Kateryna Semchuk
Thomas Rowley
05/03/2023La Unión Europea lleva expresando periódicamente su preocupación por las radicales reformas laborales que Ucrania intenta aplicar desde 2020, según ha revelado openDemocracy. Las controvertidas reformas pretenden desregular lo que el gobierno ucraniano considera un excesivo papel de los sindicatos en el lugar de trabajo y la excesiva burocracia en la contratación, el despido y la gestión. Pero informes anteriores y posteriores a la invasión rusa muestran que la UE ha instado al gobierno a llevar a cabo las reformas en consonancia con las normas laborales internacionales y consultando a los sindicatos.
Los documentos de la Comisión Europea obtenidos gracias a las disposiciones sobre libertad de información ponen de manifiesto una aparente divergencia entre las reformas ucranianas y la "economía social de mercado" de la UE. Las conclusiones se registran en un momento en el que Ucrania intenta adaptar su legislación a la normativa de la UE como parte de su candidatura y del acuerdo de asociación existente, un acuerdo de reforma política, comercial y económica diseñado para acercar al país a las normas de la UE.
Pero las reformas específicamente ucranianas, independientes del proceso de armonización con la UE, han sido objeto de crítica por parte de los sindicatos europeos y ucranianos por incumplir los convenios laborales de la Organización Internacional del Trabajo y la normativa laboral europea. "Las autoridades ucranianas han atacado constantemente los derechos sindicales y han intentado excluir a los sindicatos y a los trabajadores del proceso de reforma", según ha declarado Jan Willem Goudriaan, Secretario General de la Federación Sindical Europea de Servicios Públicos (FSESP) [EPSU -European Federation of Public Service Unions].
Aprovechar la guerra
Según un informe preparado para una cumbre clave entre la UE y Ucrania en Kiev el 3 de febrero, la legislación ucraniana relativa a la reforma socioeconómica se encuentra en una "fase inicial". Según los expertos, el gobierno está aprovechando la guerra para aprobar una legislación que, de otro modo, habría sido difícil de aprobar en 2020 y 2021.
El país se encuentra actualmente bajo la ley marcial, lo que significa que están prohibidas las protestas. Pero, entre bastidores, los funcionarios de la UE se han mostrado críticos con las propuestas ucranianas. En vísperas de una reunión de alto nivel para debatir el acuerdo de asociación UE-Ucrania en 2021, se pidió a los funcionarios que "instaran a Ucrania a garantizar" que las reformas de la legislación laboral del país "se llevaran a cabo respetando el diálogo social" y en consonancia con los convenios de la OIT.
Esta reunión se celebró tras meses de creciente tensión entre los sindicatos y el gobierno ucraniano en 2020 en torno a la propuesta de nueva "Ley del Trabajo" que rompía radicalmente con el diálogo social. Después de protestas sindicales a gran escala, se retiró el proyecto de ley. Pero se ha vuelto a poner sobre la mesa, ya que el gobierno de Kiev y el partido gobernante, Servidor del Pueblo, han seguido adelante con las reformas laborales en medio de la invasión de Rusia, circunstacia que ha supuesto una presión sin precedentes sobre la economía ucraniana y las finanzas del Estado.
Entre otras medidas aprobadas por el gobierno ucraniano en el último año se cuentan la introducción de contratos de cero horas y la suspensión en tiempo de guerra de los convenios colectivos entre empresarios y sindicatos. El Parlamento también ha aprobado poderes que permiten al Estado confiscar propiedades sindicales, a pesar de que la OIT está supervisando dos reclamaciones sobre propiedades sindicales en litigio.
Eliminación de protecciones
Una nueva ley laboral, planteada por primera vez en 2021, aprobada por el Parlamento en julio de 2022 y promulgada en los meses siguientes, ha sido objeto de especiales críticas. Establece un "régimen paralelo" al código laboral nacional para las pequeñas y medianas empresas (PYME) ucranianas -que emplean hasta el 70% de la mano de obra del país-, lo que les permite recurrir a contratos mínimos de empleo que tratan a empleados y empleadores como "partes iguales" durante las negociaciones.
Según un proyecto conjunto de la EU y la OIT, la ley también permite el despido "a voluntad" y el "cambio unilateral por parte del empleador de las condiciones esenciales", dos prácticas contrarias a los convenios de la OIT y las directivas de la UE. Un cambio de última hora, propiciado por la presión de los sindicatos nacionales e internacionales, entraña que la legislación, que se redactó sin aportaciones sindicales, sea aplicable únicamente en tiempos de guerra.
Lyubomyr Chorniy, consultor que contribuyó como experto a la elaboración de la ley, declaró que las extremas presiones provocadas por la invasión rusa sobre las empresas ucranianas habían hecho posible la aprobación de la ley: "Me parece que hay hoy una ventana de oportunidad. Es un momento muy difícil para las empresas". Para dar a las empresas "algún tipo de respiro, surgió la idea de aprobar este proyecto de ley". Chorniy argumentó que la ley daba a los trabajadores de las PYME ucranianas mayor protección -y no menos- sobre sus horas de trabajo, descansos, horas extraordinarias y pago puntual de salarios, al incorporar más personas al empleo público, y evitaba la burocracia "injustificada" para los empresarios.
Algunos políticos ucranianos han rechazado lo que consideran un exceso de regulación de los centros de trabajo del país, aunque la regulación forme parte de los compromisos internacionales del país, como los convenios de la OIT. Halyna Tretiakova, diputada de Servidor del Pueblo y jefa de la comisión parlamentaria de política social, ha criticado a la OIT, alegando que el énfasis de la misma en los derechos colectivos supone un obstáculo para que los ucranianos se declaren en huelga por acuerdos laborales individuales, impidiendo la protección de sus derechos laborales por medios más flexibles. El 15 de febrero, Tretiakova declaró que el organismo de las Naciones Unidas "impone a Ucrania las moribundas teorías de Marx y Lenin".
Normas internacionales
Según la "‘evaluación de necesidades" realizada en diciembre por el Consejo de Europa, hasta ahora las reformas "se han traducido sobre todo en el deterioro de las condiciones de empleo". Los líderes sindicales ucranianos han manifestado a la UE que comprenden la necesidad de limitar los derechos laborales en tiempos de guerra, pero que les preocupan las consecuencias a largo plazo de la desregulación.
El Servicio Europeo de Acción Exterior respondió el pasado mes de junio comunicando a la FSESP que "se mantendría firme en sus compromisos con las normas europeas y de la OIT" sobre las reformas de Ucrania. Actualmente, la UE financia un proyecto con la OIT sobre trabajo seguro y saludable en Ucrania.
Ese mismo mes, el Comisario europeo de Empleo y Derechos Sociales, Nicolas Schmit, se reunió en Bruselas con dirigentes sindicales ucranianos. Schmit "subrayó la importancia de la protección social, el diálogo y los derechos de los trabajadores como piedra angular de la economía social de mercado europea", según las actas a las que tuvo acceso openDemocracy.
Schmit dijo que plantearía a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, las inquietudes de los líderes sindicales sobre las reformas de la guerra y la ausencia de un papel asignado a los sindicatos en los esfuerzos de reconstrucción de Ucrania. También animó a los sindicatos ucranianos a dirigirse directamente por escrito a von der Leyen.
Diálogo social
El mes pasado, un informe de la Comisión sobre la armonización entre la legislación ucraniana y la de la UE señalaba que debía prestarse "atención" a las "repercusiones de la introducción de la nueva legislación laboral en el diálogo social", la cual, según el informe, debía reforzarse. La portavoz de la Comisión para Asuntos Económicos y Financieros, Empleo y Derechos Sociales, Veerle Nuyts, declaró que la UE "presta gran atención a las reformas laborales en Ucrania" y "aprovecha cualquier oportunidad disponible para debatir estas importantes cuestiones". La Comisión "subrayó" la necesidad de cumplir las normas de la UE y la OIT en el marco del Acuerdo de Asociación y la candidatura de Ucrania a la UE.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano se mostró de acuerdo. Un portavoz declaró que "la armonización y el cumplimiento de las normas laborales reconocidas internacionalmente [...] es una de las principales tareas" del acuerdo de asociación entre la UE y Ucrania. Según Nuyts, "en los últimos meses Ucrania ha colaborado constructivamente con la UE en su adaptación a las directivas europeas aplicables como parte de una reforma laboral más amplia".
Sin embargo, un diplomático europeo que ha trabajado en Ucrania declaró a condición de permanecer en anonimato que, aunque no creían que fuera "intención de la Comisión dar luz verde a los reformistas ucranianos" en materia de reformas laborales, tampoco tenía previsto frenarlas. Nadie está presionando a la Comisión Europea en lo que respecta a las reformas laborales de Ucrania. Sencillamente, no es un problema", comentó el funcionario, señalando que la UE "nunca" había emitido una declaración pública sobre los cambios en la legislación laboral ucraniana. Goudriaan, de la FSESP, declaró que las actas de la Comisión y las notas informativas "sugieren que la atención es superficial en el mejor de los casos... y esto facilita que Ucrania desestime sus obligaciones internacionales en materia de derechos laborales".
No injerencia del Estado
Los planes mismos de Ucrania para la reconstrucción de posguerra han reflejado hasta ahora la intención de abandonar los principios del diálogo social. Las líneas generales publicadas el pasado mes de agosto indican claramente que el país planea pasar a un modelo de "no injerencia del Estado en el diálogo entre sindicatos y empresarios".
Chorniy cree que el diálogo social es "sin duda un mecanismo importante", con antecedentes en los Estados miembros de la UE, y que "algún día debería empezar a funcionar en Ucrania". Pero para ello sería necesario que la economía ucraniana experimentase una transformación estructural, incluyendo el desarrollo de sindicatos más activos.
El resumen del anónimo diplomático europeo era contundente: "Estamos asistiendo al desmoronamiento del Estado social en Ucrania. Todo, salvo el ejército, se subcontrata a escala internacional. Los asuntos sociales se externalizan cada vez más a los donantes internacionales, por lo que éstos deberían prestarles más atención".
El Consenso de Washington [desregulador] nunca ha estado tan vivo como en Ucrania. Es de iniciativa ucraniana, pero en Occidente lo hemos aceptado. Y para Ucrania, es una forma de acercarse a Occidente y de luchar contra los oligarcas locales".
La Comisión declaró a openDemocracy que "lldvará cabo el seguimiento oportuno para garantizar que los compromisos contraídos en el acuerdo de asociación [con Ucrania] se cumplan debidamente".