Hugo Blanco
17/02/2008Hugo Blanco (Lima), miembro del Consejo Editorial de SinPermiso, glosa unas declaraciones recientes del Presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar (CSJM) del Perú, Juan Pablo Ramos.
Texto del Presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar del Perú (publicado en el Diario Expreso, el pasado 14 de febrero de 2008 con el título de Nosotros combatimos a Sendero Luminoso y MRTA)
Fue la Justicia Militar la que en 1965 tuvo que intervenir en el proceso a la guerrilla de Hugo Blanco y hace algunos años cuando los grupos subversivos de Sendero Luminoso y el MRTA sembraban el terror en el país, la población y diversos sectores pedían nuestra intervención para juzgar a terroristas y así lo hicimos, por eso es que los militares y policías estamos conscientes de que hemos aportado a la pacificación nacional".
Así lo recordó el presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar (CSJM), Juan Pablo Ramos, quien de esta manera respondió a la Defensoría del Pueblo y a la ONG Instituto de Defensa Legal (IDL) que cuestionan la vigencia de esta instancia judicial actualmente.
"La Justicia Militar Policial es importante para la vida de los pueblos y además ha contribuido a fortalecer la democracia, el estado de derecho, el desarrollo y la pacificación del país", acotó el oficial.
Remarcó que la existencia de este tribunal supremo castrense está garantizada por la Constitución Política del Perú y consideró que este importante sector de la vida nacional contribuyó de manera exitosa al desarrollo nacional, a la democracia y a la pacificación del país.
"El tema sobre la vigencia de la Jurisdicción Militar Policial es un asunto que ya está zanjado, inclusive la Carta Magna vigente señala claramente en su artículo 139 inciso 1 que no existe ni puede establecerse jurisdicción independiente, con excepción de la militar y la arbitral", señaló el presidente del Supremo Tribunal Militar.
Comentario de Hugo Blanco:
El señor Juan Pablo Ramos a propósito confunde la eficiencia en la represión, que es función militar y policial con la función jurídica.
En la nota menciona Fue la Justicia Militar la que en 1965 tuvo que intervenir en el proceso a la guerrilla de Hugo Blanco ..
En primer lugar aclaro que fue un tribunal policial y no en1965 sino a partir de 1962.
No he de hablar de la función de la policía al servicio del mantenimiento del servilismo feudal de los hacendados que él llama fortalecer la democracia. Voy a mostrar las principales aberraciones jurídicas en tanto tribunal:
Los sucesos se desarrollaron en el Cusco, según lo indicaba y lo indica la ley era ahí donde debía efectuarse la audiencia, sin embargo esta se hizo en Tacna.
Estuve incomunicado durante tres años, lo que era y es ilegal.
La audiencia inexplicablemente se realizó ya a los tres años de mi captura.
No hubo reconstrucción de los hechos como manda la ley.
En la toma del puesto policial de Pujiura, apresamos y liberamos sin hacerle daño alguno a un policía, él fue testigo de los hechos, sin embargo no estuvo presente en la audiencia.
Tampoco estuvo en la audiencia el sanitario o enfermero a quien obligamos a atender al policía herido.
Quien quiera constatar estos hechos no tiene más que revisar el expediente del caso.
Sin embargo hay otra aberración de la que desgraciadamente es imposible mostrar pruebas:
Antes de la audiencia fui visitado por un mensajero del Tribunal, tuvimos el siguiente diálogo:
- " Usted está entre la pena de muerte y los 25 años.
- " Lo sé, me lo comunicó mi abogado.
- " Hay una forma en que se salve.
- " ¿Cuál?
- " Usted se hace el enfermo, ratificamos que está enfermo y lo deportamos al país que elija.
- " No, gracias, gozo de perfecta salud.
Aceptar ese trato hubiese sido en primer lugar traicionar al pueblo peruano al no aprovechar la audiencia para denunciar el nefasto rol de la Policía en defensa del servilismo de tipo feudal.
En segundo lugar habría sido traicionar a mis compañeros, pues mientras yo hubiese estado libre en el exilio, ellos, que eran mis subordinados, hubiesen estado presos. Eso de culpar a los subordinados está bien para los Pinochet, los Fujimori, los Alan García, pero no para nosotros quienes luchamos por un
mundo nuevo.
Al contrario, me inculpé de la muerte de dos policías a quienes no maté yo sino mis compañeros, como consta de la pericia balística. Ahora ya puedo decirlo pues la culpabilidad quedó borrada con la amnistía.
Lo acá relatado muestra la calidad jurídica que tienen los tribunales militares y policiales en el Perú que es un país raro que tiene dos Cortes Supremas.
Hugo Blanco es miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO.