Un marxista incorregible: Karl Kautsky y Die Neut Zeit

Michael R. Krätke

25/11/2021

Hoy se le considera un «perro muerto»: para unos, el arquetipo del rígido marxista dogmático, un guardián «de las esencias»; para otros, el patriarca del revisionismo y del oportunismo, caudillo del «marxismo vulgar» y más aún, un «traidor» y un «renegado». Hoy no le cita nadie en la izquierda. Pero nadie marcó tanto a la socialdemocracia alemana y europea hasta la Segunda Guerra Mundial como Karl Kautsky. Kautsky conoció personalmente a Marx, trabajó durante muchos años con Engels, y se convirtió, junto con Eduard Bernstein, en el administrador del legado de Marx y de Engels, designado personalmente por Engels. Kautsky, mucho más aún que Engels, fue el hombre que inventó el «marxismo», lo cimentó y lo difundió. Todos los marxistas del período clásico hasta 1914, desde Luxemburgo hasta Lenin, fueron kautskianos: aprendieron de él, se pelearon con él y acabaron enfrentándose a él. Karl Kautsky fue durante mucho tiempo el primer violín del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) y de la Segunda Internacional, de la que fue principal teórico e ideólogo, sin ocupar cargo alguno.

Kautsky no fue ni un orador formidable ni un brillante polemista. Su influencia política la logró gracias a sus amigos August Bebel, Viktor Adler o Hugo Haase. No tuvo nunca ningún poder. Kautsky era un escritor compulsivo, que ejerció su influencia a través de artículos, libros y panfletos que editó en gran número. [i] Gracias a su enorme productividad logró erigirse en autoridad indiscutida en cuestiones de «marxismo». Como papa de la teoría roja, el legítimo representante de Marx y Engels en la Tierra, estuvo presente en todos los debates teóricos y políticos del SPD y la Segunda Internacional. Este papel lo consiguió gracias sobre todo a su revista, Die Neue Zeit. Como redactor jefe de esta revista, cuyo primer número se publicó en enero de 1883 –el año de la muerte de Marx–, proporcionó a la socialdemocracia alemana y europea un órgano teórico como no había existido hasta entonces. La fundó para reunir en ella a la escuela marxista, defender las nuevas lecciones del socialismo científico de Marx y Engels, ponerlas a prueba y desarrollarlas. Incluso en sus mejores momentos no logró una tirada superior a los 10.000 ejemplares, pero se convirtió en el foro del socialismo internacional, lectura obligada para los intelectuales socialistas de Europa y de todo el mundo; tan bien escrita, que no sólo la leían regularmente los intelectuales, sino también los trabajadores con instrucción. Todos aquellos que tenían algún renombre en la intelectualidad socialista europea escribían en la revista de Kautsky : Gueorgui Plejánov, Lev Trotsky, David Riazánov, Rosa Luxemburgo, Paul Lafargue, Jean Jaurés, Anton Pannekoek, Emile Vandervelde, Antonio Labriola, Pablo Iglesias, Hjalmar Branting, sin olvidarnos de Friedrich Engels, Franz Mehring y Eduard Bernstein. [ii] Muchos jóvenes marxistas, como Otto Bauer y Rudolf Hilferding, debutaron en sus páginas. Publicar en Die Neue Zeit era el equivalente en el socialismo internacional a ser ordenado caballero, y el golpe de espada lo daba, personalmente, el patum de la teoría, Karl Kautsky. En esta lista de autores orgullosos de haber publicado en Die Neue Zeit sólo falta uno que, a pesar de todo, era un ávido lector: Vladimir Ílich Lenin. [iii]

La revista de Kautsky era «marxista», puesto que publicó por primera vez numerosos textos originales de Marx y Engels, en una época en la que buena parte de la obra de Marx era completamente desconocida. [iv] «Marxista» porque Kautsky y muchos de sus autores participaron en acalorados debates en el foro de esta publicación sobre los problemas de la época, mostrando a sus lectores lo que «la escuela marxista» podía decir al respeto. Die Neue Zeit marcaba los temas y determinaba los estándares: el socialismo debía ser científico y estar a la altura de la época y a la altura de su ciencia. No había un canon establecido del «marxismo»: Kautsky planteaba los debates y los animaba (por ejemplo, sobre el imperialismo, sobre las crisis, sobre el parlamentarismo, sobre el Estado nacional y el nacionalismo), y les daba espacio (por ejemplo, en el debate sobre el revisionismo). En Die Neue Zeit, que al principio apareció como revista mensual y a partir de octubre de 1890 pasó a ser semanario, podían leerse también artículos sobre economía política, la historia del socialismo o filosofía social, y por supuesto se presentaban los últimos avances de las ciencias. A partir de 1908 contó con su propio suplemento, dirigido por Franz Mehring. Cuando el SPD se escindió en 1917, Kautsky perdió el control de Die Neue Zeit , y unos años más tarde su publicación cesó.

Hasta el programa de Godesberg de 1959 Karl Kautsky influyó de forma decisiva en los programas de la socialdemocracia alemana. Buena parte de los programas de Erfurt de 1891 y de Heidelberg de 1925 los ayudó a redactar Kautsky. Unos programas que el movimiento socialista mundial tomó como modelo. Los comentarios de Kautsky al programa de Erfurt de 1892 fue una especie de catecismo de los socialdemócratas durante el Imperio. A partir de ese libro, que se reeditó y amplió repetidamente, generaciones de camaradas aprendieron lo que era el capitalismo y la lucha de clases, y lo que significaba el socialismo como objetivo del movimiento. [v] En Londres, junto con Engels, Kautsky escribió una popular presentación de El Capital de Marx: “Las lecciones económicas de Karl Marx” (aparecido por primera vez en 1887, 25 ediciones hasta 1930) que transmitió a generaciones de socialdemócratas los conocimientos fundamentales de la economía política. De él aprendieron a leer históricamente El capital de Marx como una teoría del ascenso, auge y finalmente la caída del capitalismo.

Kautsky fue mucho más que un popularizador. Una y otra vez se adentró en terrenos nuevos, ya fuera como historiador (historia del socialismo, historia de la sociedad burguesa, historia del cristianismo, historia de la Revolución francesa), o como economista político, por ejemplo, con su gran estudio sobre el desarrollo del capitalismo en la agricultura. [vi] Sobre todo fue el pensador político de referencia de la socialdemocracia. Quien conoce los numerosos escritos políticos de Kautsky puede desestimar dos de las leyendas más extendidas sobre el 'marxismo': la leyenda de 'la prohibición de las imágenes' y la leyenda del 'ángulo muerto', la supuesta carencia de teoría política. Kautsky no tenía ningún problema a la hora de hablar del socialismo y la inminente "revolución social". En 1902 publicó una verdadera «Guía del Estado futuro» en la que presentó con todo tipo de detalle lo que sucedería «el día después de la revolución social». [vii] Para disgusto de la dirección del partido, Kautsky pronosticó en 1909 una «nueva era de revoluciones» e intentó responder de nuevo a la pregunta «¿qué hacer?». [viii]Durante la Revolución de noviembre de 1918 no tuvo inconvenientes para recomendar lo que había que hacer para lograr la "socialización" y el "socialismo". [ix]Sobre los detalles de la «transición al socialismo», sobre la revolución política y económica, a la que debían conducir, escribió en 1922 para el SPD reunificado un extenso programa. [x]

Según Kautsky, el socialismo no era el objetivo de los socialistas, sino la liberación de la clase trabajadora, de todos los explotados y oprimidos: el socialismo sólo era el medio para conseguirlo. Por eso la forma de socialismo no podía ser indiferente. Sólo la República democrática, con un gobierno parlamentario, podía ser la forma de Estado para la realización del socialismo y la completa emancipación del antiguo proletariado. Se trata de una reflexión consecuente y sistemática, en la medida en que Kautsky veía la democracia moderna (a diferencia de las viejas modalidades) como el resultado de la lucha del pueblo por sus derechos políticos y libertades (de expresión, de reunión, de opinión y de prensa), que son, al mismo tiempo, derechos de participación. El sistema de representación parlamentaria, el Estado constitucional con su división de poderes y derechos iguales para todos, la competición de partidos políticos y el derecho no eran para él «instituciones burguesas» per se, sino formas políticas cuyo contenido político todavía podía cambiar y desarrollarse mucho, y, en consecuencia, estaban abiertas al dominio político del proletariado y a una política socialista consecuente. [xi]

Kautsky quedó fascinado por la Revolución rusa y aprobó la insurrección de los bolcheviques de octubre de 1917. Pero no esperaba más de ella que una señal. Como había mediado con frecuencia en las disputas de la socialdemocracia rusa, conocía a sus actores, principalmente a Lenin, y no confiaba en él. La clara crítica de Kautsky a la política de los bolcheviques tras la toma de poder no gustó nada a los bolcheviques, que la consideraron peligrosa y le pusieron el mote de «el renegado Kautsky», sin demasiadas contemplaciones. [xii]Lenin, Trotsky, Bujarin, Radek, todos se sintieron obligados a escribir un 'Anti-Kautsky'. El propio Kautsky no se quedó de brazos cruzados y durante veinte años largos, desde 1918 hasta su muerte en 1938 en el exilio en Amsterdam, libró una feroz lucha contra el bolchevismo, que consideraba como un terrible error que había conducido al terror organizado, a un espantoso régimen opresor y a la «esclavitud estatal» generalizada, y que no hacía más que infligir daños inconmensurables al conjunto del movimiento socialista. En su rechazo de la Unión Soviética, del leninismo y del estalinismo fue intransigente, en contra, también, de su amigo y discípulo Otto Bauer. [xiii]Allí donde otros veían todavía el fermento y los posibles inicios de un socialismo (del futuro), Kautsky sólo veía un cuartel militar, un Estado policial sin límites, una forma primitiva de capitalismo de Estado y, por encima de todo, «una dictadura del capitalismo de Estado», que era para los obreros la forma más insoportable del capitalismo.

Detrás de esta larga polémica contra el bolchevismo, su obra anterior desapareció casi por completo. Incluyendo su obra principal, un monumental texto en dos volúmenes sobre La interpretación materialista de la historia, aparecido en 1927, un intento de presentación sistemática. [xiv] Karl Korsch y otros la destrozaron sin hacerle justicia, porque Kautsky -que ya no hablaba de marxismo, sino de diferentes «marxismos»-, desarrolló en ella su propia noción de una ciencia social histórica materialista, unida a la historia natural y social y la interpretó. Esta última obra es sobre todo un notable diálogo crítico, reflexivo, diferenciador, con el «Marx burgués», tan querido por Max Weber. [xv] Con un cierto atrevimiento, este libro podría ser descrito como una versión del «marxismo weberiano», un horror para los marxistas «ortodoxos».

Kautsky no era un escritor brillante. Su estilo era a menudo tedioso, su forma de argumentar, con circunloquios, pedante, redundante. Todo ello perjudicó su influencia entre los intelectuales de izquierdas, si se le toma en serio. Pero no fue en absoluto un tocho, y tampoco un dogmático testarudo. Fue el primero que elevó el método específico de investigación crítico del "marxismo", el primero en Alemania que lo describió como una "filosofía de la praxis". [xvi]También fue el primero que se pronunció contra la leyenda del Marx 'joven' y el 'viejo': Marx, que como Engels, eran científicos que investigaban y aprendían, y dado que hacían progresos, sus obras posteriores debían ser a la fuerza mejor que las de juventud, aquellas que ellos mismos abandonaron a la «crítica roedora de los ratones». La imagen leninista del traidor, el oportunista y el renegado es tan falsa como la cultivada por el «marxismo occidental» de un dogmático bastante simple, que concentra todos los pecados originales del marxismo «tradicional»: determinismo, economicismo, reduccionismo de clase, historicismo, y así sucesivamente. El Kautsky histórico fue a menudo mejor que su pésima reputación. Como teórico del socialismo democrático, Kautsky está hoy más vivo en el pensamiento de sus enemigos que de sus amigos.[xvii]     

Notas:

[i] Véase la bibliografía (incompleta) de los escritos de Kautsky realizada por Werner Blumenberg: Karl Kautsky Literarisches Werk , Gravenhage, 1960. Esta bibliografía comprende 1.800 títulos de trabajos originales, más de 200 reimpresiones en alemán y más de 900 traducciones. En el archivo de Kautsky en el Instituto de Historia Social de Ámsterdam se conservan numerosos manuscritos inéditos y sólo una parte de su extensa correspondencia se ha publicado hasta el día de hoy.

[ii] Muchos de los escritos de Engels aparecieron publicados por primera vez en Die Neue Zeit y la serie de artículos de Bernstein 'Los problemas del socialismo', con el que se inició el debate sobre el revisionismo, apareció igualmente publicada por primera vez en esta revista.

[iii] Debemos a la Fundación Friedrich Ebert el inmenso e inapreciable trabajo de poner a disposición de los lectores en su biblioteca digital la edición de Die Neue Zeit de 1883 a 1913. Véase: http://library.fes.de/ cgi-bin/populo/nz.pl  

[iv] En total se publicaron en Die Neue Zeit  53 trabajos originales de Marx y Engels, pequeños y grandes, hasta entonces inéditos. El más conocido de ellos son las 'Notas marginales al Programa del Partido Obrero alemán' (más conocidas como 'Crítica del Programa de Gotha) en enero de 1881, que desató un enorme escándalo. Incluso su amigo Bebel se enfadó con Kautsky y le retiró la palabra durante dos meses.

[v] Véase Karl Kautsky, Das Erfurter Programm, in seinem grundsätzlichen Teil erläutert, Berlín– Bonn, 1965.  

[vi] Véase Karl Kautsky, Die Agrarfrage. Eine Übersicht über die Tendenzen der moderno Landwirtschaft und die Agrarpolitik der Sozialdemokratie , Stuttgart, 1899.

[vii] Véase Karl Kautsky, Die soziale Revolution. I. Sozialreform und soziale Revolution, II. Am Tage nach der sozialen Revolution , Berlín1902.

[viii] Véase Karl Kautsky, Der Weg zur Macht. Politische Betrachtungen über das Hineinwachsen in die Revolution , Frankfurt am Main. 1972.

[ix]  Véase Karl Kautsky, Sozialdemokratische Bemerkungen zur Übergangswirtschaft , Leipzig 1918.

[x]   Véase Karl Kautsky, Die proletarische Revolution und ihr Programm , Stuttgart–Berlín, 1922.

[xi] Ésta fue siempre la posición de Kautsky, expresada por primera vez con detalle en su escrito 'Parlamentarismo y democracia', aparecido por primera vez en 1893.

[xii] Véase por ejemplo el escrito de Lenin 'La revolución proletaria y el renegado Kautsky'.

[xiii] Para una selección de los numerosos escritos de Kautsky críticos con la política de los bolcheviques en Rusia después de la Revolución de Octubre, consulte el volumen editado por Peter Lübbe, Kautsky gegen Lenin , Berlín–Bonn, 1981. 

[xiv] En Dietz Verlag apareció en 1988 una edición abreviada de esta obra, editada por el neto de Kautsky, John H. Kautsky.

[xv] En pocas palabras, Kautsky marcó su oposición contra las formas vulgares del marxismo de su época (y también frente a sus interpretaciones más preciadas): contra el crudo economicismo, contra todo tipo de determinismo (tecnológico), contra todo tipo de ingenuo historicismo, contra todo tipo de equiparación simplista (darwinista) de la evolución y el desarrollo social (véase Karl Kautsky, 'Eine Selbstanzeige', en: Rote Revue , VII, Nr. 6, febrero de 1928 , pp. 161 – 167).

[xvi] Posiblemente animado por el filósofo italiano Antonio Labriola, el primero en hablar de una «filosofía de la praxis».

[xvii] El más noble y culto de sus críticos, el marxista ruso David Riazánov, agradeció a Kautsky el hasta ahora único intento de compilar unas obras completas. Se planificaron 14 volúmenes, en lengua rusa, que debían recoger sus más importantes escritos. Se publicaron 4 volúmenes hasta finales de 1930. Poco después, Riazánov, un erudito y padre de las primeras obras completas de Marx y Engels, fue víctima del terror estaliniano.

es miembro del Consejo Editorial de Sin Permiso, profesor de economía política en la Universidad de Lancaster y colaborador asiduo de Der Freitag.
Fuente:
Catarsi Magazin, 2021
Temática: 
Traducción:
Enrique García

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