Rusia y la economía de guerra de Putin

Michael Roberts

17/03/2024

Durante tres días, del 15 al 17 de marzo, los rusos acuden a las urnas para las elecciones presidenciales de su país, con solo un resultado esperable. El presidente en ejercicio, Vladimir Putin, ganará cómodamente. El presidente ruso es elegido por voto popular directo. Si ningún candidato recibe más del 50 % de los votos, se lleva a cabo una segunda vuelta con los dos candidatos más populares tres semanas después. Es la primera vez que se ha votado durante varios días en una elección presidencial rusa, así como la primera que se permite votar electrónicamente.

No hay ningún candidato serio de la oposición que pueda ganar. En la votación presidencial de 2018, el candidato del Partido Comunista, Pavel Grudinin, obtuvo el 11,8 % de los votos, en comparación con el 76,7 % de Putin. Esta vez, Nikolai Kharitonov del Partido Comunista, Leonid Slutsky del nacionalista Partido Liberal Democrático y Vladislav Davankov del Nuevo Partido del Pueblo están en la papeleta electoral. Pero todos estos candidatos apoyan ampliamente las políticas de Putin, incluida la invasión de Ucrania. La gran mayoría de los medios de comunicación rusos independientes han sido prohibidos y cualquier persona declarada culpable de difundir lo que el gobierno considera "información deliberadamente falsa" puede ser encarcelada y condenada a 15 años.

Putin va a ganar no solo porque ha diezmado cualquier fuerza de oposición seria, sino porque la invasión rusa de Ucrania parece tener al menos el apoyo resignado del pueblo ruso, incluso cuando se están perdiendo vidas rusas. La razón principal es porque, contrariamente a las esperanzas y expectativas de los analistas occidentales, la economía rusa no se ha derrumbado y las fuerzas rusas parecen tener ventaja en Ucrania.

La economía de guerra de Rusia aguanta. Los salarios se han disparado dos dígitos, el rublo es relativamente estable y la pobreza y el desempleo están en mínimos históricos. Para los trabajadores que ganan menos en el país, los salarios de los últimos tres trimestres han aumentado más rápido que para cualquier otro sector de la sociedad, registrando una tasa de crecimiento anual de alrededor del 20 %.

El gobierno está gastando enormemente en apoyo social a las familias, aumentando las pensiones, los subsidios hipotecarios y las compensaciones a los familiares de quiénes sirven en el ejército.

La guerra en Ucrania ha intensificado la ya aguda escasez de mano de obra a medida que el reclutamiento militar saca a los trabajadores del mercado, y más de medio millón de rusos han huido del país. Putin afirmó el mes pasado que los empleadores tienen un déficit de 2,5 millones de personas. Eso ha beneficiado a aquellos trabajadores rusos que no están en las fuerzas armadas al darles seguridad laboral, ya que los gerentes son reacios a despedir a nadie. La tasa de desempleo se mantiene en un mínimo histórico y las expectativas de contratación se han disparado a un nivel récord.

Sin embargo, la inflación se ha recuperado; se aceleró en febrero al 7,7 % anual. Pero los salarios están subiendo más rápido. Los salarios mensuales promedio en 2023 superaron los 74.000 rublos (814 dólares), aproximadamente un 30 % más que hace dos años. Antes del año pasado, Rusia no había tenido un aumento de los ingresos reales disponibles de más del 5 % durante muchos años.

Y la economía de guerra de Rusia no se está desplomando, sino que está creciendo. El FMI pronostica un crecimiento del PIB real en 2024 del 2,6 %, superando al G7.

En los últimos dos años de guerra, Rusia ha logrado superar las sanciones, al tiempo que ha invertido casi un tercio de su presupuesto en gastos de defensa. También ha sido capaz de aumentar el comercio con China y vender su petróleo en nuevos mercados, en parte mediante el uso de una flota en la sombra de petroleros para eludir el límite de precios fijado que los países occidentales esperaban que redujera el cofre de guerra del país. La mitad de su petróleo e hidrocarburos se exportó a China en 2023. Y se convirtió en el principal proveedor de petróleo de China en 2023, según los datos aduaneros chinos. Las exportaciones chinas a Rusia han aumentado más del 60 % desde el comienzo de la guerra, ya que el país ha sido capaz de suministrar a Rusia un flujo constante de bienes, incluidos automóviles y dispositivos electrónicos, llenando el vacío de las exportaciones de bienes occidentales. El comercio entre Rusia y China llegó a 240 mil millones de dólares en 2023, un aumento de más del 64 % desde 2021, antes de la guerra.

Contrariamente a las previsiones occidentales, la industria rusa ha crecido debido a la producción relacionada con la guerra, mientras que la demanda de productos nacionales también ha aumentado debido a una caída en las importaciones por las sanciones. La industria del automóvil, que se vio muy golpeada inicialmente, ya que los fabricantes de automóviles occidentales y japoneses dejaron Rusia en masa, se ha estado recuperando fuertemente mes a mes, gracias a las empresas chinas.

El nivel de utilización de la capacidad en la economía rusa ha estado aumentando en general y, según varias encuestas, ahora se encuentra en niveles históricamente muy altos.

La economía de guerra significa que el estado interviene e incluso anula la toma de decisiones del sector capitalista para priorizar el esfuerzo de guerra nacional. La inversión estatal reemplaza a la inversión privada. Irónicamente, en el caso de Rusia, esto se ha acelerado por la retirada de las empresas occidentales de los mercados rusos y por las sanciones. El estado ruso se ha hecho cargo de las entidades extranjeras y/o las ha revendido a capitalistas rusos comprometidos con el esfuerzo de guerra.

Pero la economía de guerra de Rusia volverá a la acumulación capitalista cuando termine la guerra. El Ministerio de Finanzas ruso estima que el estímulo fiscal relacionado con la guerra en 2022-23 fue equivalente a alrededor del 10 por ciento del PIB. En ese mismo período, la producción industrial relacionada con la guerra ha aumentado un 35 %, mientras que la producción civil se mantuvo estable (hasta hace poco), según una investigación publicada por el Instituto de Economías Emergentes del Banco de Finlandia.

El elevado gasto social y de guerra también ha dado lugar a un importante déficit presupuestario. El déficit del presupuesto federal era de 1,5 billones de rublos a finales de febrero, mientras que el Ministerio de Finanzas ha planeado un déficit de 1,6 billones de rublos para todo el 2024 y las reservas de los fondos de riqueza disponibles de Rusia ya se han reducido a la mitad. Después de las elecciones, los rusos pueden esperar impuestos más altos, al menos para los que ganan más.

La economía rusa sigue estando fundamentalmente vinculada a los recursos naturales. Se basa en la extracción en lugar de la fabricación. La minería representó alrededor del 26 % de la producción industrial bruta en julio de 2023, y tres industrias - la extracción de petróleo crudo y gas natural, la producción de coque y productos refinados del petróleo y la producción de metales básicos - supusieron más del 40 % del total. "El régimen es resistente porque funciona sobre una plataforma petrolera", dice Elina Ribakova, investigadora senior no residente del Instituto Peterson de Economía Internacional. La economía rusa ahora es como una gasolinera que ha comenzado a producir tanques".

La producción de guerra es básicamente improductiva para la acumulación de capital a largo plazo. Y el crecimiento potencial del PIB real de Rusia probablemente no sea superior al 1,5 % al año, ya que el crecimiento está limitado por el envejecimiento y la reducción de la población y las bajas tasas de inversión y productividad. La rentabilidad del capital productivo ruso antes de la guerra era muy baja.

La economía de guerra rusa está bien situada para continuar la guerra durante varios años si es necesario, pero cuando la guerra termine, Putin puede enfrentarse a una caída significativa de la producción y el empleo.

habitual colaborador de Sin Permiso, es un economista marxista británico, que ha trabajado 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.
Fuente:
https://thenextrecession.wordpress.com/2024/03/15/russians-vote-for-putin/
Traducción:
G. Buster

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