Las recetas 'austeras' que la izquierda no repudia

Emiliano Brancaccio

08/06/2024

Si aún teníamos dudas, ahora podemos disiparlas todas: la doctrina de la austeridad está de vuelta.

Aprobado por el Gobierno italiano de los soberanistas redimidos, el nuevo Reglamento de la UE anuncia una nueva era de restricciones presupuestarias. Y el último informe del Fondo Monetario Internacional sobre Italia va aún más lejos. La tesis de la que parten los economistas de Washington es la de siempre: nuestra deuda pública es demasiado elevada y debemos reducirla recortando el presupuesto del Estado.

La propuesta para reducir la deuda es que en el plazo de dos años el Estado cree un exceso de ingresos fiscales sobre el gasto público neto de intereses equivalente a tres puntos porcentuales del PIB. En otras palabras, el FMI pide un ajuste progresivo del orden de unos sesenta mil millones. La poco ceremoniosa invitación es a sumergirse de nuevo en el viejo y proceloso mar de lágrimas y sangre.

Algunos opositores al gobierno Meloni han aprovechado la ocasión para revivir un viejo tamborileo: hay una derecha temeraria que está destrozando las cuentas públicas, asustando a los mercados y que acabará por aumentar el infame diferencial, es decir, la diferencia entre los tipos de interés italianos y los alemanes. Esta derecha debería entonces ser sustituida por una mayoría gubernamental responsable, que ponga en orden las arcas del Estado antes de que sea demasiado tarde.

Así piensan los distintos nostálgicos de los gobiernos dirigidos por optimistas: de Ciampi a Monti, pasando por Draghi. Para estos apologistas de una nueva tecnocracia de "cuentas en orden", los partidos que aún intentan interceptar el consenso de los trabajadores deberían resignarse al habitual papel de aguadores. Se invoca así de nuevo una "extensión de la izquierda" cuaresmal: de nuevo dispuesta a inmolarse en el altar de la llamada "responsabilidad" presupuestaria. Con efectos notoriamente desastrosos en términos de consenso.

Pero, ¿cuáles serían las bases científicas de este nuevo y deseado giro hacia la austeridad? La respuesta es que no existen. Paradójicamente, el propio FMI nos lo explica. En el World Economic Outlook de abril de 2023, informa de los resultados de una encuesta sobre los programas de reducción de la deuda emprendidos por 54 naciones entre 1980 y 2019. Pues bien, el FMI admite que, por término medio, los programas basados en la austeridad "no conducen a un efecto estadísticamente significativo sobre la relación deuda/PIB". El estudio también señala que en varios casos la ratio de deuda mejoró con políticas expansivas, es decir, justo lo contrario de la austeridad.

Este resultado no es nuevo. La investigación científica predominante ha establecido que las políticas de austeridad no ayudan a contener la ratio deuda/PIB sino que, por el contrario, crean recesión, reducen el PIB y, por tanto, corren el riesgo de aumentar esa misma ratio. La evidencia empírica enseña que la reducción efectiva de la deuda requiere una acción diferente: sobre todo, una fuerte acción de los bancos centrales para mantener los tipos de interés en niveles bajos, estables por debajo de las tasas de crecimiento del PIB.

Un ejemplo sorprendente es Italia. Durante casi tres décadas, los distintos gobiernos nacionales han aplicado políticas de austeridad sin precedentes, incluso más estrictas que las adoptadas en Alemania. El efecto ha sido que el comportamiento del PIB italiano ha sido peor que la media de la UE, con el resultado de que la ratio deuda/PIB no ha disminuido en absoluto. Al contrario, bajo el gobierno de Monti, "austero" por excelencia, la deuda incluso ha aumentado. Los únicos momentos en los que se ha producido una reducción de la deuda han sido aquellos en los que el banco central ha presionado los tipos de interés por debajo del crecimiento del PIB.

Surge así una contradicción típica de estos tiempos turbulentos. En medio de mil vergüenzas, las grandes instituciones económicas internacionales insisten en preconizar recetas contradichas por sus propias investigaciones científicas.

Competir con Meloni y compañía sobre quién es el mejor colegial a la hora de aplicar la austeridad sugerida por las instituciones internacionales es, por tanto, una insensatez en el plano científico y una estupidez en el plano político.

La verdadera vergüenza del gobierno de derechas es que desplaza el gasto público en favor de empresarios decadentes, apañadores financieros y monopolistas varios, mientras afloja el cerco sobre contaminadores y evasores.

La batalla de una izquierda digna de ese nombre debería entonces versar sobre la composición del presupuesto público, no sobre su equilibrio total. Que la "izquierda extendida" se quede en el armario de los fracasos de la historia.

 

profesor asociado de economía política de la Universidad de Sannio. Ha publicado artículos en diversas revistas académicas internacionales, entre ellas el Cambridge Journal of Economics. Es autor de varios libros. En el ámbito de la divulgación, ha colaborado con varios periódicos, entre ellos Il Manifesto, Il Sole 24 Ore y RAI radio uno. Es miembro de los consejos de redacción de European Journal of Economics and Economic Policies, Bulletin of Political Economy, Il Ponte, Critica Marxista.
Fuente:
il manifesto, 24 de mayo de 2024
Temática: 
Traducción:
Antoni Soy Casals

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