Economía y capitalismo "progresistas"

Michael Roberts

21/05/2025

La semana pasada asistí a una conferencia de un día organizada por el Foro de Economía Progresista (PEF). PEF es un grupo de expertos económicos de izquierda británico que asesoró a los dirigentes laboristas Corbyn-McDonnell cuando estaban al frente del Partido Laborista Británico. El objetivo de PEF es "reunir un Consejo de economistas y académicos eminentes para desarrollar un nuevo programa macroeconómico para el Reino Unido". El consejo de PEF quiere "avanzar en las políticas macroeconómicas que aborden los desafíos modernos de la crisis ambiental, la inseguridad económica, las desigualdades sociales y económicas y el cambio tecnológico y fomentar la implementación de políticas para ellas trabajando con los responsables políticos progresistas y mejorando la comprensión pública de la economía". La única propuesta de política específica que pude encontrar en su declaración de objetivos fue que el PEF "se opone a la austeridad y a la ideología y narrativa actuales del neoliberalismo, hace campaña para poner fin a la austeridad y garantizar que la austeridad nunca vuelva a ser utilizada como instrumento de política económica".

El ex abogado Patrick Allen es el fundador, presidente y principal financiador del PEF. Ve su tarea como "reunir los mejores economistas progresistas y académicos de ideas afines del país junto a políticos progresistas para mostrar el fracaso del neoliberalismo, la futilidad de la austeridad y proporcionar políticas creíbles e inspiradas en el keynesiano para lograr una economía estable, equitativa, verde y sostenible libre de pobreza".

La mención específica a la economía keynesiana identifica los orígenes del PEF. Es economía "progresista", no economía socialista, y definitivamente no economía marxista. Eso quedó claro por parte de los muchos oradores eminentes en la conferencia PEF titulada "Política económica en la era de Trump". Todos los oradores eran conocidos economistas keynesianos o post-keynesianos. El único olor a marxismo vino de un vídeo pregrabado que abrió la conferencia de Yanis Varoufakis desde su casa en Grecia. El exministro de finanzas griego del gobierno de izquierda de Syriza durante la crisis de la deuda de 2014-15 se auto-calificó en una ocasión como un "marxista errático".

En su breve discurso, describió su conocida tesis de que las líneas de falla en el capitalismo se deben a los desequilibrios globales en el comercio y los flujos de capital y al desmoronamiento del imperialismo estadounidense al tratar de mantener su posición hegemónica como el "minotauro global", consumidor de todo lo que se produce. También mencionó brevemente su última tesis de que el capitalismo, tal como lo conocemos, ahora está "muerto" y ha sido reemplazado por el "tecnofeudalismo" en la forma de las megaempresas de medios y tecnología en los Estados Unidos, conocidas como los Siete Magníficos, que extraen "rentas de la nube" del resto del capitalismo. Las alternativas políticas de Varoufakis a este nuevo feudalismo es presionar por un banco "verde" para proporcionar crédito para inversiones para detener el calentamiento global, etc.; introducir más democracia en los lugares de trabajo de las empresas; y proporcionar un ingreso básico universal para todos. No hubo la menor mención a la posibilidad de hacerse o tomar el control de los Siete Magníficos, o los principales bancos globales, o de las empresas de combustibles fósiles.

Pero eso encajaba con el tema de la conferencia PEF. Esta comenzó con la premisa de que el capitalismo tenía que ser "redefinido en sus objetivos", no reemplazado, y que debía restringirse el "rentismo" y revisar la protección social. Siguió una sucesión de oradores, hablando de los fracasos y desigualdades del capitalismo "rentista" (PEF); o del capitalismo "extractivo" (Stewart Lansley) o del capitalismo "distópico" (Ozlem Onaran), como si estas variaciones hubieran reemplazado a algún capitalismo "productivo" original, como conocíamos en los años de 1950 y 1960, que funcionaba para todos entonces, o al menos si los gobiernos lo gestionaban con políticas macro-keynesianas. Todo funcionaba bien bajo la gestión global de las "instituciones de Bretton Wood" del período de posguerra (el FMI, el Banco Mundial, la OMC, etc.). Solo cuando el neoliberalismo y el rentismo se hicieron cargo a partir de la década de 1980, el capitalismo se volvió destructivo y dejó de ser "progresista"; con crisis, crecientes desigualdades, calentamiento global y conflictos globales emergentes.

No hubo explicación de por qué este capitalismo "progresista" de la década de 1960 fue reemplazado por el capitalismo neoliberal, extractivo y rentista. ¿Por qué los capitalistas y sus estrategas políticos cambiaron algo que les funcionaban tan bien? No se mencionó la disminución mundial de la rentabilidad del capital productivo en la década de 1970 y, por lo tanto, el giro a la inversión financiera y la especulación; y el desplazamiento de la inversión del Norte Global por parte de las multinacionales a la explotación de la mano de obra en el Sur Global. Stewart Lansley presentó algunos hechos asombrosos sobre la desigualdad de riqueza desde la década de 1980 con el auge de los multimillonarios y las finanzas. "En los años de posguerra, las élites financieras y económicas accedieron, a regañadientes, a la política de ecualización y los niveles de extracción de antes de la guerra cayeron. Con la paciencia del capital agotada, la extracción está de vuelta". Así que fue una "falta de paciencia" lo que llevó al giro, no una falta de rentabilidad.

Varios oradores destacaron la forma en que el capital estadounidense se había apoderado de grandes partes de la economía británica, convirtiéndo al Reino Unido en lo que Angus Hanton llamó un "estado vasallo" y que Will Hutton, el economista y autor, cree que ha destruido el desarrollo técnico de la industria británica. Europa y el Reino Unido estaban cada vez más por detrás de los niveles de productividad estadounidenses. Pero, ¿cuál fue la respuesta a esta dominación estadounidense? Aparentemente fue el nacionalismo, no la nacionalización. Para Hanton, hay que"comprar británico"; para Hutton, desarrolla un "banco comercial británico", pero no convertir en propiedad pública los servicios públicos, los bancos y las grandes empresas que ahora son propiedad y están controladas por el capital extranjero (principalmente estadounidense).

En otra sesión, los oradores describieron los enormes desequilibrios en el comercio y los flujos de capital a nivel mundial, los signos del debilitamiento de la hegemonía estadounidense y del dólar como moneda internacional, y el ascenso de China como potencia económica rival. ¿Cuál fue la respuesta a esto? Bueno, la esperanza de que tal vez los BRICS+ puedan reducir los desequilibrios y restaurar el multilateralismo frente al nacionalismo impulsado por los aranceles de Trump.

En esta sesión, Ann Pettifor argumentó que las crisis en el capitalismo fueron el resultado de una deuda excesiva (no se mencionaron las tendencias en las ganancias o la inversión) y que deberíamos estudiar el trabajo del economista de izquierda estadounidense y ganador del premio Nobel, Joseph Stiglitz, y su reciente libro, "El camino hacia la libertad", donde Stiglitz reitera su llamamiento a la creación de un "capitalismo progresista". "Las cosas no tienen que ser así. Hay una alternativa: el capitalismo progresista. El capitalismo progresista no es un oxímoron; de hecho, podemos canalizar el poder del mercado para servir a la sociedad". (Stiglitz). Verá, el problema no es el capitalismo, sino los "intereses creados", especialmente de los monopolistas y banqueros. La respuesta es volver a los días del "capitalismo gestionado" que Stiglitz cree que existió en la edad de oro de las décadas de 1950 y 1960. Stiglitz: "la forma de capitalismo que hemos visto en los últimos 40 años no ha funcionado para la mayoría de la gente. Necesitamos un capitalismo progresista. Tenemos que domar y redirigir el capitalismo para que sirva a nuestra sociedad. Ya sabe, se supone que la gente no debe estar al servicio de la economía; se supone que la economía debe estar al servicio de nuestra gente".

En otra sesión, se discutieron las impactantes desigualdades de ingresos y riqueza. Curiosamente, algunos oradores como Ben Tippett argumentaron que la introducción de un impuesto sobre el patrimonio en Gran Bretaña serviría de poco para reducir la desigualdad o proporcionar nuevos ingresos fiscales al gobierno. Un impuesto sobre el patrimonio no es una "bala de plata". Tippett tiene razón. Un impuesto sobre el patrimonio no resolvería la desigualdad ni proporcionaría fondos suficientes para la inversión pública. Pero nadie hizo la pregunta: ¿por qué tenemos multimillonarios y alta desigualdad en primer lugar? La desigualdad es el resultado de la explotación del trabajo por el capital antes de la redistribución. La fiscalidad intenta redistribuir la riqueza o los ingresos después de esa explotación, con un éxito limitado.

De manera similar, Josh Ryan-Collins nos dijo que construir más casas no resolvería la crisis de la vivienda en Gran Bretaña porque estaba impulsado por las bajas tasas hipotecarias (préstamos baratos) que solo sirvieron para aumentar la demanda. Su respuesta: animar a las personas mayores con casas grandes a "reducción el tamaño" y liberar el stock de viviendas existente para los compradores más jóvenes. Al parecer, un programa financiado por el estado para construir viviendas de propiedad pública en alquiler, como se hizo en las décadas de 1950 y 1960 con gran éxito, no es el camino a seguir ahora.

Jo Michell atacó las ridículas reglas fiscales autoimpuestas que el gobierno laborista está aplicando para "equilibrar las finanzas del gobierno". Pero se opobe a ellas porque son demasiado "cortoplacistas" en su diseño. La implicación era que no había alternativas radicales para aumentar los ingresos que pudieran evitar que el gobierno de Starmer siguiera adelante con la imposición de la austeridad fiscal a través de recortes planificados en los beneficios para los ancianos, los discapacitados y las familias.

El Banco de Inglaterra fue criticado por su mala gestión de la flexibilización cuantitativa y su actual ajuste, que costaba el equivalentes a 20 mil millones de libras esterlinas a las finanzas del gobierno (Frances Coppola). Pero parecía que nadie estaba a favor de poner fin a la sumisión del Banco de Inglaterra (BoE) a la City de Londres revirtiendo su llamada "independencia". Verá, el trabajo del BoE debería ser "preservar la estabilidad de los precios" (France Coppola), una visión extraña dado el fracaso total de los bancos centrales a la hora de gestionar el aumento inflacionario posterior al COVID. Aparentemente, mantener a los bancos centrales fuera del control democrático por parte de los gobiernos electos asegura que ningún gobierno "maniroto" (incluso si fuera elegido democráticamente) pueda jugar con las tasas de interés, etc. y, por lo tanto, causar una crisis financiera en los mercados. Después de todo, los mercados gobiernan y aparentemente no se puede hacer nada al respecto. Convertir los principales bancos e instituciones financieras en propiedad pública no estaba en la agenda de ningún orador.

En las sesiones finales, se consideró una alternativa más amplia al capitalismo "rentista", "extractivo" o "distópico". Guy Standing, miembro del consejo de la PEF, autor del Precariado, planteó el creciente riesgo de fascismo y su amenaza para la "agenda progresista". En su teoría, la clase trabajadora tradicional está siendo reemplazada a nivel mundial y en Gran Bretaña en particular por una clase "precaria" que no tiene trabajo permanente o salarios y condiciones decentes y está siendo "dejadas atrás". Esta clase cada vez más numerosa está abierta a ideas reaccionarias que la "plutocracia" tiene como objetivo alentar y promover; y existe un peligro real de colaboración de clase entre los extremadamente ricos y los"precariat" (precarios) contra los "salariat" (asalariados) (un término que según entendí significa la clase trabajadora tradicional). ¿Cuál es la respuesta?: abrazar el precariado, dice Standing, en lugar de la clase trabajadora; y desmantelar el "capitalismo extractivo", reemplazándolo con los "comunes". Standing realmente no explicó que eran los bienes comunes, aparte de su significado histórico de "tierra común". ¿Se refería al socialismo? No estoy seguro porque a lo largo de la conferencia, la palabra "socialismo" (creo que el verdadero significado de "bienes comunes") no se pronunció ni una sola vez.

John McDonnell y Nadia Whittome son dos de los mejores políticos laboristas de izquierda de Gran Bretaña. McDonnell dijo en la conferencia que nunca ha estado tan deprimido por la situación en Gran Bretaña y a nivel mundial en sus 50 años en política. ¿Qué hacer? Debemos tratar de que el gobierno de Starmer "vuelva a la normalidad" para adoptar políticas que ayuden a los trabajadores. Una esperanza vana, en mi opinión. Whittome también describió el horrible impacto del capitalismo en el país y en el extranjero. ¿Pero cuál fue la respuesta? ¿Seguro que no es una mejor gestión del capitalismo? Tal vez fue proporcionada por la misma consigna de William Beveridge en 1942 utilizado por el PEF en la presentación de su conferencia: "Un momento revolucionario en la historia del mundo es un momento para revoluciones, no para parches". ¡Y tanto! Pero, por ahora, el PEF aboga por el parcheo.

 

habitual colaborador de Sin Permiso, es un economista marxista británico, que ha trabajado 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.
Fuente:
https://thenextrecession.wordpress.com/2025/05/19/progressive-economics-and-progressive-capitalism/
Traducción:
G. Buster

Subscripción por correo electrónico
a nuestras novedades semanales:

El responsable de tratamiento de tus datos es Asociación SinPermiso y la finalidad del tratamiento es hacerte llegar nuestras novedades. Puedes ejercer tus derechos en materia de protección de datos contactando con nosotros*. Para más información consulta nuestra política al respecto (*ver pie de página).