Francia: la apuesta de Macron

Michael Roberts

01/07/2024

Francia vota en dos vueltas el 30 de junio y el 7 de julio en unas elecciones legislativas anticipadas convocada por el presidente Macron después de que su partido sufriera una fuerte derrota en las elecciones al Parlamento europeo de junio. El sistema electoral francés es a dos vueltas: si un candidato obtiene el 50 % o más en la primera vuelta, es elegido. Si no, en la segunda vuelta se enfrentan los dos candidatos mejor situados. Según una encuesta publicada por IFOP el Reagrupamiento Nacional (RN) se situaba en cabeza con el apoyo del 35 % de los votos. El Nuevo Frente Popular (NFP), una alianza de izquierda de socialistas, comunistas y verdes, quedaba en segundo lugar con un 30 % y la formación centrista del presidente Macron, Ensemble, se situaba en tercer lugar con un 20 %.

Si esos resultados se mantienen, ningún partido acumulará suficientes votos para alcanzar el umbral de 289 escaños de la mayoría absoluta en la cámara baja de 577 escaños, la Asamblea Nacional. El partido de Macron ya gobierna sin mayoría después de sus pésimos resultados en las últimas elecciones legislativas de 2022, lo que le ha obligado a buscar coaliciones para aprobar legislación o a usar el edicto presidencial para eludir el voto de la Asamblea.

Según la constitución francesa, aprobada bajo la presidencia de Gaulle a finales de la década de 1950, el artículo 8 establece que el presidente nombra al primer ministro. Por lo tanto, Macron ofrecería el puesto al principal grupo parlamentario. Pero como es probable que sea Reagrupamiento Nacional, Macron podría tratar de formar una coalición con otros partidos. En realidad, el líder de RN, Jordan Bardella, ha dicho que no aceptaría ser primer ministro si su partido no obtiene una mayoría absoluta.

Así que el escenario está dispuesto para la parálisis o posiblemente para una crisis financiera, ya que los inversores extranjeros y las grandes empresas francesas intentarían cubrirse ante una mayoría absoluta de RN. El Financial Times está preocupado. "En el mejor de los casos, un parlamento dominado por los extremos políticos sumergiría a Francia en un período de inestabilidad prolongada. En el peor de los casos, llevaría a la adopción de políticas expansivas y nacionalistas que provocarían rápidamente una crisis económica y social en Francia".

Básicamente, Francia está dividida políticamente en tres campos. Un tercio respalda una Francia pro-UE y procapitalista representada por el "centrista" Macron; un tercio respalda a una Francia nacionalista, anti-UE y antiinmigración representada por el RN de Le Pen; y un tercio respalda a una Francia socialista pro-trabajadores representada por Melenchon y el recién formado Nuevo Frente Popular (NFP).

Francia es una economía clave del G7, la séptima más grande del mundo con 68 millones de personas, que representa alrededor de una quinta parte del PIB de la zona euro. Pero su antiguo pasado global imperialista se ha reducido a ejercer el control sobre el África Occidental francófona (una dominación que está seriamente amenazada) y a tratar de controlar la UE en alianza con Alemania.

En la industria manufacturera, Francia es uno de los líderes mundiales en los sectores automotriz, aeroespacial y ferroviario, así como en cosméticos y artículos de lujo. Tiene una fuerza de trabajo altamente educada y el mayor número de graduados en ciencias por cada mil trabajadores en Europa. Su sector de servicios es grande, liderado por el turismo (Francia tiene el mayor número de visitas turísticas del mundo) y los servicios financieros. Además, Francia es uno de los mayores exportadores del mundo de productos agrícolas y alimenticios y es famosa por su vino, licores y quesos. El gobierno francés ofrece importantes subsidios a este sector y Francia es el mayor exportador de productos agrícolas de Europa. Francia está estrechamente vinculada a su mayor socio comercial, Alemania, que representa más del 17 % de las exportaciones y el 19 % del total de las importaciones de Francia.

Al igual que muchas naciones de Europa occidental, Francia ha experimentado crecimiento débil del PIB real. El crecimiento anual del PIB real ha estado disminuyendo constantemente en los últimos 40 años. Y ahora, en la década de 2020, prácticamente se ha detenido.

La economía francesa ha seguido el mismo patrón que las otras economías del G7 en el siglo XXI: desaceleración del crecimiento económico en la década de 2000, la Gran Recesión, seguida de un crecimiento aún más débil en la década de 2010, junto con la desaceleración del crecimiento de la inversión y el estancamiento de la productividad. La relación entre la inversión y el PIB ha sido volátil, cayendo bruscamente en sucesivas recesiones, pero actualmente está sufriendo una caída récord.

La desaceleración del crecimiento de la inversión productiva generalmente conduce al estancamiento de la productividad laboral y Francia se ve cada vez más afectada. De hecho, la productividad total de los factores (una medida del impacto de la "innovación") ahora está en caida libre.

Como siempre, detrás de este estancamiento relativo se encuentra la caída de la rentabilidad del capital. La rentabilidad del capital francés comenzó a disminuir bruscamente a principios del siglo XXI (la entrada en el euro) y se aceleró después de la Gran Recesión. Mis cálculos sugieren que la rentabilidad promedio está ahora en su mínimo histórico, después de una caída durante la crisis de la pandemia de COVID.

Fuente: Basu-Wasner, EU AMECO, cálculos del autor

No es de extrañar que las quiebras de empresas estén aumentando rápidamente desde la pandemia.

La manufactura continúa contrayéndose. El PMI de HCOB France Manufacturing cayó a 45,3 en junio de 2024 desde 46,4 del mes anterior (una puntuación de 50 significa estancamiento). Fue el decimoséptimo mes consecutivo de contracción en la actividad manufacturera de Francia,

Incluso el Banco de Francia en su último informe tuvo que admitir que "la actividad económica en Francia se mantendrá limitada en 2024 (con un crecimiento anual del 0,7 %) después de una desaceleración significativa en la segunda mitad de 2023". El bajo crecimiento de la productividad y la alta inflación han significado que los ingresos salariales reales han caído, de nuevo como en muchas otras economías del G7. Los salarios reales promedio siguen estando casi un 3 % por debajo de los niveles de 2019.

Fuente: OCDE

Y el crecimiento del empleo se ha detenido.

El Banco de Francia admite que en 2024 "es probable que la inversión empresarial se vea penalizada por una actividad relativamente lenta, así como por los costes de financiación y las condiciones de préstamo". El BdF menciona el desastre geopolítico que la guerra de Ucrania ha significado para Francia (y aún más para Alemania), que ha mantenido las tasas de inflación altas y el crecimiento del PIB bajo. Incluso espera una mayor desaceleración de los salarios nominales de lo que esperaba a principios de 2024 y "no podemos descartar la posibilidad de otra sorpresa a la baja en la productividad empresarial, que podría reforzar la dinámica de los costes salariales unitarios y dar lugar a una presión inflacionaria adicional".

La disminución de los ingresos reales promedio en los últimos cuatro años se suma a la desigualdad de los ingresos y la riqueza en Francia. Aunque las desigualdades de ingresos y riqueza en Francia no son tan extremas como en los EEUU, siguen siendo grotescas. De hecho, la desigualdad ha empeorado en los últimos 40 años. En 1983, el 1 % superior de los que ganan ingresos recibió el 7,5 % de todos los ingresos personales, el 10 %  el 30 % y el 50 % inferior recibió solo el 21,4 %. Para 2022, el 1 % superior aumentó su parte hasta el 12,7 % (un aumento de más del 60 %), mientras que la participación del 10 % superior aumentó al 34,8 % y la participación del 50 % inferior cayó al 20,3 %.

La desigualdad de riqueza (riqueza personal neta) es, como es habitual en todas las principales economías, mucho peor. En 1983, el 1 % superior de los titulares de riqueza poseía el 15,9 % de toda la riqueza personal en Francia, el 10 % superior tenía el 50 % y el 50 % inferior tenía solo el 8,9 %. Para 2022, esas desigualdades empeoraron aún más. El 1 % superior de los titulares de riqueza ahora tenía un 24 % (un aumento superior del 60 %), el 10 % superior ahora poseía el 57,7 % y el 50 % inferior vio caer su participación en la riqueza personal a solo el 5,1 % (una disminución del 48 %).

Fuente: Laboratorio Mundial de Desigualdad

En su último informe, el Observatoire des Inégalités pinta un cuadro de un país donde las brechas en los niveles de ingresos y los niveles de vida entre los más ricos y los menos ricos se están ampliando. La brecha del nivel de vida mínimo del 10% más rico se ha mantenido alrededor de 3,28 veces mayor que el nivel de vida máximo del 10% más pobre.

Las elecciones de este fin de semana no afectan a la presidencia, que sigue siendo el principal poder constitucional. Emmanuel Macron estará en ese puesto hasta mayo de 2027. La Asamblea Nacional tiene poderes limitados, aunque el gobierno y la Asamblea establecen el presupuesto y la política económica. Pero dado lo que ha sucedido con los niveles de vida y los servicios públicos en Francia bajo sucesivos gobiernos, no es de extrañar que el entusiasmo por las elecciones a la Asamblea haya disminuido.

En 2018, la participación electoral fue inferior al 50 % por primera vez, en comparación con casi el 65 % a principios de la década de 2000. El Reagrupamiento Nacional puede convertirse en el partido más grande de la Asamblea después del fin de semana, pero el verdadero ganador serán los abstencionistas.

Si RN obtiene una mayoría absoluta, esto probablemente asustará a los mercados financieros durante un tiempo. Lo que preocupa a las grandes empresas y al sector financiero es el gasto público "incontrolado" y el aumento de la deuda pública. RN planea ayudar a las (pequeñas) empresas con impuestos más bajos. RN reduciría la edad de jubilación a 60 años, revirtiendo el reciente aumento forzado de Macron a los 64 años. RN afirma que aumentará los beneficios para los ancianos y los niños, al tiempo que mantendrá la semana laboral en 35 horas y las horas extras libres de impuestos.

Por lo tanto, la política económica de RN es anatema para el capital francés y atractiva para los trabajadores franceses, pero se combina con medidas racistas y nacionalistas. Los musulmanes y otros inmigrantes perderían el derecho a trabajar en varios puestos públicos y sus familiares podrían ser deportados. El líder de RN, Bardella, dice que los inmigrantes no tienen nada que temer de su gobierno "mientras se comporten bien".

Las grandes empresas esperan que RN sea domesticado en el gobierno y por la amenaza de la "disciplina del mercado" a medida que aumenten los costes de la deuda. Esperan una repetición del papel muy aceptable adoptado por la primera ministra de la "derecha" de Italia, Meloni, que ha encajado muy bien en todas las políticas de la Comisión europea y la OTAN. En la práctica, Con RN no habrá un ataque real a la hegemonía de las grandes empresas francesas. Las políticas de RN en una Francia capitalista con su bajo crecimiento y rentabilidad son utópicas. No se satisfarán las necesidades de mano de obra ni del capital.

Cuando analizamos el programa del NFP, encontramos un utopismo similar, incluso si está tratando de promover los intereses del trabajo sobre el capital. Su programa económico es un plan de estímulo económico de 100 mil millones de euros financiado con préstamos del gobierno y cierta nacionalización en sectores como la red de autopistas. El NFP aumentaría el gasto público, aumentaría los salarios mínimos y del sector público, congelaría los precios de los elementos esenciales, aumentaría los impuestos a los ricos, crearía puestos de trabajo para reducir la tasa de desempleo al 6 % y también, al igual que RN, reduciría la edad de jubilación a 60 años. Pero las grandes empresas y las finanzas no quieren que el gasto público aumente. Para ellos, la austeridad es necesaria: el déficit presupuestario del gobierno francés está creciendo.

Y eso hace que la deuda pública supere los límites acordados bajo las normas fiscales de la zona del euro.

Hay que frenarlo. Pero lo que los apologistas económicos del capital francés ignoran es por qué han aumentado los déficits y la deuda del gobierno. No se debe al gasto "excesivo" del gobierno en bienestar y beneficios, etc.; es porque Francia, al igual que otras economías del G7, ha sufrido una serie de desplomes y caídas financieras, de manera que el sector público ha tenido que rescatar al sector privado. Y el lento crecimiento de la producción, la inversión y los ingresos ha reducido los ingresos fiscales y ha aumentado el gasto público en relación con el PIB. La solución no es la austeridad, sino la inversión pública planificada a través del control de los sectores estratégicos de la economía francesa para aumentar la producción, la inversión y los ingresos.

Pero tales políticas serían aterradoras para el capital francés. Así que optará por el gobierno racista de RN frente al NFP de izquierda, lo que no es ninguna sorpresa. Véase la opinión de Olivier Blanchard, economista ortodoxo francés y ex jefe del FMI. Tanto los programas de RN como los de las Izquierdas son malas noticias, pero para Blanchard el peor es el programa del NFP, a pesar de las políticas racistas y antiinmigrantes de RN. ¿Por qué?

Según Blanchard, hay dos tipos de programas de izquierda. Está "el socialdemócrata, que trata de igualar las oportunidades y redistribuir sin destruir los incentivos para crear y producir". (Con esto Blanchard quiere decir que mantiene el capitalismo). Y luego está "el revolucionario, que va mucho más allá, que es casi confiscatorio por naturaleza" ¡horror! Blanchard: "como socialdemócrata, creo en la igualdad de oportunidades, en la mejora de la educación, en la redistribución de los ingresos de los ricos a los pobres", pero el programa del NFP "solo puede conducir, como muchos de sus predecesores, a una catástrofe económica".

En su habitual arrogancia quijotesca, Macron apostaba que, al convocar las elecciones, con la ayuda de los medios de comunicación y la opinión pública mayoritaria, podía asustar a los votantes para no votar a los "extremos" de derecha o izquierda, y así restaurar la estabilidad política del capitalismo francés. Si las encuestas son correctas, esa apuesta fracasará.

Los principales pronósticos económicos y oficiales intentan poner cara valiente y esperan que Francia salga de su estancamiento y se recupere modestamente en 2025.

Pero son esperanzas más que expectativas. Y ahora el capital francés se enfrenta a la parálisis política en el mejor de los casos o a un golpe perjudicial en el peor de ellos.

 

habitual colaborador de Sin Permiso, es un economista marxista británico, que ha trabajado 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.
Fuente:
https://thenextrecession.wordpress.com/2024/06/29/france-macrons-gamble/
Traducción:
G. Buster

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