Steve Keen
17/04/2016Ben Bernanke, se ganó el sobrenombre de "Helicóptero Ben" por sus comentarios en un discurso del 2002 en el sentido de que "el gobierno de Estados Unidos tiene una tecnología, llamada imprenta (o, en la actualidad, su equivalente electrónico), que le permite producir tantos dólares estadounidenses como quiera, prácticamente sin coste", que la existencia de esta tecnología significa que "con suficientes inyecciones de dinero, en última instancia siempre se podrá revertir una deflación", y que el uso de esta tecnología para financiar una reducción de impuestos es "esencialmente equivalente al famoso "dinero helicóptero" de Milton Friedman”. Pero el hecho de que se le llame "Helicóptero Ben" no significa que Bernanke sepa cómo funciona realmente el "dinero helicóptero".
Su columna “What tools does the Fed have left? Part 3: Helicopter money” (¿Qué herramientas le quedan a la Fed? Parte 3: el dinero helicóptero) analiza los aspectos prácticos de la aplicación real del "dinero helicóptero" (o como describe con más precisión: "una política fiscal expansiva – un aumento del gasto público o un recorte de impuestos- financiada mediante un aumento permanente de la masa monetaria") y también aborda cómo una política de este tipo podría afectar a la economía real. Mientras que su discusión de los aspectos prácticos es realista, su discusión de cómo funcionaría es pura fantasía.
Los aspectos prácticos son sencillos (y Bernanke tiene una buena sugerencia práctica de cómo implementarlos también, que trataré al final de esta nota). El "dinero helicóptero" (o como él lo rebautiza con indudable pasión, "un programa fiscal financiado con dinero, o PFFD") es una inyección directa de dinero del gobierno a las cuentas bancarias de la gente, que se financia con un préstamo de la Reserva Federal a la Tesorería. Esto difiere de la forma habitual en la que el gasto público se financia, que es mediante la emisión de bonos del tesoro, que luego son comprados por el público.
El método habitual no sitúa dinero adicional en circulación en la economía, debido a que el aumento en las cuentas de algún banco del sector privado causado por el gasto del gobierno – exenciones fiscales, por ejemplo, es completamente compensado por la reducción de otras cuentas bancarias del sector privado en la medida que compran los bonos del Tesoro que financiaron las exenciones fiscales.
Pero con el "PFFD", la exención de impuestos se financia con dinero nuevo creado por la Reserva Federal "en esencia, sin coste". Por lo tanto, aumenta directamente la oferta de dinero, y aquí es donde la analogía con el "dinero helicóptero" de Friedman se produce. En la economía del sector privado, la oferta de dinero se incrementa cuando los bancos privados prestan al público. El dinero creado por el crédito bancario privado también se conoce con el apodo de "dinero endógeno", ya que es creado por instituciones que están "dentro" del sector privado: los bancos del sector privado.
El dinero creado por el gobierno, que es lo que sería una exención de impuestos financiada por un préstamo directo de la Reserva Federal al Tesoro, es "dinero exógeno", porque viene de fuera del sector privado. La analogía de Friedman lo compara con un helicóptero que vuela sobre una economía y deja caer billetes nuevos de un dólar desde el cielo.
Entonces, ¿ en que se diferencia el impacto del "dinero helicóptero" de la forma habitual de financiar el gasto público? Aquí es donde Bernanke pasa de los entresijos prácticos al mundo fantasioso de la economía dominante. De acuerdo con Ben, el helicóptero vuela, por así decirlo, porque provoca "un aumento temporal de la inflación esperada" y porque "no aumenta futuras cargas fiscales".
¿Qué? ¿El dinero helicóptero funciona sobre todo porque el aumento de la oferta monetaria provoca directamente también un aumento del gasto? Eso es lo que se podría pensar si no hubiera hecho un doctorado en Economía, como Ben Bernanke si ha hecho. Pero si usted ha hecho un doctorado en Economía, sabe que la cosa es más complicada que eso, porque en su modelo de la economía, que la gente realmente gaste ese dinero depende de otros dos factores.
Estos dos factores son "las expectativas de inflación" y las consecuencias fiscales de los gastos del gobierno. En el modelo económico dominante que Bernanke cree que en realidad describe el mundo real, las personas reales basan sus decisiones de gasto corriente en lo que creen que va a pasar a la inflación y las futuras cargas fiscales.
En el modelo de Bernanke, si la gente cree que algunas políticas provocarán inflación, entonces habrá inflación, porque la gente va a subir inmediatamente los precios de lo que venden (los propietarios de negocios van a subir los precios, los trabajadores van a exigir salarios más altos). En otras palabras, la creencia en sí misma de que la inflación es causada por la política, causa de hecho inflación. La gente actúa así porque todos utilizan el mismo modelo para predecir el curso futuro de la economía, y en ese modelo existe una relación directa entre los cambios en la oferta monetaria y el aumento de los precios.
Igualmente, si la gente cree que algunas políticas del gobierno hará que suban los impuestos en el futuro, gastará menos ahora, para ahorrar dinero para que ellos o sus descendientes puedan pagar impuestos más altos en el futuro. La gente lo hace porque saben que el déficit público actual (si está financiado con préstamos) debe ir acompañado de un superávit de las administraciones en el futuro, por lo que ahorran dinero hoy para que en el futuro, o tal vez sus tataranietos, puedan tener el dinero necesario para los futuros impuestos.
Si siente que la cabeza le da vueltas como el rotor de un helicóptero después de leer esos dos párrafos, todo va bien: describen un punto de vista sin sentido del mundo real, un modelo fantástico que fue la causa de que a los economistas convencionales como Bernanke les pillara completamente por sorpresa la mayor crisis económica desde la Gran Depresión en 2007.
Este modelo fue imaginado - esa es la forma precisa de describir su diseño-, precisamente porque sus inventores querían "probar" que la política del gobierno eran ineficaces. Así que hicieron todo tipo de suposiciones absurdas con la mayor alegría para llegar a esa conclusión.
La fantasía de que las expectativas de inflación "causan la inflación" fue diseñada para contrarrestar el argumento de que la política del gobierno podría estimular la economía. ¿Cómo podemos refutarla? Hey, vamos a suponer que la gente utiliza nuestro modelo para predecir el futuro, y pretender a la vez que nuestro modelo es exacto. Así que si el gobierno aumenta la oferta monetaria con el objetivo de estimular la demanda hoy, la gente sabrá que el aumento de la oferta monetaria sólo provocará inflación en el futuro, por lo que van a subir sus precios inmediatamente, y el intento del gobierno de estimular la economía fracasará.
La "lógica" detrás de la idea de que la gente va a ahorrar ahora a fin de pagar impuestos en el futuro es aún más evidentemente un sin sentido. Cuando se señaló a su creador, Robert Barro, que la gente no necesariamente ahorra hoy para pagar impuestos en el futuro si pensaban que la futura carga fiscal no les afectaría a ellos, sino a las generaciones futuras, Barro contestó simplemente: cuando va de compras, lo hace planificando un futuro infinito para su dinastía personal:
“El argumento no es válido si la persona típica ya está donando a sus hijos por altruismo. En este caso, la gente reacciona ... con un aumento compensatorio de las transferencias voluntarias ... La idea principal es que una red de transferencias entre generaciones hace que la persona típica sea parte de una gran familia que se extiende en el tiempo de forma indefinida. En esta configuración, los hogares aprovechan toda la gama de impuestos futuros previsibles, y por lo tanto planifican eficazmente con un horizonte infinito”. (Barro, "El enfoque ricardiano a los déficits presupuestarios", 1984)
Como víctima de una formación convencional en Economía, Ben Bernanke, se creyó todas estas tonterías como explicación de por qué la política del gobierno en general, debe dejar las "manos fuera de la economía", y por lo tanto por qué crisis enormes como la Gran Depresión no pueden ser culpa del sector privado, sino que son debidas a la mala política del gobierno. Claramente, la experiencia de la Gran Recesión no ha llevado a Bernanke a cuestionar este modelo delirante de la realidad. Ahora, tras la crisis que tanto él como la corriente económica principal no supieron predecir, sigue tratando de utilizar este modelo para explicar cómo, tal vez, la política del gobierno podría tener éxito.
Por lo tanto, el modelo dice que el déficit de las administraciones sólo puede provocar inflación; pero bueno, queremos algo de inflación ahora, así que vamos a hacer eso. Problema resuelto.
Pero el modelo dice que, la gente espera un aumento de impuestos en el futuro para compensar un aumento del gasto público en la actualidad. Entonces, ¿cómo darle la vuelta? Ah, vamos a financiar el gasto con creación de dinero directa en lugar de impuestos. Problema número dos resuelto, por lo que "el dinero helicóptero" funcionará en nuestro modelo. Por lo tanto también funcionará en el mundo real.
Ni de coña. El mecanismo es mucho más fácil que en la lógica torturada de Bernanke, y cuanto menos haya aprendido de la teoría economía dominante, mejor equipado está para entenderlo. Lo explicaré en mi próxima nota.
En esta, voy a terminar apoyando la propuesta de Bernanke de un mecanismo que haga posible el "dinero helicóptero”:
“Hay que pedir al Congreso que cree, mediante una ley, una cuenta especial del Tesoro en la Reserva Federal, y darle a la Fed (en concreto, al Comité Federal de Mercado Abierto) la autoridad única para "llenar" la cuenta, tal vez hasta un límite especificado de antemano. Casi todo el tiempo la cuenta estaría vacía; la Fed podría usar su autoridad para inyectar fondos a la cuenta sólo cuando el CFMA crea necesario un PFFD de un tamaño concreto para lograr los objetivos de empleo e inflación de la Fed.
Si la Fed, actua de acuerdo con esta propuesta, el siguiente paso sería que el Congreso y la Administración -a través del proceso legislativo habitual, pero posiblemente de urgencia-, determine cómo gastar los fondos (por ejemplo, en un recorte de impuestos o en obras públicas). Es importante destacar que el Congreso y la Administración tendrían la opción de dejar los fondos sin uso. Si los fondos no se utilizasen en un plazo determinado, la Fed estaría facultada para retirarlos”.
Esta es una forma sensata de hacer posible que el gobierno implemente el "dinero helicóptero" en momentos en que la economía se ve atrapada en una crisis de deuda deflacionaria, como la actual. Pero yo preferiría que pusiese en práctica lo que llamo una "cancelación moderna de la deuda", como explicaré en mi próxima nota.