Reflexiones antimilitaristas sobre la feria de armamentos de la Fábrica de La Vega

Xabel Garcia

José Manuel Chico "Pin"

26/11/2022

La nueva carrera militar global supone dejar de invertir en otras partidas más necesarias y tiene para el planeta una elevada huella ecológica.

 

Se promueve un salto descomunal entre la destrucción y muerte causada por las armas y los discursos que se utilizan para respaldar su empleo. La pensadora pacifista Simone Weil afirma que en la guerra es la propia vida la que se pierde, y este precio surrealista que pagan aquellos cuyas vidas son diezmadas lo cobra el mecanismo militar vigente, que actúa según las leyes del capitalismo. Así, uno de los factores estructurales de la guerra reside en que los que ocupan puestos de poder se benefician enormemente del militarismo.

El 17 de enero de 1961 el presidente de los EE.UU Eisenhower, nada sospechoso de tener una ideología antimilitarista,  pronunció un famoso discurso de despedida en el que denunció la creciente injerencia del complejo militar-industrial, conformado por las fuerzas armadas y los fabricantes de armamentos, en la determinación de las políticas públicas del país en una celebre frase: “En los consejos de gobierno debemos cuidarnos de la compra de influencias injustificadas, ya buscadas o no, por el complejo militar industrial” buscadas o no, por el complejo militar industrial”. La pertinencia de esta advertencia se puede comprobar hoy día observando el desmesurado incremento del gasto militar en todos los países.

Las empresas armamentísticas son los vencedores de la guerra librada por la inaceptable invasión imperialista rusa de Ucrania. Niamh Ni Bhriain coordinadora del programa Guerra y Pacificación del Transnational Institute (TNI), que se centra en el estado de guerra permanente y la pacificación de la resistencia, señala que sus beneficios se han disparado entre el 23 de febrero y el 8 de junio. Así los precios de las acciones de Lockeed Martin subieron in 14%, los de Northrop Grumman un 22,3%, BAE Sistems 31,9%, Thales 39,4%, Leonardo 67,8% y los de Rheinmetall un 123,9% . Favorecer y mantener la guerra es la oportunidad/realización de negocio.

“Las empresas armamentísticas son las vencedores de la guerra librada por la invasión imperialista de Ucrania”

La invasión de Putin a Ucrania se ha convertido en la coartada perfecta de las élites para provocar una deriva militarista y belicista en la Unión Europea. El shock que produce la guerra ha permitido cohesionar a la opinión pública de la UE sobre la base de un fuerte sentimiento de inseguridad ante las amenazas externas, legitimando el mayor aumento del gasto militar desde la segunda guerra mundial y favoreciendo una integración europea basada en la remilitarización. Una decisión política que prioriza los beneficios de las empresas armamentísticas, alimentando, en vez de frenando, la inestabilidad así́ como la probabilidad de la guerra.

Según el estudio del Centre Delàs d’Estudis per la Pau, el gasto militar real español sobrepasará en 2023 el compromiso de Sánchez con la OTAN dedicando el 2,17% de su PIB a gastos de carácter militar. De cada 10 euros que invierta el Estado en 2023, 3 serán para armamentos. El riguroso estudio de los Presupuestos Generales del Estado para contabilizar  gasto militar real  que (siguiendo el criterio que aconseja la OTAN a sus países miembros) cada año realiza Juan Carlos Rois, militante antimilitarista, publicado en la web del Grupo Antimilitarista Tortuga, señala en el mismo sentido que España se gastará en 2023 más de 48.800 millones de euros en gasto militar, una cantidad que califica como “escandalosa cuya finalidad es más escandalosa todavía”. Juan Carlos en una ampliación de su estudio publicada en el blog Planeta Desarmado de El Salto el 21/10/2022, Rois,  concluye su estudio comparando el gasto militar con las partidas sociales con un resultado  desolador que desenmascara crudamente la vocación social de los presupuestos del Gobierno PSOE-UP que miman el gasto militar, que  ocupa el mismo tamaño que la suma de casi todos los ministerios de vocación social juntos. Así, “el gasto militar español supone más de 230 veces el dinero que se destina a atender al Ingreso mínimo vital, más de 2,17 veces lo que se destina a atender a todas las prestaciones de desempleo, más de 10,5 veces lo que se destina a atender el total de gasto de pensiones no contributivas para las personas en peor situación, más de 50 veces lo que se destina a inmigración, más de 14 veces lo que se destina a todas las políticas de vivienda juntas…

En este contexto, de aumento sin fin de los gastos militares y del lenguaje belicista, el Ministerio de Defensa, el Principado de Asturias y el Ayuntamiento de Oviedo suscribieron, el pasado mes de julio, el Protocolo General de Actuación de la Fábrica de Armas de La Vega (Oviedo). Su objeto debería ser, una vez extinguido el fin de la cesión a Defensa: la fabricación de armas, su reversión al uso civil para la ciudadanía. Sin embargo, las tres administraciones con intereses en la antigua fábrica -Defensa, Principado y Ayuntamiento pretenden realizar una reordenación urbanística y puesta en valor de los terrenos de la fábrica que oculta una operación especulativa. Si la movilización popular y ciudadana no lo impide las administraciones se dan un plazo de escasos meses para firmar el convenio definitivo que permitirá comenzar los trabajos en la Vega.

Esta aciaga operación para la ciudadanía carbayona y asturiana atenta contra el patrimonio histórico fracturando la unidad del recinto, al proyectar la entrada de la autovía por los terrenos de la fábrica, bordeando el edificio de Sánchez del Río. Asimismo, se acometerán derribos, rehabilitaciones, construcción de viviendas, un aparcamiento y la descontaminación de los terrenos. El arquitecto especializado en urbanismo, Ignacio Fernández del Páramo, en un análisis del citado protocolo publicado en el digital Nortes, advierte que  “sorpresivamente corresponderá al Ministerio de Defensa la patrimonialización de la totalidad de los aprovechamientos lucrativos de cualquier tipo resultante del nuevo planeamiento, que serán entregados por el Ayuntamiento de Oviedo”. Por tanto, continúa Ignacio, “los beneficios de todo el aprovechamiento lucrativo de viviendas, locales y aparcamientos, corresponderán a Defensa, es decir, se convertirá suelo industrial contaminado, en dinero contante y sonante para, es de suponer, comprar armas” y finaliza planteando que del protocolo no se extrae que el Ministerio, dado que es quien se lleva el beneficio será quien asuma también las cargas, sino que estas corresponderán al Principado y al Ayuntamiento,  y las tendremos que pagar a base de impuestos las y los ovetenses.

Este fin de semana se celebra una feria de la industria militar en la nave de cañones de la Vega. Organizada por el llamado Hub de Defensa de Asturias, un acuerdo de colaboración entre 45 empresas de diversas especialidades y tamaños que aportan tecnología y componentes para la industria militar.  Las empresas asociadas expondrán y ofrecerán sus productos/mercancías a los jefes militares de los tres ejércitos y a los más altos representantes de los Ministerios de Industria y Defensa. Es decir, aquellos que toman las decisiones sobre las armas y tecnologías que adquirirá el ejército. Y que según subrayan sus promotores sitúa al Principado como la sexta comunidad con mayor producción en el sector militar. No sería extraño que, éste Hub sí, pudiese contar con locales para oficinas y espacios de trabajo en los terrenos de La Vega.

Es preciso señalar que las tecnologías militares representan una pérdida de oportunidad para otros sectores de la economía productiva por los altos costes de inversión que necesitan, con el añadido de que no existe un mercado de armas, pues éstas son adquiridas por los estados produciendo déficit y inflación. Además, son antisociales, al enfrentar la fabricación de bienes de consumo a productos que no lo son como es el caso de las armas. Asimismo, se debe tener presente que en tiempos de emergencia climática que la industria militar en Europa tiene una huella de carbono anual equivalente a las emisiones de, al menos, 14 millones de automóviles. Así lo afirma el estudio Bajo el radar realizado por Stuart Parkinson, director ejecutivo del grupo Científicos para la Responsabilidad Global (SGR) y Linsey Cottrell, responsable de política medioambiental de CEOBS. El Diario digital La  Marea  publicó un reportaje sobre la huella de carbono de los sectores militares europeos destacando que se  afirma en el citado informe que “El Pacto Verde Europeo ninguneó completa y deliberadamente todo lo que tuviera que ver con el impacto climático de la militarización”. “Esto no es un descuido. Es parte de la narrativa de la UE afianzar el excepcionalismo en torno a la industria militar y de armas, para dibujarlos como inherentemente necesarios e intocables, cuando de hecho contribuyen significativamente a la crisis climática y deben ser abordados. La desmilitarización debe formar parte de cualquier Acuerdo Verde creíble”.

Si después de años de aumentar el gasto militar, hemos duplicado el número de guerras y el número de muertes en dichas guerras, tenemos la cifra más alta de población refugiada y desplazada, se han reforzado las lógicas de bloques, etc. quizá en vez de insistir en más gasto e industria militar y más militarismo, es hora de construir otras políticas y estructuras de seguridad, mucho más humanas, sólidas y efectivas.

 

Ex Insumiso. Participó en la Coordinaora Asturiana Pola Insumisión.
Ex Insumiso. Participó en la Coordinaora Asturiana Pola Insumisión.
Fuente:
https://www.nortes.me/2022/11/24/reflexiones-antimilitaristas-sobre-la-feria-de-armamentos-de-la-fabrica-de-la-vega/

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