Lecciones francesas. Dossier

Rossana Rossanda

Hugo Moreno

13/04/2014

 

 

Este Dossier consta de los siguientes dos textos:

1)     Rossana Rossanda: "Lecciones francesas"

2)     Hugo Moreno: "12 de abril, cólera en las calles de París"

1) Rossana Rossanda: "Lecciones francesas"

El segundo turno de las municipales ha confirmado el éxito del Front National. El bipolarismo ha sido derrotado por la extrema derecha, mientras se ha impuesto en la izquierda el resentimiento y con ello el deseo de castigar a Hollande. Como ha sucedido en Italia con el Movimiento 5 Estrellas.

Que la segunda vuelta de las elecciones municipales francesas iba a suponer un batacazo para los socialistas era previsible, sólo quedaba verificar de qué dimensiones. Ha sido más grave de lo previsto, han perdido 150 municipios, entre grandes y pequeños, que han pasado a la derecha, no han conquistado ni una sola ciudad, y algunas de antigua tradición, como Toulouse, se han perdido por completo. El Frente Nacional ha abierta una gran brecha en el muro "republicano" que lo había bloqueado hasta ahora, conquistando algunas alcaldías y un millar de concejales, el Partido Comunista ha desaparecido de sus zonas históricas, salvo pocas excepciones. El frente de las izquierdas, lo mismo, París sigue siendo socialista gracias a la azarosa reconquista de la delfina de Delanoë, Anne Hidalgo, mientras que otra mujer ha conquistado Aviñón: son dos símbolos importantes.

El famoso bipolarismo, tan amado por los italianos, ha sido derrotado por la extrema derecha (concurrían al segundo escrutinio las listas que habían superado el 10 % en la primera vuelta). Los abstencionistas no han respondido al llamamiento socialista de levantar un muro contra la derecha, los decepcionados de la base de izquierdas ya no se han creído, en resumen, a Hollande sino que han cedido al deseo de castigarlo, como en Italia el Movimento Cinco Estrellas. No estamos en el corazón de África sino en la Europa aculturada a cien años de la Primera Guerra Mundial y poco menos de Mussolini y Hitler. Pero el resentimiento de la izquierda cuenta más que una reflexión sobre las consecuencias del voto a la derecha. Se impone la bronca como reflejo antieuropeo: "Son todosi iguales, no mucho más" parece el estado de ánimo más difundido.  

Hay que decir que la lección que de ello ha sacado Hollande ha sido debilísima, si no contradictoria. Se ha deshecho inmediatamente del primer ministro Ayrault, que le había sido leal, y ha nombrado de golpe en su lugar, y sin discutirlo con nadie, a Manuel Valls, considerado por todos como el más a la derecha de la izquierda, también él arrogante y decisionista. A la izquierda interna han ido a para educación (Benoit Hamon) y economía (Montebourg), simpático pero no en condiciones de bloquear la austeridad europea, por lo tanto, no se entiende con qué medios.  

La Francia que había conseguido dos años de plazo para reembolsar la deuda, ya no dispone de ellos  y debe encontrar en el presupuesto en curso cincuenta mil millones que debe devolver, evidentemente en ahorros y no desde luego en inversiones.

Como en Italia, donde Renzi está lanzando la pésima Jobs Act [ley de empleo], Francia, o no entiende de qué se trata o es consciente y se mueve en la dirección más ruinosa.  

Rossana Rossanda es miembro del Consejo Editorial de SinPermiso

Fuente: Sbilanciamoci.info, 3 de abril de 2014

2) Hugo Moreno: "12 de abril, cólera en las calles de París"

Este sábado 12 de abril los adoquines de París volvieron a resonar bajo la consigna "¡Basta ya!". La manifestación organizada por la "izquierda de la izquierda" (Frente de Izquierda, NPA, federaciones sindicales y asociativas) concentrada en Plaza de la República marchó hasta La Nación, en un ambiente festivo, combativo y de cólera. Al frente podía verse a Jean-Luc Mélenchon (FG, Pierre Laurent (PCF), Oliver Besancenot (NPA) y numerosos dirigentes de distintas organizaciones. La iniciativa, no cabe la menor duda, ha sido un gran éxito; un poderoso soplo de oxígeno en el panorama político actual.

Como es habitual, las estimaciones divergen: 25.000, según la prefectura de policía; 100.000, según los organizadores. François Hollande y su nuevo gobierno con Manuel Valls como primer ministro, confirmando la política de austeridad exigida por la gran patronal y las directivas de la Unión Europea (o sea, Bruselas y Berlín), han recibido un nuevo rechazo después del desastre de las elecciones municipales. Lo que quieren negar los escépticos de siempre, preconizadores de la resignación, de ese nefasto "no se puede hacer otra cosa", encontraron una primera barrera.

Muchos jóvenes y una "izquierda de la izquierda" reagrupando a numerosas organizaciones, presentes en la manifestación, constituyen el dato más significativo. Solo recuperando las calles y el espacio público puede encontrarse una dinámica posible para derrotar a la derecha y abrir vías para una alternativa. El nombramiento de Valls, representante del ala derecha del PS a la cabeza del gobierno, no se hizo sin una fuerte sacudida en el interior del aparato mismo de la "rue Solferino". Una primera expresión fue el desafío de un tercio de los diputados que amenazaron  no votar la confianza en el gobierno. Aunque finalmente el voto logró obtenerse, el número de abstenciones en las filas socialistas fue importante. También es un hecho significativo, a pesar de que la izquierda socialista y los ecologistas no se solidarizaron públicamente con la manifestación, la presencia de numerosos de sus militantes.

El éxito de este día de cólera, sin embargo, no puede dejarse pasar sin destacar la ausencia de la juventud de los barrios periféricos, de los inmigrantes y sus hijos. Golpeados más que nadie por el desempleo y la marginalidad social, parecieran separados por una barrera invisible del resto de los sectores. Por eso mismo es tan importante que hoy, en las calles de París, volviera a escucharse, junto con la condena de la política de austeridad neoliberal –opción confirmada  por el gobierno Hollande-Valls—, el viejo grito de rebelión de la revolución francesa : libertad, igualdad, fraternidad. Es el único antídoto contra el resurgir de los antiguos y siniestros demonios del nacionalismo, la xenofobia  y el racismo. Esta gran marcha ha sido también por la dignidad : una contundente respuesta al éxito electoral de la derecha y la extrema derecha en las recientes elecciones del 23 y 30 de marzo. Alguna pancarta lo recordaba con el "¡No pasarán!" de la Guerra Civil españolas, como lo recordaba el repetido grito de "Resistencia, resistencia!".

El éxito de la manifestación ha sido una importante expresión unitaria de combate. Esa es una de las claves y de los grandes desafíos para la difícil pero insoslayable tarea de consolidación de una izquierda real, republicana y socialista, abandonando cualquier veleidad de marchar solos como "vanguardia esclarecida". Una vez más, como en otros tiempos, la política del frente único no solo se presenta como una aspiración legítima, sino como una exigencia social y política imperativa. En ese sentido, también es oportuno escuchar el eco de los adoquines de las calles del viejo París.— H.M., 12 de abril 2014.

Hugo Moreno es miembro del Comité de Redacción de Sin Permiso

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