro si las acusaciones son ciertas, las motivaciones para vincular a la UNRWA con Hamás sin muchas pruebas son bastante claras. En primer lugar, socava una agencia de 30.000 miembros que supone la amenaza de un buen ejemplo: una gran entidad con capacidad para promover formas constructivas de ayuda como la política y la resistencia. En segundo lugar, las acusaciones, de ser ciertas, pueden descalificar al grupo, descalificando así una ayuda crucial al tiempo que presentan a Estados Unidos e Israel como las democracias modelo, que intentan conseguir la paz frente a unos 9 descontentos en una organización de 30.000 miembros.

A pesar de lo terrible que es Hamás, lo que no está tan claro es el alcance de la organización Hamás en primer lugar. La académica Tithi Bhattacharya señaló recientemente la entrevista del profesor Rashid Khalidi en From the River to the Sea: Essays for a Free Palestine, editado por Sai Englert, Michal Schatz y Rosie Warren. Khalidi declaró que:

"Hamás es un movimiento político con un ala militar. Tiene elementos culturales, religiosos e ideológicos, algunos de los cuales son imposibles de extirpar. Se puede decir que hay un ala militar e Israel puede intentar destruir esa ala militar por completo, pero no se puede destruir o eliminar a Hamás per se.

Fue un movimiento que ganó unas elecciones en 2006. Estamos hablando de una pluralidad y no de una mayoría, pero mucha gente votó por él. Tiene una enorme red de servicios sociales, ramas políticas, etcétera.

También representa una idea de resistencia y una idea de una especie de sociedad islámica. No se puede extirpar eso sin matar a cientos de miles de personas. ¿Podría Israel derrotar al ala militar de Hamás? Posiblemente. ¿Podría eliminar completamente a Hamás de la Franja de Gaza? No".

En la misma línea que Khalidi, un agudo conocedor de la política de Nueva York, Michael Kinnucan, comentó que "la información sobre [la] historia de la UNRWA es simplemente asombrosa", refiriéndose al titular del New York Times del 28 de enero. Sostiene que no era noticia en absoluto, y que el descubrimiento por parte de Israel de que el mayor partido político de Gaza (Hamás) trabaja para uno de sus mayores empleadores, es análogo a descubrir que miembros del Likud trabajan en el sistema escolar israelí. Kinnucan declaró que "a nadie en ningún gobierno del mundo le sorprende esto". Aparte de la complejidad y las partes móviles de la guerra, una cosa es cierta a medida que salen a la luz más hechos relevantes para el asunto; el mundo necesita apoyar a la UNRWA concretamente porque, como señala el ministro de Asuntos Exteriores de Noruega, Espen Barth Eide:

"UNRWA es mucho más que una organización humanitaria. Representa un compromiso de la comunidad internacional con los refugiados palestinos. Sus operaciones son también fundamentales para la presencia de otras organizaciones humanitarias en Gaza".

Mientras la ministra francesa de Asuntos Exteriores, Catherine Colanna, y un grupo independiente investigan y observan las actuaciones de la UNRWA, más allá de este turbio asunto sigue la preocupación por el destino de los palestinos.

El mundo está observando.

 

es profesor, periodista y estudiante de doctorado en el programa de Historia Mundial de la Universidad St. John's de Jamaica, NY, así como miembro de los Socialistas Democráticos de América. Reside en Nueva York.
Fuente:
Counterpunch, 12 de febrero de 2024
Traducción:
Antoni Soy Casals

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