¿Necesitamos una clase multimillonaria? Entrevista

Gar Alperovitz

13/03/2016

Con cooperativas obreras y otras formas de empresa democráticas, el  veterano analista Gar Alperovitz está ayudando a Estados Unidos a ver que podemos crear riqueza sin crear súper ricos.

 

El historiador y economista político Gar Alperovitz explica que las estructuras de propiedad alternativas pueden carcomer la desigualdad que crea el capital contemporáneo.

 

En la lucha contra la desigualdad económica, el historiador y economista político Gar Alperovitz tiende a pensar a largo plazo. Eso puede ser debido, al menos en parte, a que Alperovitz está luchando desde hace mucho tiempo.

 

En la década de los 60, por ejemplo, Alperovitz trabajó con el Dr. Martin Luther King Jr. y sus ayudantes para explorar el potencial de un orden económico alternativo construido sobre la empresa propiedad de la comunidad.

 

Alperovitz siempre ha tenido un pie tanto en el campo del activista de lo que podría ser como en la realidad política de lo que podemos lograr ya. Sus numerosos libros han relacionado estos dos campos, y desinfla las pretensiones de los que defienden la sorprendente desigualdad de la distribución del ingreso y la riqueza en los Estados Unidos.

 

Alperovitz ha trabajado como director legislativo en ambas cámaras del Congreso y también trabajó con una amplia gama de grupos e instituciones para crear una infraestructura organizacional para una "nueva economía" más democrática. Después de la Gran Recesión, esos esfuerzos han comenzado a tomar un considerable impulso.

 

Alperovitz vive en Washington, DC. El editor de Too Much Sam Pizzigati habla con él de su perspectiva a largo plazo respecto a cómo podemos ir disminuyendo la desigualdad a un tamaño democrático.

 

Too Much: Ud. considera el capital –quien lo posee, se beneficia de él y saca poder político del mismo- como una clave tanto para comprender como para terminar con nuestros asombrosos niveles de desigualdad actual. ¿Qué entiende por capital?

 

Alperovitz: En la formulación que utilizo, capital equivale simplemente a la propiedad de cualquier tipo de riqueza, propiedad que puede traducirse en poder. Puede venderse para obtener ingresos. Puede servir para contratar a personas. Es otra palabra para propiedad de la riqueza.

 

Too Much: Nos hemos vuelto tan desiguales, también hemos observado, que nunca vamos a ser significativamente más iguales a menos que haya un cambio fundamental en quien controla el capital, un cambio en quien es dueño de la riqueza. ¿Un cambio hacia qué?

 

Alperovitz: La riqueza trae poder, el poder político, el poder institucional. La riqueza por sí sola da a las personas la capacidad, como un amigo mío gusta decir, de “alquilar” políticos y controlar el proceso político. La riqueza da acceso a los ricos, acceso a las palancas políticas que alteran el funcionamiento de la economía.

 

La riqueza da a los ricos la capacidad de “alquilar” políticos y controlar el proceso político.

 

En todos los países avanzados, las organizaciones laborales han proporcionado un contrapeso a esta riqueza. En la fábrica y en el sistema político, los sindicatos desafiaron directamente al capital en cuanto a los salarios y la distribución del ingreso.

 

Pero en los Estados Unidos siempre hemos tenido un movimiento obrero mucho más débil que la mayoría de los otros países capitalistas avanzados y actualmente nuestro contrapeso obrero está desapareciendo. Cada vez tenemos menos contrapeso institucional al poder político del capital.

 

Actualmente muchos activistas piensan que la construcción de un movimiento va a resolver este problema. Obviamente necesitamos un movimiento. Pero en el corazón del movimiento que ayudó a que Estados Unidos fuera más igualitario a mitad del siglo 20, también teníamos una institución, los sindicatos.

 

A menos que se tengan ambos, instituciones y un movimiento político, no se dispondrá del poder y los medios para desafiar realmente al capital.

 

Too Much: Con los sindicatos tan asediados, ¿qué otras instituciones podrían proporcionar un contrapeso al capital?

 

Alperovitz: he estado muy interesado en la construcción de estructuras de propiedad alternativas (cooperativas de trabajadores, fideicomisos de tierras comunitarias, propiedad municipal) que pueden ayudarnos a desplazar lentamente y debilitar el capital.

 

Si se establece una cooperativa de trabajadores, no tienes una empresa capitalista. Tienes una empresa de los trabajadores. Y si tienes 10.000 cooperativas de trabajadores, es posible que sea el comienzo de un nuevo orden económico. Y si se puede comenzar a desarrollar políticamente la idea de que, sí, la propiedad puede ser pública o de los trabajadores o de la comunidad, en lugar de privada y capitalista, entonces se puede pasar a otras formas de riqueza común y de propiedad democrática como bancos de la ciudad y del estado.

 

Si hay 10.000 cooperativas de trabajadores, es posible que sea el comienzo de un nuevo orden económico.

 

Too Much: Entonces ¿cómo hacemos para desarrollar esa idea políticamente?

 

Alperovitz: Pienso que hay que empezar con una estrategia contra-institucional. Si ellos tienen instituciones y nosotros no, y el trabajo ya no existe en tanto que fuerza necesaria, o bien construimos una subestructura institucional o perdemos.

 

Too Much: Tenemos ya una serie de instituciones alternativas operando en nuestra economía, desde cooperativas a planes de compra de acciones para los empleados, o ESOPs. ¿Qué importancia han llegado a tener estas instituciones alternativas?

 

Alperovitz: No son nada significativas, por lo menos en su etapa actual de desarrollo.

 

Actualmente tenemos en Estados Unidos 130 millones de personas que participan en las cooperativas, pero la mayoría como socios de la cooperativa. Tenemos también algunas cooperativas agrícolas y unas 500 cooperativas de trabajadores. También tenemos varios cientos de fideicomisos de tierras.

 

ESOP tienen quizás unos 10 millones de personas. Pero estas empresas propiedad de los trabajadores por lo general no implican una toma de decisiones democrática. Podrían, sin embargo, ser democratizadas.

 

Pero las cosas están evolucionando, sobre todo porque los alcaldes de varias ciudades están empezando a ayudar a establecer cooperativas. Estamos viendo cooperativas de trabajadores y bancos de propiedad municipal. Filadelfia y Santa Fe son quizás las más avanzadas en cuanto a la creación de un banco. Dakota del Norte ha tenido un banco de propiedad estatal efectiva durante cien años. Boulder casi controla la compañía eléctrica local.

 

Así pues, actualmente estamos empezando, en muchas ciudades, a generalizar la idea de que podemos tener formas comunitarias de propiedad, estamos empezando a generar estructuras - de abajo hacia arriba - que socializan la propiedad de una forma u otra.

 

Estamos empezando a generalizar la idea de que podemos tener formas comunitarias de propiedad.

 

Too Much: ¿qué es lo que está impulsando todo esto?

 

Alperovitz: Los niveles de sufrimiento en nuestra sociedad están creciendo. Nuestro sistema económico está creando mucho sufrimiento y no tenemos una buena política liberal o social-democrática que pueda aliviar ese sufrimiento.

 

En cierto sentido, estamos viviendo en un laberinto. No podemos salir a través de las estrategias social-demócratas  y liberales y mano de obra. El sistema no ha colapsado, por lo tanto no tenemos una crisis revolucionaria. Y el sufrimiento continúa. Muchas personas están llegando a la conclusión que, o bien se construye de abajo hacia arriba, o las cosas irán a peor.

 

Too Much: Por lo general en Estados Unidos pensamos en pequeño cuando pensamos en estructuras económicas alternativas como las cooperativas de trabajadores. Sin embargo, algunas instituciones alternativas en otras partes del mundo han crecido bastante y están dando un testimonio igualitario apreciable. La red cooperativa de trabajadores Mondragón en España, por ejemplo, tiene 75.000 trabajadores y un ratio de seis a uno entre los salarios de la alta dirección y el de los trabajadores. ¿Podría existir en Estados Unidos una red cooperativa tan robusta como ésta?

 

Alperovitz: Creo que en realidad podemos tener mayores posibilidades en los Estados Unidos que en la zona vasca de España - que es la base geográfica de Mondragón - y la zona de Emilia-Romagna de Italia, otro centro mundial cooperativo.

 

Mondragón tiene una historia política inusual. Y lo mismo ocurre con Emilia-Romagna. Ambos tuvieron luchas antifascistas intensas y violentas. Estas luchas fueron un gran semillero para los organizadores, que luego se dedicaron a desarrollar  instituciones alternativas.

 

En Estados Unidos no tenemos ese contexto, así que no creo que vayamos a tener una Mondragón. Pero tenemos un localismo de una especie diferente. Tenemos un sistema muy descentralizado que ofrece  a nuestras comunidades posibilidades inusuales.

 

Too Much: ¿Qué tipo de posibilidades?

 

Los niveles de sufrimiento en nuestra sociedad están creciendo.

 

Alperovitz: En Cleveland, tenemos el modelo de Evergreen. Está basado en el barrio, es propiedad de la comunidad y de los trabajadores.

 

Las cooperativas de trabajadores de Evergreen están aprovechando el poder adquisitivo de los hospitales y las universidades locales. Están vendiendo a estas "instituciones estables" todo, desde lechuga a servicios de lavandería. Cuando hay hospitales y universidades públicos que compran a cooperativas de trabajo locales con fondos públicos, hay el potencial para un sistema expansivo que realmente puede empezar a tener cierto poder al respecto.

 

Estas instituciones estables proporcionan un mercado en cierto modo  garantizado que pueda estabilizar las empresas de trabajadores.

 

Too Much: Y estas "instituciones estables", en su mayoría sin fines de lucro, ¿no pueden amenazar con plegar velas e irse, como hacen las empresas cuando sus directores generales empiezan a presionar a sus trabajadores respecto a concesiones sobre salarios y beneficios?

 

Alperovitz: Sí, son cuasi-socialistas. Y tienen tanto dinero público -Medicare, Medicaid, hospital y subsidios para la educación de diversa índole- que la gente entiende naturalmente que los dólares de los contribuyentes de hecho pueden ayudar a construir su comunidad.

 

Too Much: ¿Cómo se refleja, en el modelo de Evergreen, el elemento de propiedad comunitaria en la estructura de las empresas cooperativas?

 

Alperovitz: Evergreen funciona como una organización no lucrativa que une a las empresas pertenecientes a los trabajadores.

 

Los trabajadores de una empresa independiente, propiedad de los trabajadores, pueden vender su empresa al mejor postor. En Evergreen esto no se puede hacer, a menos que la central cooperativa lo apruebe. Evergreen trabaja para construir la comunidad, no simplemente para hacer ricos a un puñado de individuos.

 

A los alcaldes les resulta útil políticamente para fomentar el desarrollo de las cooperativas de trabajadores.

 

Un segundo punto: Una parte de los beneficios obtenidos por las cooperativas obreras de Evergreen ha contribuido a la organización central sin fines de lucro de la comunidad, con miras a la construcción de la comunidad. Así pues, Evergreen tiene una visión comunitaria, aparte de la del trabajador.

 

Y tercero: Una parte de las ganancias de las cooperativas obreras va también a un fondo de préstamos, con la idea de construir más y más cooperativas.

 

Too Much: Y todo esto ¿se hace democráticamente?

 

Alperovitz: El modelo de Evergreen está funcionando realmente como un proyecto demostración, establecido por fundaciones y grupos de trabajadores y hospitales. Evergreen no tiene un cuerpo elegido en el sentido tradicional, así que, en esta etapa, no es una estructura democrática.

 

Pero otros están experimentando en la próxima etapa. Un nuevo desarrollo en Rochester que se basa en principios similares, estará probablemente estructurado de forma mucho más democrática.

 

Too Much: En la ciudad de Nueva York, la administración di Blasio ¿ha asignado, en esta línea, algo de dinero para las empresas propiedad de los trabajadores?

 

Alperovitz: Sí, di Blasio ha presupuestado $ 1,2 millones para ayudar a establecer cooperativas. Madison también está poniendo dinero y también Austin, Richmond, y Jacksonville están moviéndose  por este camino. Por lo tanto se está viendo que los alcaldes consideran útil políticamente fomentar el desarrollo de cooperativas obreras.

 

En Democracy Collaborative acabamos de publicar un gran informe sobre lo que están haciendo los alcaldes. Combinemos este trabajo con lo que están haciendo las instituciones sin fines de lucro y se puede empezar a ver una estructura de apoyo para la experimentación y el desarrollo.

 

Estamos en las fases iniciales de un cambio hacia una economía democrática.

 

Too Much: En última instancia, para desafiar a los elementos más poderosos de nuestra estructura de poder económico, hay que ir a los grandes bancos y las grandes corporaciones. ¿Cómo podemos generalizar la noción de que todos éstos deben democratizarse?

 

Alperovitz: En 2008, hubo una crisis nacional y efectivamente, nacionalizamos General Motors y Chrysler y AIG y, de hecho, muchos de los grandes bancos. Básicamente, el gobierno federal controló las  designaciones en esos consejos de administración.

 

Es probable que debamos enfrentarnos a más crisis en las próximas tres o cuatro décadas. Deberíamos pensar en cómo sacar provecho de las crisis.

 

Too Much: En cierto modo ¿no nos aprovechamos en 2008?

 

Alperovitz: Sí, y ello requiere establecer la idea de que es el momento para la apropiación democrática. ¿Cómo hacer entrar esa idea en la discusión común? ¿Cómo hacemos para que la gente vea los servicios públicos municipales, la propiedad de los trabajadores, los fideicomisos de tierras, y los bancos públicos como una economía inteligente y no como un socialismo salvaje?

 

Too Much: ¿Y su respuesta es que los esfuerzos locales incrementales comienzan a crear este entendimiento?

 

Alperovitz: Estos esfuerzos locales incrementales contribuyen ciertamente a ello. Lo mismo ocurre con los libros, artículos y movimientos políticos por parte de alcaldes y gobernadores, hay un montón de diferentes niveles involucrados.

 

Too Much: La Comisión de Valores federal adoptó el pasado verano regulaciones que requieren que las empresas que cotizan en bolsa informen anualmente del ratio entre las ganancias de sus trabajadores y las de sus altos ejecutivos. Si los gobiernos empezaran a dar un trato preferencial en los procesos  de  contratación a la empresas que tienen una brecha salarial modesta entre trabajadores y altos ejecutivos CEO ¿tendría algo así un impacto significativo en el crecimiento de las empresas alternativas?

El socialismo ya no asusta a la gente.

 

Alperovitz: Estamos en las fases iniciales de este cambio hacia  una economía democrática, una etapa en la que estamos introduciendo nuevas ideas como estas, y legitimándolas. Es importante tener cosas muy concretas como éstas, que pueden hacerse.

 

Too Much: Bernie Sanders ha metido la palabra “s” - socialismo - en el centro de la escena política. ¿En que medida su candidatura ha ayudado a su visión de una Nueva Economía?

 

Alperovitz: No estoy seguro de la mayoría de la gente comprenda lo que significa la palabra "socialismo". Pero el socialismo ya no asusta a la gente. He escrito un nuevo trabajo sobre esto en la revista Nation.

 

Bernie ha presentado una legislación para las cooperativas de trabajadores, pero hasta ahora no ha hablado mucho de ello en su campaña. Básicamente habla de cambios en los impuestos, aumento del salario mínimo, los programas tradicionales de la izquierda liberal. Pero se está concentrando en el ataque a la distribución y eso es importante.

 

Pero lo que es realmente importante es que está demostrando que hoy día en los Estados Unidos - increíblemente! – se puede hablar de socialismo, de cambios muy radicales en al menos los impuestos y los ingresos. Ha forzado su introducción. Eso es algo muy importante. Ha demostrado la debilidad de la ideología dominante y eso es realmente importante. Y otros políticos van a retomarlo.

 

Too Much: Entonces ¿cuál es la lección?

 

Alperovitz: El sistema se está deslegitimando a sí mismo debido a sus fallos. Ya no tiene control ideológico. Este puede ser uno de los momentos más importantes en la historia de Estados Unidos, sin excepción, porque creo que el sistema se está quedando sin opciones.

 

Nuestro sistema económico se está quedando sin opciones.

 

Too Much: Si el candidato ganador de la Casa Blanca se presentara ante Ud. en noviembre próximo y le preguntara qué debemos hacer el 21 de enero, el día después de la inauguración, para avanzar hacia una Nueva Economía ¿qué le aconsejaría?

 

Alperovitz: El ganador se enfrentará probablemente a un Congreso republicano que no le dejará hacer nada a la nueva administración. Por lo tanto, en el plano político, el nuevo Presidente tendría que hacer lo que Harry Truman hizo en los años inmediatamente anteriores a las elecciones de 1948: ir contra el Congreso "no hacer nada" republicano, algo que Obama no hizo.

 

En segundo lugar, el nuevo presidente tendría que construir un movimiento político, cosa que sin duda Bernie entiende que es necesario. Después de su elección, Obama esencialmente desmanteló el movimiento de base que le eligió.

 

Por supuesto, estos pasos no cambiarían la realidad a la que se enfrentaría el nuevo Presidente en enero próximo. El nuevo Presidente seguiría enfrentándose a un Congreso republicano que no va a dejar que la nueva administración apruebe leyes importantes.

Pero la nueva administración tendría opciones.

 

Al fin y al cabo las empresas propiedad de trabajadores no dejan de ser empresas y la comunidad empresarial ha logrado conseguir un montón de distintas regulaciones y programas que ayudan a las empresas, desde pequeños préstamos comerciales a subvenciones para el desarrollo económico. Por vía administrativa, y sin tener que ir al Congreso, el nuevo Presidente podría utilizar estos programas ya existentes para construir una nueva infraestructura de instituciones favorable a unas empresas más democráticas.

 

Too Much: Usted está co-presidiendo una nueva iniciativa nacional llamada Proyecto del Próximo Sistema. Nuestro sistema actual parece increíblemente bloqueado. ¿Qué es lo que le  infunde una especial esperanza de que podamos ver realmente una Nueva Economía más igualitaria?

 

Alperovitz: Si pensamos en el siglo XX, hemos tenido varios problemas importantes en el primer cuarto del siglo: estancamiento, grandes crisis bancarias, desempleo, recesiones. La Primera Guerra Mundial rescató entonces el sistema.

 

Tenemos la posibilidad de establecer la infraestructura para una Nueva Economía.

 

Lo mismo ocurrió en el segundo cuarto de siglo. Crisis masivas, la Segunda Guerra Mundial rescató el sistema. En el tercer cuarto, Vietnam y la Guerra Fría estabilizaron el sistema. Ahora nuestro sistema se ha quedado sin estabilizadores.

 

La gente en general no analiza la situación de la forma en que acabo de hacerlo, pero en el mundo real la gente ve que nada funciona. Y el sufrimiento empeora y los políticos hablan. Creo que es el resultado de un sistema que ya no tiene la capacidad de resolver problemas.

 

Ahora bien, si el sistema colapsara totalmente creo que iríamos hacia la derecha, no la izquierda. Pero no veo un colapso. El gobierno está actualmente financiando el 30 por ciento de la economía. Ese tipo de estabilidad hace poco probable un colapso total.

 

Así que nos quedamos con nuestra continua decadencia y deslegitimación y la gente tiene la sensación de que algo anda realmente mal. Todo partirá de este contexto.

 

Así que si ponemos sobre la mesa las próximas tres décadas y trabajamos en la construcción de estructuras económicas democráticas allí donde vemos oportunidades para la transformación, tenemos la posibilidad de establecer la infraestructura para una Nueva Economía, pieza por pieza.

 

Tenemos la oportunidad, creo, para sentar las bases de una transformación irreversible. No digo que esta generación pueda realmente hacer una transformación. Pero creo que podemos preparar el terreno, a varios niveles, para una transformación definitiva.

 

Too Much: normalmente no pensamos en el cambio gradual como un cambio radical. Pero Ud. defiende el cambio gradual como potencialmente muy transformador.

 

Alperovitz: Cambio gradual de un tipo especial. Estamos hablando de cambiar las estructuras de propiedad y control.

 

Pero creo que es particularmente importante romper con la idea de que tenemos solamente o bien una reforma gradual o la revolución. Tenemos otra manera. Me gusta llamarlo "la reconstrucción evolutiva." Es una manera de pensar la transformación de las instituciones dentro de un contexto que no se derrumba, no es revolucionario. Es una manera distinta de pensar sobre las posibilidades - y el futuro – a que nos enfrentamos.

 

es economista político e historiador. Ha sido profesor en las universidades de Maryland, Cambridge y Harvard. Recientemente ha publicado What Then Must We Do? Straight Talk about the Next American Revolution (2013), America Beyond Capitalism: Reclaiming Our Wealth, Our Liberty, and Our Democracy (2011, segunda edición) y Unjust Deserts: How The Rich Are Taking Our Common Inheritance and Why We Should Take It Back (2008). Es el creador de Democracy Collaborative.
Fuente:
http://toomuchonline.org/do-we-really-need-a-billionaire-class/
Traducción:
Anna Maria Garriga Tarré

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