Grecia: ante las elecciones europeas

Antonis Davanellos

26/05/2024

El líder ultraneoliberal del partido de derechas griego, el primer ministro Kyriakos Mitsotakis, ha diseñado la campaña electoral de su partido en torno a la afirmación de que «la economía es nuestra arma más eficaz en estas elecciones».

Sin embargo, hay pocas pruebas que respalden esta afirmación. Es cierto que el crecimiento del PIB en Grecia (+2,2% en 2023 y 2,2% previsto para 2024) es ligeramente superior al débil crecimiento de la Unión Europea (UE). Pero esta comparación puede ser engañosa. Quince años después del inicio de la crisis, el PIB griego sigue siendo un 24% inferior al de 2008. Es difícil encontrar otro país europeo que haya perdido una cuarta parte de su capacidad de producción en tiempos de paz. A pesar del monstruoso ataque a los derechos sociales y laborales durante los memorandos (2011-2018), el capitalismo griego no ha logrado encontrar una salida a esta regresión en los últimos 15 años.

A pesar de todo, está claro que prevalece un estado de ánimo optimista entre los grandes capitalistas y la alta clase media, tradicionalmente alineadas con la clase dominante en Grecia. No es difícil entender por qué: las consecuencias de la catástrofe de 2008 y del difícil periodo que siguió hasta hoy no han afectado por igual a todos los sectores de la población.

Nikos Christodoulakis, socialdemócrata y ex ministro de Economía (2001-2004) -uno de los artífices del ingreso de Grecia en la eurozona- señaló recientemente que tras el terrible ataque a los salarios y las pensiones en el periodo 2011-2018, «la proporción de los salarios y las pensiones en el PIB en 2023 ha caído 4,4 puntos en comparación con 2019, pasando del 59,3% al 54,9% (Ameco, 2024). Simétricamente, la parte de los beneficios empresariales ha aumentado en 4,4 puntos, del 40,7% al 45,1%. Esto significa que, en términos relativos, los asalariados han perdido 10.000 millones de euros en 5 años, y no hay ninguna esperanza realista de que esta situación insoportable mejore en los próximos años».

Esta política de redistribución permanente de la renta a favor del capital y en detrimento del trabajo puede describirse en términos marxistas como un esfuerzo comprometido, sistemático y despiadado por aumentar la tasa de explotación de quienes tienen que trabajar para ganarse la vida.

Había otra razón más para alimentar el optimismo capitalista: la distribución de los fondos europeos proporcionados por el plan de recuperación de la UE para 2020 (Next Gen EU). Es un secreto a voces en la política griega que la administración Mitsotakis distribuyó estos fondos de forma clientelar, favoreciendo a determinados grupos capitalistas, según su fuerza y cercanía al gobierno. Como resultado, ha habido un desprecio total por cualquier aspecto estratégico en la asignación de fondos, el apoyo a las infraestructuras y, en consecuencia, las perspectivas a largo plazo de la economía. El ejemplo más elocuente es la financiación de la red ferroviaria, cuyo trágico estado quedó expuesto públicamente por la colisión mortal de dos trenes en Tempé [28 de febrero de 2023]. Mientras que Rumanía ha destinado el 17% de los fondos europeos de reactivación a la modernización de su red ferroviaria y Polonia el 12%, el gobierno griego ha destinado… ¡sólo el 0,71%!

La escandalosa distribución de los fondos europeos para reforzar sectores específicos y sobre todo a amigos cercanos a Mitsotakis, ha tenido efectos colaterales. Las crecientes tensiones entre el gobierno y el oligarca Vagelis Marinakis (importante armador, magnate de los medios de comunicación y propietario del popular club de fútbol Olympiakos Piraeus…) se han convertido en un peligroso quebradero de cabeza para Mitsotakis.

¿Qué impacto ha tenido esta política en la mayoría de la sociedad? Según los datos proporcionados por el Ministerio de Economía, basados en la renta imponible declarada para 2023, ¡el 53% de la población vive con menos de 10.000 euros al año! La renta media declarada de todos los asalariados (es decir, incluidos los de las rentas más altas) es de apenas 15.000 euros al año. Con estos salarios, y unas pensiones aún más bajas, las clases trabajadoras luchan por sobrevivir en un país que registra, trimestre tras trimestre, la mayor tasa de inflación de todos los Estados miembros de la UE, especialmente en los bienes de consumo cotidiano como los alimentos, el combustible y la energía. Al comienzo del periodo electoral, un artículo del Financial Times describía a los trabajadores griegos como «los más pobres de Europa».

Con este telón de fondo, otros aspectos de la política gubernamental son igual de duros. El proyecto de ley presentado por el Ministerio de Trabajo, que entrará en vigor justo después de las elecciones europeas, suprime la protección de la semana laboral de 5 días, legalizando una semana laboral de 6 días sin costes/penalizaciones adicionales para las empresas. El mismo proyecto de ley prevé una larga lista de sectores en los que se autorizará una semana laboral de 7 días, ¡abriendo el camino a una semana laboral legal de 56 horas (7X8)! Muchas personas inmigrantes instaladas en Grecia desde los años 90 han ido abandonando progresivamente el país, donde cada vez es más difícil ganarse la vida dignamente. El resultado es la aparición de lo que se conoce como el problema demográfico, en particular la disminución de la proporción de la población en edad productiva. Esto tendrá un gran impacto en el sistema de seguridad social. El gobierno afirma que sólo puede garantizar el nivel actual -mísero- de las pensiones hasta 2027, y que después de ese año serán necesarias medidas de emergencia. La prensa generalista advierte de que, para 2030, la edad de jubilación tendrá que aumentar hasta los 73 años -actualmente es de 62 por 40 años cotizados, y de 67 por 15 años-, mientras que el nivel actual de las pensiones tendrá que descender un 30%.

Estas decisiones y perspectivas están minando el impulso electoral de Kyriakos Mitsotakis. Al fijar lo que sería un éxito electoral para su partido en las elecciones europeas, el propio primer ministro situó el listón en el 33%, un 8% menos que el resultado de Nueva Democracia en junio de 2023 (41%). Según las encuestas y las declaraciones de algunos veteranos parlamentarios de derechas (como Nikitas Kaklamanis, ex ministro y partidario de una corriente conocida como derecha popular), ni siquiera será fácil de alcanzar este modesto objetivo.

Las dificultades electorales de Mitsotakis se derivan de la tendencia a la abstención (que aplastó a SYRIZA en las últimas elecciones y ahora amenaza con repercutir también en la derecha) y de la presión ejercida por la extrema derecha.

El partido nacionalista-xenófobo Solución Griega, liderado por Kyriakos Velopoulos, está subiendo en las encuestas hacia los dos dígitos, mientras que el partido ultraconservador fundamentalista religioso Victoria (Movimiento Patriótico Democrático) parece asegurarse un porcentaje cercano al necesario para obtener representación parlamentaria. Estas fuerzas, así como los diversos fragmentos de Amanecer Dorado, muestran la existencia de un público atraido por la extrema derecha que tiende hacia la marca del 20%.

Mitsotakis ha respondido con un esfuerzo oportunista para atraer parte del voto de extrema derecha. Camino de las elecciones europeas, se anunció la puesta en libertad de Nikos Michaloliakos, el Führer de Amanecer Dorado, condenado a muchos años de cárcel por las actividades delictivas de la organización neonazi. El pretexto que utilizó en su anuncio para la anulación de la sentencia fueron los problemas de salud de Michaloliakos. Mientras tanto, Nueva Democracia ha concedido a Fredi Beleri un puesto en su candidatura. Fredi Beleri es un conocido miembro de la minoría étnica griega de Albania. Actualmente se encuentra detenido en prisiones albanesas por intentar comprar votos para ser elegido alcalde de Himara [en el sur de Albania, en las elecciones parlamentarias de mayo de 2023]. En la década de 1990, Beleri militó en el Frente de Liberación del Norte del Epiro (MAVI, según sus siglas en griego), una organización nacionalista militarizada que pretendía provocar una guerra greco-albanesa mediante sus propias actividades armadas en la frontera. En su momento, fue detenido en Grecia y declarado persona extremadamente peligros, mientras que hoy se le celebra como candidato del partido gubernamental al Parlamento Europeo.

La eficacia de estos gestos de Mitsotakis hacia las fuerzas de extrema derecha es más que equívoca, ya que legitiman aún más su propia agenda. En vísperas de las elecciones, la inflación de debates públicos sobre la minoría griega en Albania da impulso a Kyriakos Velopoulos, presidente del partido Solución Griega, y a toda la corriente del nacionalismo griego extremo.

Las sucesivas manifestaciones masivas de estudiantes y agricultores, las huelgas de trabajadores, la ola de indignación provocada por el asesinato masivo de Tempé y el desastroso impacto de las inundaciones en Tesalia han demostrado que Kyriakos Mitsotakis era y sigue siendo vulnerable. Pero para que un gobierno caiga, alguien tiene que hacer un intento serio de derrocarlo. El arma secreta de Mitsotakis es el liderazgo político del líder de SYRIZA, Stefanos Kasselakis (en el cargo desde el 24 de septiembre de 2023) y la debilidad política del líder del PASOK, Nikos Androulakis (en el cargo desde el 12 de diciembre de 2024).

La campaña electoral de Stefanos Kasselakis está llena de sorpresas para los miembros y cuadros de izquierda que quedan en SYRIZA. Ha hecho declaraciones que demuestran que no tiene escrúpulos. Por ejemplo, pidió una reducción más audaz del… impuesto de sociedades; también declaró que la OTAN era una ¡sacrosanta alianza defensiva! Ha hecho declaraciones que demuestran que no tiene ni idea y que es frívolo, como cuando sugirió aumentar el gasto público en sanidad al… 5% del PIB, cuando el programa de su partido pide el 7,5% y Mitsotakis ya gasta el 5,75%. Ha promovido a políticos de derechas para las elecciones y a la dirección del partido, como Evagelos Antonaros, antiguo portavoz de Nueva Democracia, y Aris Spiliotopoulos, alto asesor del ex primer ministro Kostas Karamanlis. También demolió cualquier último vestigio de funcionamiento colectivo dentro de SYRIZA. Cuando Mitsotakis anunció la candidatura de Fredi Beleri, Kasselakis decidió aceptar el reto organizando una gira electoral por los pueblos del sur de Albania donde la minoría griega tiene una fuerte presencia. Este asunto es más delicado de lo que podría parecer a distancia: el lema «Liberemos el Epiro del Norte» ha sido una preocupación central de la derecha nacionalista en Grecia desde los oscuros días de la guerra civil y la dictadura militar.

Está claro que Stefanos Kasselakis pretende establecer un nuevo tipo de partido radicalmente diferente: una formación parcheada, orientada hacia el centro político, que dé prioridad a la captación de votos a través del modo de vida y de las redes sociales, que mantenga una estrategia euroatlántica, que rompa todos los lazos con las tradiciones y los símbolos de la izquierda, al tiempo que permanece abierta a una posible alianza con la derecha en una posible era post-Mitsotakis.

Kasselakis ha puesto el listón marcando el éxito electoral en junio en el 17% y un segundo puesto. Si tiene éxito, completará la transformación de SYRIZA deshaciéndose de los últimos vestigios de quienes aún recuerdan (y sirven de referencia) los orígenes efectivamente izquierdistas del partido. Si fracasa, se hundirá y su aventura en la política griega, así como su estancia en Grecia, probablemente llegarán a su fin.

En el PASOK, la dirección de Nikos Androulakis se enfrenta a una difícil constatación: una cosa es que un grupo de burócratas domine las elecciones internas de un partido en declive y otra muy distinta construir una corriente política fuerte e inspirar esperanzas y aspiraciones.

En este contexto, a pocas semanas de las elecciones europeas, la campaña electoral se está desplazando hacia la derecha. Tiene un contenido conservador. Está dirigida por los aparatos y se caracteriza por una demagogia superficial. El resultado será una indiferencia masiva, reflejada en una tasa de abstención probablemente récord. Esto renovará la vitalidad del gobierno de Mitsotakis, pero con menos fuerza política real, una fuerza que se pondrá a prueba en los turbulentos tiempos que se avecinan.

Las campañas de la izquierda (Partido Comunista, ANTARSYA, MERA25-Varoufakis) destacan claramente en este panorama político general, pero hasta ahora no han logrado ningún avance serio. En lo que respecta a DEA, llamamos a votar a la izquierda, es decir, a votar a estas tres formaciones, sin defender a ninguna de ellas. Sería positivo que se reforzara la fuerza electoral de este espacio de la izquierda, pero estamos convencidos de que cualquier cambio serio en el actual estado de cosas depende de la movilización tras las elecciones. La sociedad griega sigue al borde de la crisis y la salida será resultado de luchas a más largo plazo que la toma de temperatura que supondrá la jornada electoral europea.

 

Periodista, es miembro de la organización de la izquierda alternativa griega DEA y director de su publicación Ergatiki Aristera.
Fuente:
http://alencontre.org/europe/grece-la-situation-economico-politique-a-lapproche-des-elections-europeennes.html
Traducción:
Enrique García

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