Rumania: el PSD acaba con su propio gobierno

El Gobierno "rebelde" ha caído al final ante su propio partido

L.-M. Illie y Fl. Cass

Después de una semana de crisis política [desde enero de 2017 la guerra en el Partido Socialdemócrata (PSD) ha opuesto a Liviu Dragnea (en la foto), líder del PSD, al primer ministro Sorin Grindeanu] - que ha provocado  la renuncia de la mayoría de los ministros y dividido al PSD en dos campos - el del hombre fuerte del partido Liviu Dragnea, y el del primer ministro Sorin Grindeanu, que se negó a dimitir - la moción de censura del Gobierno fue votada en el Pleno del miércoles por 241 votos a favor y 10 en contra" [ver los artículos sobre las movilizaciones contra la corrupción y el gobierno de febrero de 2017].

Sin embargo, más de 200 diputados de la oposición protestaron contra esta votación mediante la abstención y Liviu Dragnea tuvo que utilizar todo su poder para evitar que el partido explotara. En primer lugar, con la amenaza de expulsión de los abstencionistas o de quienes apoyasen a Sorin Grindeanu. Después, asegurándose que el voto no fuese secreto. Victor Ponta, que se unió a Sorin Grindeanu la semana pasada contra Liviu Dragnea, dijo que eso les hizo perder 50 votos prometidos.

La votación de la moción se prometía apretada, por lo que la dirección del PSD trató de llegar a un acuerdo con el partido de la minoría húngara, la UDMR. Las negociaciones comenzaron el lunes 19 de junio, con la UDMR sumándose al campo de Dragnea después de que se le ofreciese que el 15 de marzo - día de la anexión en 1848 de Transilvania a Hungría – fuese su día nacional y la reducción del 20 al 10% del umbral necesario para que la población húngara utilice en el gobierno local su idioma como lengua oficial.

Pero las negociaciones fueron suspendidas el día siguiente por los ataques de los miembros del PSD y los opositores, en el Parlamento y en los espacios públicos, acusando a la dirección socialdemócrata de "vender el país".

El tema de la minoría húngara en Rumania es muy sensible y es regularmente fuente de ataques de xenofobia en todos los campos. Esta estrategia del PSD fue aún más impopular teniendo en cuenta que el partido ganó las elecciones legislativas de diciembre de 2016 con la promesa de "defender el país contra los intereses extranjeros" y la trama del "húngaro Soros", el fundador de la Fundación Open Society, que sirve como espantapájaros en muchos países de la región.

Después de la UDMR, los líderes de la coalición PSD-ALDE se han acercado a los miembros del partido Nacional Liberal. "Hubo llamadas telefónicas, presiones. (...) A varios colegas se les ofreció cargos ministeriales ", dijo el nuevo líder del PNL, Ludovic Orban. Pero ningún diputado del PNL ha cedido.

Se espera que las negociaciones para la designación del futuro primer ministro comiencen la próxima semana con el presidente Iohannis, que ha  invitado a todos los partidos a presentar candidatos. "Sin duda", el PSD propondrá tres, aseguró Liviu Dragnea. "Rumanía necesita un primer ministro integro", dijo el presidente Iohannis el martes por la noche, en referencia a los muchos líderes políticos con antecedentes penales o juicios en curso, el primero de los cuales es Liviu Dragnea. 

Courrier des Balkans, 21 de junio 2017.

El gobierno cayó bajo los golpes de su propio partido

Mirel Bran

Es raro ver como un partido en el poder con una gran mayoría acaba con su propio gobierno. Sin embargo, esto es lo que ha sucedido en Rumania, donde el gobierno dirigido por Sorin Grindeanu cayó el miércoles 21 de junio, después de una moción de censura presentada por el propio Partido Socialdemócrata (PSD). Nombrado hace seis meses, el primer ministro perdió rápidamente la confianza del presidente del PSD y hombre fuerte del país, Liviu Dragnea. "Hemos tomado la decisión de poner las cosas en claro , dijo este último. A todos nos sorprendió que el primer ministro se negase a dimitir a petición de la dirección del partido".

¿Desautorizado la semana pasada? ¿supuestamente por no cumplir el programa de gobierno? Sr. Grindeanu se negó a dejar el poder sin más. Había sido excluido del partido. Los socialdemócratas ahora debe proponer, el 26 de junio, otro primer ministro al presidente liberal (en la oposición), Klaus Iohannis. De acuerdo con la constitución, este puede rechazar la propuesta, en cuyo caso el PSD tendrá que hacer una segunda propuesta. Si de nuevo es rechazada por el presidente, este puede disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas. Un escenario que no está excluido si los socialdemócratas no logran convencer al presidente. "El PSD tiene que resolver el problema que él mismo creó , dijo Klaus Iohannis antes de la votación de la moción de censura. Rumanía necesita un premier integro y estabilidad ".

"En seis meses, el PSD ha perdido toda legitimidad para dirigir Rumania, explica Ludovic Orban, presidente del Partido Nacional Liberal . En lugar de concretizar sus promesas electorales, los socialdemócratas han preferido resolver sus problemas personales dentro del partido". En diciembre de 2016, el PSD había ganado de hecho el 48% de los escaños en las elecciones parlamentarias. Pero Liviu Dragnea no pudo ser nombrado primer ministro debido a una condena penal a dos años de prisión, en suspenso, en la primavera de 2016 por fraude electoral. La legislación rumana prohíbe que cualquier condenado penal pueda ser ministro.

«Correcta y transparente»

Él mismo había elegido para sustituirle a Sorin Grindeanu, un desconocido para el público, que creía controlar desde su cargo como presidente de la Cámara de Diputados. Pero no todo salió como estaba previsto. En febrero, el gobierno fracasó a la hora de reformar el código penal para prevenir un nuevo juicio contra Dragnea por malversación. La reforma del código penal, sin ningún tipo de consulta por parte del gobierno, provocó una movilización sin precedentes de la sociedad civil que organizó grandes manifestaciones durante tres semanas. Frente a la presión de la calle, Sorin Grindeanu acabó cediendo y retirando sus propuestas de reforma. Pero el PSD se había comprometido a hacer aprobar las mismas medidas con una la ley convencional.

Lo que al final no se produjo. A los 43 años y representante de un ala más moderna del partido, el primer ministro Sorin Grindeanu se plantó contra las tendencias autoritarias de Liviu Dragnea, odiado por los manifestantes de este invierno. "Elegí el camino más difícil, no he accedido a sus compromisos y apaños más o menos ocultos , dijo Sorin Grindeanu después de la moción de censura que hizo caer a su gobierno. He actuado correcta y transparentenemente. M. Dragnea debe entender que el primer ministro no se debe al PSD, sino a Rumania".

Le Monde 22 de junio 2017