Brasil: Primera vuelta electoral. Dossier

Valerio Arcary

Thiago Aguiar, Israel Dutra

01/10/2022

Nadie olvidará este domingo

Valerio Arcary

La prudencia es una virtud cuando se viaja con valentía.

Sabiduría popular portuguesa

1. Nos enfrentamos al desafío de los últimos días. La última semana de campaña antes de la primera vuelta de 2022 está siendo complicada e intensa. Está condicionada por la expectativa del desenlace del domingo. La hora llama a la prudencia y al coraje. Por un lado, veremos la presión de los medios comerciales burgueses exigiendo, hasta el último minuto, compromisos de Lula con algún tipo de defensa del trípode de la estrategia fiscal liberal: superávit primario, metas de inflación, tipos de cambio flotantes y privatizaciones. Pero por otro lado, el contexto es una increíble paradoja política. Todas las encuestas recientes confirman a Lula como favorito. Ya no hay lugar para la duda. La diferencia media es de al menos diez millones de votos. Imposible de superar. Resulta que la mayoría de los votantes de Bolsonaro, una porción mucho mayor que la militancia neofascista de su corriente, cree que Bolsonaro ganará. No tienen dudas porque no tienen en cuenta, ignoran y desprecian las encuestas. Están convencidos que los Institutos que realizan las encuestas manipulan los resultados, y estarían comprometidos en una conspiración para apoyar a Lula. Esta expectativa es completamente fantasiosa, irreal, delirante. ¿Cómo explicarlo? Se basa en una confianza inquebrantable en Bolsonaro. Un seguimiento, una fe, una certeza, un compromiso inmenso. Existe, por tanto, el peligro de que Bolsonaro convoque a su base social más exasperada a las calles para impugnar su derrota. El Ministerio de Defensa anunció un seguimiento de los resultados paralelo. Esta medida no se toma para confirmar el recuento del TSE (Tribunal Superior Electoral), sino para impugnarlo. Nadie puede saber de antemano hasta dónde estará dispuesto a llegar. Pero siempre es mejor considerar el peor de los casos para que no nos pille de sorpresa. Esto significa que debemos prepararnos para salir a la calle a celebrar la victoria, pero también a defenderla.

2. Los líderes de extrema derecha, por supuesto, saben que van a perder, pero mienten. Mienten con insolencia, descaro y desfachatez. Apostaron, tácticamente, por la disputa electoral sabiendo, desde el principio, que la posibilidad de perder era muy alta. De ahí la duplicidad del discurso. Un ocultamiento calculado. Organizaron una campaña de reelección, pero al mismo tiempo chantajearon a los Tribunales Superiores e intimidaron a la izquierda con amenazas de golpe. Su estrategia siempre ha sido mantener vivo el movimiento político neofascista que cuenta con el apoyo de un tercio de la población. Bolsonaro probablemente esté preparando un discurso en el que repetirá la denuncia de que habría sido víctima de un fraude. Quieren preservarse, porque temen el destino de las investigaciones que podrían llevarlos a la cárcel. Quieren encabezar la oposición a un futuro gobierno de Lula. Pero los dados estan echados. Ya no es razonable esperar otro resultado que la derrota de Bolsonaro, aunque sigue siendo incierto si Lula obtendrá la mayoría absoluta de votos válidos o no. Que se nos ahorre la terrible agitación de lo que será una campaña de cuatro semanas hasta la segunda vuelta.

3. Hasta el domingo tendremos una escalada de tensión política en las calles con posibilidad de desencuentros, enfrentamientos violentos y, lamentablemente, hasta fatales discordias. El vértice de la situación será el mismo día de las elecciones, especialmente después del anuncio del resultado, cuando se espera el pronunciamiento de Bolsonaro. Hasta entonces, tendremos las encuestas diarias y las pasiones que despiertan las oscilaciones de una ínfima diferencia de votos que condiciona una pronta decisión para la primera vuelta. Será decisivo no responder a las provocaciones y mantener la calma. Los que tienen interés en crear alboroto, tumulto y confusión son los fascistas. Nuestra consigna debe ser máxima tranquilidad y la cabeza fría. Debemos actuar con inteligencia táctica para que el menor número de personas se contagie del miedo. El miedo puede llevar a una parte de la población a no acudir a las urnas por temor a problemas en el camino ese día. La ventaja de Lula se concentra en las capas populares, y nuestra responsabilidad es que puedan expresarse libremente. Aun así, a pesar del clima pesado, lo más probable es que la abstención sea, más o menos, la misma que en las últimas elecciones, rondando el 20%. La hora de la victoria será la más dulce. Pero no disminuye la necesidad de defenderla.

4. Hasta el domingo, el debate televisado del jueves será el momento más peligroso. No es exagerado predecir que todos estarán en contra de Lula. En un debate todos tienen el mismo tiempo. Las trampas y provocaciones más absurdas son de esperar. Soraya Thronicke es una aventurera de extrema derecha. El Partido Nuevo es el liberalismo de extrema derecha. La presencia de la candidatura del padre Kelman, una candidatura bolsonarista inventada por Roberto Jefferson, será el elemento “sorpresa”, porque de él cabe esperar toda locura. Simone Tebet quiere proyectarse, personalmente, y sembrar la reconstrucción de un partido de derecha liberal con la unificación de lo que queda del MDB y el PSDB y Ciudadanía, reliquia que degeneró en partido de alquiler, intentando recuperar una parte de la influencia captada por el bolsonarismo. También tendrá que vencer a Lula. Pero ya ha quedado claro que el papel de Ciro Gomes, en particular, será fundamental para empujar a Bolsonaro hasta la segunda vuelta. Lula es el mejor orador popular de masas de nuestra historia. Tiene una autenticidad y una elocuencia imbatibles. Pero tendrá que defenderse, absolutamente, solo. Nadie hace milagros. El desafío será ganar un enfrentamiento personal ineludible con Bolsonaro.

5. Una diferencia mínima y dramática en los votos decidirá si esta elección pasa o no a la segunda vuelta. Mínima significa que puede ser, en este punto, incluso menos del 1%. Dramática, porque una segunda vuelta garantiza otras cuatro semanas de campaña. La posibilidad de que Bolsonaro revierta la inferioridad en la que se encuentra hoy es nula. Pero, lamentablemente, puede haber una segunda vuelta. Si es así, esas cuatro semanas serán una eternidad. Seamos conscientes de que serán preciosas para la consolidación del movimiento neofascista. El bolsonarismo no dejará de existir si Bolsonaro pierde las elecciones. El desafío de la izquierda brasileña, tanto la moderada como la más radical, es apoyar la movilización de las masas populares para derrotarlo.

https://esquerdaonline.com.br/2022/09/28/ninguem-vai-esquecer-este-domingo/



La victoria en la primera vuelta es posible

Israel Dutra y Thiago Aguiar

La última encuesta de Datafolha, publicada el 22 de septiembre, deja abierta la posibilidad de que la elección se decida en primera vuelta. Los números muestran la decisión dentro del margen de error, con el 50% de los votos válidos para Lula. Los próximos días serán decisivos.

Lo que se ve en las calles y votantes es que hay una mayoría social para rechazar a Bolsonaro. Y una unidad amplia, de diferentes sectores, para frenar cualquier intención golpista por parte del gobierno. 

Necesitamos derrotar el proyecto bolsonarista, inmediatamente, sin esperar a la segunda vuelta, para fortalecer la lucha en las calles contra la extrema derecha.

La pesadilla tiene que terminar

De norte a sur del país, sobre todo, como señalan las encuestas, entre los más pobres, mujeres y negros, resuena un deseo: salir de la tragedia llamada gobierno de Bolsonaro. 

Recientemente, se publicaron dos datos que avergüenzan al país y muestran que el gobierno bolsonarista escaló mucho el proceso de descomposición estructural en Brasil. En la clasificación del IDH (Índice de Desarrollo Humano) de la ONU, Brasil descendió tres posiciones, lo que ilustra la pérdida de calidad de vida de millones de brasileños. El otro hecho alarmante fue el de la educación. Según el Sistema de Evaluación de la Educación Básica (SAEB), Brasil registró una caída en el aprendizaje de los estudiantes en todos los niveles. El mayor y más preocupante impacto fue en el nivel de alfabetización, donde el retroceso fue aún mayor.

Este es el gobierno actual: desde cualquier ángulo es un gobierno nefasto. Y la posibilidad de ponerle fin ahora se concentra, el 2 de octubre, para evitar una segunda vuelta impredecible y comenzar la lucha para que Bolsonaro tenga que aceptar los resultados legítimos de la elección.

Para ello, además de seguir la campaña de calle, donde destacamos como PSOL y nuestras candidaturas en todo el país, hemos sido parte de actos y mítines de la campaña general. Cabe destacar el acto que se llevó a cabo entre excandidatos presidenciales, con la presencia de Luciana Genro, que marcó un importante momento de unidad de acción antifascista.

“Estamos aquí para enfrentar el fascismo”, dijo Luciana, quien se postuló a la presidencia en 2014 por el PSOL y actualmente es candidata a la reelección a la Asamblea Legislativa de Rio Grande do Sul. “Estamos unidos aquí, en torno a ti, mi querido Lula, tu nombre, tu fuerza política, tu liderazgo político como referencia de masas para el pueblo brasileño, porque estamos convencidos de que tu elección nos permitirá respirar nuevamente para poder luchar. por una verdadera democracia”.

En ese espíritu, preservando las diferencias, pero luchando por la victoria de Lula en la primera vuelta, saldremos a las calles a girar la próxima semana.

Turno de votar

En la recta final, necesitamos seguir dialogando con las amplias capas del pueblo. No solo entregar los papeles, sino acercarse y hablar con un mayor número de personas –ya sean familiares, compañeros, amigos y conocidos– o personas en los puntos de alta concentración de público de las ciudades. Cada voto importa y esto no es solo jerga retórica. Estamos frente a una elección que puede decidirse por el 1% de los votos, para una victoria definitiva de Lula en la primera vuelta.

Tenemos que intentar convertir el voto de los votantes indecisos, aún desconfiados o apáticos; de electores con dudas para ir a votar el día 2; de votantes para Ciro Gomes, que está jugando un papel regresivo en esta elección; e incluso de los votantes de la izquierda radical, mostrando la diferencia entre una victoria en la primera vuelta y un escenario confuso en la segunda vuelta.

Todo este verdadero “mutirão” debe combinarse con el esfuerzo concertado de la militancia, en todo el país, para elegir parlamentarios alineados con el ala independiente y anticapitalista del PSOL. Una lucha que articula las necesidades inmediatas con la perspectiva de otro futuro. ¡Ponte a trabajar!

www. sinpermiso.info, 29 de septiembre 2022

profesor universitario, militante de la corriente Resistencia en el PSOL, es columnista de Esquerda Online.
Aguiar es Doctor en Sociología (USP). Dutra es Secretario General del PSOL, sociólogo, y miembro de la corriente Movimiento de Izquierda Socialista (MES).
Fuente:
Varias
Temática: 
Traducción:
Enrique García

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