Europa no se salvará cambiando el estado de bienestar por armas

Mariana Mortágua

22/02/2025

Europa no se salvará intercambiando el estado de bienestar por armas, asegura la portavoz del Bloque de Izquierda de Portugal. Librar una guerra en nombre de la democracia mientras se deja morir la democracia es un error que las generaciones futuras no perdonarán a los que tomen tal decisión hoy.

En el último mes, vimos a Elon Musk, el ministro especial de Trump, interferir en la política interna del Reino Unido, Alemania, Rumania, Irlanda y la propia UE. El vicepresidente de los Estados Unidos vino a Múnich para apoyar a la AfD, el partido de extrema derecha de Alemania, una semana antes de las elecciones.

La semana pasada, escuchamos que el mismo vicepresidente llama a los gobiernos democráticos "totalitarios" y clasifica las reglas democráticas como "censura". Vimos a un representante del presidente estadounidense dictar que Europa no formaría parte de ninguna negociación sobre Ucrania, pero se le pediría que cumpliera con los términos de ese acuerdo.

Ayer, vimos desde lejos una supuesta cumbre de paz para Ucrania, celebrada entre un representante para asuntos económicos de EEUU, el país que afirma que no tiene nada que ver con Europa, y Rusia, la potencia agresora, pero sin la presencia del país ocupado.

En un comentario posterior, el presidente Trump respondió a su homólogo ucraniano diciendo: "nunca deberían haber comenzado" y agregó lo que estaba buscando: compartir los elementos de las tierras raras de Ucrania, que los oligarcas tecnológicos codician, con Rusia.

Trump y Putin son aliados. Trump y Putin comparten los mismos objetivos: normalizar los regímenes autocráticos y totalitarios -por lo tanto, eligen Arabia Saudí como lugar para esta reunión-, y promover la proximidad de sus oligarquías, dividir zonas de influencia, desestabilizar las democracias de Europa y dominar sus gobiernos a través del apoyo y la financiación de partidos de extrema derecha: AfD en Alemania, Orban en Hungría, Chega en Portugal, los neofascistas en Italia.

Si Trump y Putin son aliados, y si Putin es el enemigo, ¿qué es Trump?

Este simple problema de lógica ha paralizado al liderazgo europeo, incluido el de Portugal, con un nudo. No saben qué hacer, están paralizados por el miedo y estupefactos, como si no estuvieran advertidos de la posibilidad de este momento.

Los gobiernos liberales europeos se han perdido en sus propios dogmas presupuestarios y eurocráticos y en su fe ciega en la OTAN.

Subestimaron el trumpismo, a los oligarcas tecnológicos estadounidenses y la dependencia digital y energética de Europa.

Abandonaron la agenda climática porque pensaron que podrían reemplazar el petróleo ruso con gas estadounidense.

Apostaron por prolongar la guerra de Ucrania sin participar nunca en la diplomacia de la paz, hacia la victoria, dijeron. Boicotearon las negociaciones de paz en Estambul en 2022, que ya tenían el acuerdo de Kiev para una salida de neutralidad, y entregaron a los refugiados kurdos a Erdogan para obtener su apoyo en la OTAN.

¿Y todo esto para qué? La UE está paralizada ante dos emperadores de extrema derecha que establecen entre sí los términos de la rendición de Ucrania, el asalto de la extrema derecha al poder en Europa y la organización de los asuntos mundiales.

La reunión ad hoc convocada por Macron fue un fracaso vergonzoso.

Los líderes europeos están divididos entre las súplicas desesperadas para que Trump no deje de ser amigo de Europa, la absurda aceptación de las demandas de un mayor gasto en defensa, con la intención de beneficiar a la industria estadounidense, o la demanda aún más absurda de un ejército europeo.

Cambian colegios, salud y solidaridad por bombas y drones asesinos, y los únicos que permanecerán a salvo son los partidos de extrema derecha que se alimentan de la degradación del estado de bienestar.

El hecho de que la corriente de la historia nos arrastre hacia el desastre no significa que debamos dejarnos llevar. El pueblo portugués, y los europeos, merecen algo más que estos líderes débiles, desorientados y asustados.

Europa no se afirma al apresurarse a la guerra porque "este no es el momento de la paz", como dijo el canciller socialdemócrata alemán. Se afirma confrontando la locura de los emperadores en competencia, si mantiene la neutralidad activa y logra tratados de no agresión entre los estados europeos, afirmando el poder de la diplomacia y el derecho internacional.

Europa no necesita su propio ejército para garantizar su autonomía.

La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) puede y debe liberarse de las viejas limitaciones de la Guerra Fría y la presencia de Estados Unidos. La OSCE es una necesidad para los pueblos europeos al oeste de Rusia, y ya existe en paralelo con el Consejo de Europa, el organismo garante de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales. Ambas constituyen instituciones internacionales de referencia. Hay más Europa política más allá de los reglamentos de Bruselas.

Europa no se salvará intercambiando el estado de bienestar por armas. Los países de la UE juntos tienen más personal militar en activo que los Estados Unidos o Rusia, y la suma de sus presupuestos de defensa es más alta que la de Rusia y más cercana a la de China.

Librar una guerra en nombre de la democracia mientras se deja morir la democracia es un error que las generaciones futuras no perdonarán a los que deciden hoy. Queda por ver cómo Portugal quiera ser recordado en ese futuro.

Discurso en el pleno del Parlamento portugués, 19 de febrero de 2025.

 

Diputada, es coordinadora del Bloco de Esquerda portugués.
Fuente:
https://www.esquerda.net/opiniao/europa-nao-se-salvara-se-trocar-o-estado-social-por-armas/93935
Traducción:
Enrique García

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