La ampliación del aeropuerto de Barcelona: el capital contra la vida

David Companyon

13/08/2021

El gobierno del Estado y la Generalitat han acordado la ampliación del aeropuerto del Prat de Barcelona. De tapadillo y en secreto, a espaldas de la Comisión que se había creado para estudiar sus consecuencias y sin que AENA (una empresa estatal participada por varios fondos multinacionales) hubiera explicado en qué consistía la ampliación.

Una reunión clandestina como excusa para una rueda de prensa en la que la Generalitat "republicana" asumía en el fondo y la forma los planteamientos de AENA, dejando todos los interrogantes por responder e incluso los de aquellos que están a favor de la ampliación, pero que cuestionan esta ampliación.

Es vergonzoso que quien negocia por la Generalitat, el vicepresidente del partido de Puigdemont, paladín de la "confrontación inteligente" con el Estado, se haya "olvidado" de la reivindicación sobre la gestión catalana del aeropuerto. No está mal el sapo que se ha tragado. Cuando se trata de negocios, como en los mejores tiempos de Convergencia, la ‘estelada’ se guarda en el cajón del dinero y ya la sacaremos para el 11 de septiembre. El sector negocios convergente tiene buenos alumnos en Junts per Catalunya.

Da vergüenza que el President del gobierno catalán, Pere Aragonés, alabe el acuerdo. ERC, de nuevo, se muestra incapaz de plantarse ante los sectores empresariales más vinculados al BOE y mantener su programa, que es por lo que le votaron y en el que se mostraba contra la ampliación. Sin embargo, la mayoría de sus agrupaciones del Baix Llobregat se muestran contrarias a un acuerdo hecho sin ningún debate.

Vergüenza que, para el Gobierno más progresista de la historia, la agenda de la transición ecológica en medio de la emergencia climática pactada con Unidas Podemos, queda como lo que es para el PSOE: pura propaganda. El gobierno de coalición queda retratado de nuevo: UP se entera por la prensa y, de nuevo, si discrepa los acusarán de desleales. ¿Irán más allá de las palabras?

No hay palabras para calificar las declaraciones de Puigneró, el vicepresidente, que nos regala algunas perlas como: "será el aeropuerto más verde del mundo”... todo un ejercicio de cinismo una vez se hayan cargado el Delta del Llobregat y el espacio de la red natura 2000 y junto con la ministra, tiran de tópicos con frases de manual sobre la creación de puestos de trabajo, el progreso, un aeropuerto de primera y , con la pandemia de fondo, una inversión de 1.700 M € que nos lleva a un futuro brillante en la recuperación económica . En fin, los mismos argumentos  utilizados para que la gente tragara con los casinos del Barcelona World o ahora con los Juegos Olímpicos de Invierno..., mientras la red de Cercanías, la que utiliza el 90% de la gente, sigue sin inversiones e ir de Barcelona a Tárrega, Manresa o Vic se tarda el mismo tiempo, o más, que hace 100 años y el corredor del Mediterráneo sigue siendo una quimera.

¿Quién gana?

El acuerdo sí tiene algunas certezas. Quién lo apoya son los fondos buitres y las multinacionales que componen el capital de AENA en primer lugar; el conglomerado en torno a la industria del turismo y las empresas del sector del cemento. Ganancias rápidas y seguras que transfieren dinero público a las multinacionales. Ganan los de siempre, parece que da igual quien gobierne. ¿Quién pierde?

A espaldas del territorio y los municipios

Del acuerdo quedan muchos interrogantes y algunas certezas. La primera es que tras el fracaso de la presión de AENA y sectores empresariales sobre el tejido social y municipal que ponía en duda el modelo de ampliación impuesto por AENA y exigía otros estudios para mejorar la conectividad del aeropuerto, la ampliación es una imposición contra el territorio y los municipios del Baix Llobregat y Barcelona con la complicidad del gobierno de la Generalitat.

Destruye el medio ambiente

En medio de la pandemia, que todos los estudios sitúan como una de las consecuencias del modelo globalizador capitalista, y de la emergencia climática, la ampliación del aeropuerto va en la línea de destruir el medio ambiente, en un enclave único como es el Delta del Llobregat, ya muy deteriorado, que la destrucción de la laguna La Ricarda lo dejaría más que tocado. La ampliación es echar cemento sobre la naturaleza.

El informe del IPCC, el comité de expertos científicos de la ONU, pone de relieve algo que ya es una evidencia: la emergencia climática es consecuencia de la acción humana (traduzco: del modelo de producción capitalista, cada vez más depredador) y sus consecuencias ya son irreversibles, o se reducen ya las emisiones de forma drástica o el escenario será devastador como ya estamos viendo de California a Siberia pasando por la cuenca del Mediterráneo.  La ampliación del aeropuerto va en la línea contraria al informe del IPCC.

Un modelo productivo obsoleto

Ya mucho antes de la pandemia estaba en crisis el modelo productivo, basado cada vez más en los servicios vinculados al turismo y que en 2019 había batido récords situándose en el 15% del PIB de Catalunya, llegando a la saturación con casi 40 millones de personas (6 turistas por habitante).

La pandemia dejó las calles, aeropuertos, puertos, hoteles, pisos turísticos y restaurantes vacíos en pleno debate sobre la insostenibilidad de un modelo que conlleva unos beneficios millonarios a unos pocos a costa de sueldos bajos, contratos precarios y encarece el precio de la vivienda expulsando a la gente de sus barrios. Parecería que la pandemia debería haber llevado a la reflexión ante la evidencia de la debilidad de una economía basada en un modelo que necesita para consumir cada vez más recursos para mantenerse, en medio de la emergencia climática. El puerto y el aeropuerto emiten 4 veces más CO2 que toda la ciudad de Barcelona, donde cada año mueren 1.000 personas por contaminación. Pasar de 55 millones de pasajeros a 75 millones, es incrementar en un 33% las emisiones de CO2. 

El acuerdo para la ampliación del aeropuerto se produce en el mismo momento que en medio año ya se han consumido todos los recursos que la tierra genera en un año, concretamente el 20% de la población mundial los ha consumido. Detrás de la ampliación pervive el mito de que el bienestar y el progreso se basa en el crecimiento del PIB y, por tanto, hay que sacrificar lo que sea en el altar de la IBEX35, mito que desmiente que las desigualdades sociales no han parado de crecer.

La ampliación del aeropuerto va en la dirección contraria de lo que el mismo Parlament de Catalunya y el Ajuntament de Barcelona han aprobado: la Declaración de Emergencia Climática en relación al cambio climático, el agotamiento de los recursos energéticos, la destrucción del medio ambiente y la contaminación como causa de la degradación de la salud humana y de la naturaleza.

Soberanía para decidir

Desde otra vertiente, el debate sobre la ampliación del aeropuerto muestra la prácticamente nula capacidad de decisión que tienen las instituciones y la ciudadanía catalanas sobre el modelo de futuro de su economía.

Sorprende que ningún representante del gobierno catalán hiciera ninguna mención a la gestión del aeropuerto, una reivindicación que viene de lejos, pero más aún que un gobierno "republicano" e independentista no sitúe el debate de la soberanía "para decidirlo todo "... en este contexto. La "jugada maestra" del gobierno Aragonés de hurtar a la ciudadanía el debate, despreciando a todas las entidades y municipios afectados, es un paso en el sentido contrario al de conquistar la soberanía como pueblo.

Lo escrito sobre el aeropuerto del Prat sirve también para la ampliación prevista de Barajas. Los aeropuertos de Heathrow (Londres) o el de Ámsterdam ya se están cuestionando la ampliación prevista.

Como tantas otras veces toca movilizarse, salir y ocupar las calles, los espacios y si es necesario, las pistas. Si nuestros gobernantes no han querido entender qué implica la Declaración de Emergencia Climática, no podemos esperar a que lo hagan, se trata del futuro de nuestros hijos e hijas, del futuro de la naturaleza, del planeta, de la vida y no tenemos otra alternativa que pararlo. El 19 de septiembre está prevista la primera manifestación en Barcelona. ¡¡A la calle por la vida!!
 

Ex diputado en el Parlament de Catalunya. Miembro de la Cooperativa Ètic Hàbitat SCCL.
Fuente:
www.sinpermiso.info, 13 de agosto 2021

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