Reino de España: El covid-19 y los servicios para mayores

Manuel García Fonseca

01/11/2020

La situación de la COVID-19 ha revelado que no existían en las residencias mecanismos de respuesta adecuados a esa vulnerabilidad o fragilidad de las personas mayores, lo que se tradujo en una elevada mortalidad y convirtió a esta población en la más afectada por la COVID-19, y también en la más abandonada. El informe de “Medicos sin fronteras” sobre las residencias para mayores pone de manifiesto que un porcentaje alto de las residencias tenían un déficit estructural de recursos y de supervisión sanitaria y ningún plan de contingencia. Esta combinación hizo inviable que pudieran responder a la epidemia. Carecían de recursos sanitarios y asistenciales, lo que tuvo un impacto directo en la salud de los residentes.

Esto condujo a que la asistencia médica quedara desatendida, a una alta mortalidad y a una merma en la calidad de la atención social. Muchas personas mayores murieron aisladas y solas. Según el estudio de “Médicos sin fronteras” “buena parte del personal de residencias se ha visto de la noche a la mañana en medio de una pesadilla” Apenas encontramos residencias que tuviesen acceso a apoyo psicosocial. En algunas residencias privadas el abandono llegó a no derivar enfermos a los hospitales; a mantener personas muertas en la misma habitación que residentes vivos, según informaron los militares que revisaron las residencias; muchos mayores permanecieron muertos en su residencia varios días.

Un factor fundamental a poner de manifiesto es la dejación por parte del Estado de los servicios para los mayores en manos de los grandes grupos privados, que han considerado la situación de los mayores como uno de los campos de rentabilidad económica

El sector de las residencias está cada vez más dominado por proveedores privados con ánimo de lucro y existe una preocupación generalizada por la disminución de los estándares de calidad como

resultado de los esfuerzos para contener los costes y generar los márgenes de beneficio esperados.

Según los datos del CISC disponibles, en España hay 5.417 centros residenciales de mayores, con un total de 372.985 plazas.  En términos de gestión de las plazas, el 84,8% de todas las plazas residenciales están gestionadas por empresas privadas. 

En Madrid el 75% de los geriátricos son privados. De los mayores muertos por el coronavirus, el 93% murieron en los geriátricos privados.

Algunas observaciones: El sector, que hasta hace dos meses vivía un enorme boom de inversión por su interesante rentabilidad, ahora hace todo lo posible para restar importancia a los beneficios. El lema que repiten todos los ejecutivos consultados de grupos privados para defenderse “No curamos, cuidamos”. "El poder, el talento y el dinero están en los sénior”, un anuncio de Vitalia Franquicias, una empresa de centros de día, invita a invertir en el sector del envejecimiento, “un negocio asegurado”, dicen, gracias a que los mayores se han convertido “en una fuente de oportunidades”

Un ejemplo de la situación: el grupo fracés Orpea que tiene 10.428 plazas en España , tiene en Madrid 23 geriátricos con 4023 plazas. En Marzo y abril tuvieron 544 muertos. Este grupo facturó en el año 2019, 143 millones de euros.

El grupo frances Domus Vi con 142 residencias, 25 centros de día, cerró 2018 con una facturación de 543 millones de euros. Ahora   gestiona 24.675 plazas en 163 residencias de mayores y de atención. La empresa española Ballesol  ese mismo año tuvo una facturación similar.

Es necesario un estudio riguroso del funcionamiento durante la pandemia de las residencias privadas con ánimo de lucro, para mayores, con dos objetivos: exigir las responsabilidades pertinentes; y que sirva como base para el diseño de un servicio público para mayores y dependientes

Las consecuencias del coronavirus hacen evidente que no se puede dejar la atención social, la salud y el bienestar en manos de multinacionales cuyo fin principal es el beneficio econòmico.

Existen otro tipo de residencias sin ánimo de lucro, como pequeñas residencias de carácter familiar, cooperativo, y diversas formas de funcionamiento comunitario

El coronavirus y sus terribles consecuencias han puesto de manifiesto la necesidad de la creación de un sistema publico, o no gubernamental sin ánimo de lucro, de atención a mayores y dependientes, en el mismo sentido de los sistemas públicos de educación, sanidad y atención a la dependencia.

Un sistema publico integral que promueva atención al bienestar social, convivencial, y de salud de los mayores, del cual los centros residenciales debieran ser el último recurso para situaciones especiales, precedido de servicios domiciliarios, centros de día y otros medios que hagan posible una vida digna para las personas mayores.

Tuve la suerte de conocer in situ el sistema de atención a mayores en la Suecia de hace décadas, cuando era socialdemócrata, donde los ayuntamientos promovían pequeños núcleos de residencias para mayores, con servicios de diverso tipo:  residencias municipales, o comunitarias creadas por socios cooperativos sobre suelo municipal; prestación de atención domiciliaria psicosocial...

Bueno, la Suecia de entonces logró disminuir la desigualdad  social  que hizo a los ricos algo menos ricos y  un nivel de vida digno para el conjunto de los ciudadanos cuyo fundamento fue el sistema de impuestos progresivo.

"Pole" es un veterano resistente antifranquista, profesor de filosofia y diputado de IU Asturies de 1986 a 1995.
Fuente:
www.sinpermiso.info, 25 de octubre 2020

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