Las declaraciones de un árbitro del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático

Robert Hunziker

19/12/2020

Roger Hallam, cofundador de Extinction Rebellion/XR, entrevistó recientemente al médico Peter Carter, quien ostenta el título de Árbitro Experto del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change). Esta entrevista buscó profundizar en las últimas indagaciones científicas sobre la situación climática actual, especialmente en lo relativo a la salud del planeta.

A continuación, proporcionamos el enlace al vídeo de esta valiosa entrevista, donde se traza un amplio recorrido por distintos avances científicos: https://youtu.be/6VSE5ubpKhg

Facilitamos asimismo una sinopsis de la entrevista, si bien esta se muestra necesariamente desnuda de los matices expresivos propios de los participantes:

Actualmente, el doctor Carter está arbitrando la VI Evaluación (AR6) del IPCC. Además, revisó también el Informe Especial 1.5°C del IPCC en 2018, que expuso una realidad inédita sobre la emergencia climática global. Como resultado, la profundidad, amplitud y verdadera urgencia de la situación está ganando reconocimiento en todo el mundo, por fin. El hecho de que la línea basal actual, en términos climáticos, sea 1,5ºC superior a aquella prescrita para diagnosticar el calentamiento global es algo que llamó poderosamente la atención.

Doctor Carter: “Nos encontramos envueltos en una emergencia climática, una emergencia planetaria sin precedentes. Se trata de una emergencia para nuestro clima, para nuestros océanos... Este no es uno de los muchos desafíos a los que nos enfrentamos, sino el desafío al que se enfrenta toda la humanidad”.

La próxima XVI COP (Conference of the Parties), que se celebrará en noviembre de 2021 en Glasgow, se encuentra en la agenda tanto de científicos como de burócratas, así como de importantes poderes económicos, que buscan poder “golpear cabezas” en un escenario “formal”, que permita discutir el estado del planeta. Si todo sale según lo planeado, como ocurrió en ediciones anteriores de la COP, algunos de estos intereses económicos sabotearán lo que, de otro modo, sería un pronóstico bastante sombrío para un planeta que se encuentra ya en una etapa avanzada de colapso, en algunos casos terminal.

Hemos visto cómo este evento (la COP) se ha celebrado, una y otra vez, desde su primera edición en Berlín (1995). Cada ceremonia final de la COP nos permite ver a las distintas “partes” participantes (Parties) felicitándose entre sí, palmeándose la espalda, por haber celebrado una conferencia climática exitosa en la que participan entre 20.000 y 30.000 profesionales, luego desaparecidos en combate por el consumo excesivo de caviar Beluga y Domaine de la Romanee-Conti. Pero las emisiones de carbono aumentan el año siguiente, y así cada año. ¿Acaso hay algo que celebrar?

Más concretamente, la tasa anualizada de emisiones de CO2 se ha incrementado un 60% desde la primera COP, sin disminuir ni una sola vez. Después de 25 años dibujando el mismo patrón, no hace falta ser un genio para darse cuenta de que las tareas marcadas en las distintas COP –veinticinco, hasta ahora– se convierten misteriosamente en la antítesis de la misión pública del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático.

El doctor Carter ocupa un lugar privilegiado en la “primera plana” del mundo científico. Por este motivo, los aspectos que hemos destacado de su entrevista hacen referencia a un amplio abanico de investigaciones científicas actuales, que demuestran cómo se están batiendo cada año nuevos récords climáticos, ninguno de ellos positivo:

Al principio, Carter elogió a XR (Extinction Rebellion) por insistir en el objetivo de lograr “emisiones cero” en cuestión de años, y no décadas. Esto encaja muy bien con su punto de vista, que mira a la historia del clima como una “terrible verdad”, algo a lo que la sociedad debe enfrentarse con urgencia.

En consecuencia, el doctor elogió al actual Secretario General de la ONU, António Guterres, por decir la verdad. En su primera declaración pública sobre el cambio climático, Guterres se centró en el meollo del problema: “El cambio climático es una amenaza existencial para la supervivencia de la vida en la Tierra, incluida, por supuesto, la vida humana”.

Ahora, a destiempo, no quedan opciones fáciles. El desafío que tenemos por delante es abrumador: “Todo se está acelerando y, al mismo tiempo, todo está desbordado. En pocas palabras: todo está empeorando más rápido” (Carter).

El calentamiento global ha devenido una máquina cuasi-calentadora, en un momento en que la temperatura global, durante los primeros seis meses de 2020, registró 1,3°C por encima de la línea de base, un número que se reviste de una importancia renovada desde que se publicó el Informe Especial del IPCC/2018 sobre los riesgos de superar los 1,5°C.

En consecuencia, generalmente se reconoce que 2.0°C por encima de la línea de base es, en palabras de Carter “¡imposible, una catástrofe!”.

Carter: “Un mundo a 1,5°C es un mundo desastroso, sin duda. Pero un mundo a 2ºC es un mundo imposible”.

El problema surge porque el calor de la superficie global se acelera, en vez de desacelerarse. La concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, acelerada de forma inédita, es ampliamente reconocida por los científicos de todo el mundo. Una nueva investigación publicada hace solo un par de semanas, muestra que el dióxido de carbono atmosférico se encuentra ahora en el nivel más alto en veintitrés millones (23.000.000) de años.

Carter: “¡Eso es una locura! ¡Es, sencillamente, el enloquecimiento del clima!”.

Además, se han recopilado datos aleatorios sobre el CO2 que se remontan a 40 millones de años atrás, lo que saca a la luz un conjunto de datos todavía más sombrío: estamos aumentando el CO2 más rápido que en cualquier otro momento en estos últimos 40 millones de años, lo que significa que este incremento se está acelerando 100 a 200 veces más rápido que las tasas de fondo naturales. Respecto a esto, dice Carter: “Se ha descontrolado tanto esta situación que ahora estamos buscando la supervivencia de nuestros hijos, no la supervivencia de nuestros nietos”.

Pero no son solo los gases de efecto invernadero los que están enloquecidos. También estamos cambiando la química de los océanos, por primera vez desde que los humanos se reunieron alrededor del fuego. El principal experto mundial en el “calor del océano” ha investigado cuántas bombas de Hiroshima equivalen a la cantidad de calor que se agrega al océano a diario, un subproducto importante del calentamiento global. “Desde hace unos años, la respuesta era tres (3) bombas de Hiroshima por segundo; ahora son cinco (5) bombas de Hiroshima por segundo... y eso es real” (Carter).

Es imposible entender totalmente números como ese, lo que puede ser uno de los mayores obstáculos para percibir la profundidad y amplitud del cambio climático. Pero, aun así, cinco bombas de Hiroshima por segundo… dan mucho que pensar.

Mientras tanto, según el doctor Carter, la causa fundamental del cambio climático es que los países no se están descarbonizando. Este sería el corazón del problema: los países no se descarbonizan, el mundo no se descarboniza. Además, existe algo que empeora aún más las cosas: la tasa de descarbonización se ha ralentizado en los últimos años.

Carter: “Entonces estamos haciendo las cosas aún peor, en lugar de hacerlo mejor”.

El Ártico es un factor clave en el difícil dilema climático que atraviesa el planeta. Según Carter, “Ahora estamos percibiendo el cambio del Ártico, que ha pasado de ser una fuente de enfriamiento a ser una fuente de calentamiento, a medida que el hielo se derrite. Esto le ha hecho perder su gran reflector de hielo, que en los últimos años reflejaba el 80-90% de la radiación solar, devolviéndola al espacio exterior, donde pertenece. Pero he aquí, con la pérdida de la mayor parte del hielo ártico, cuando aparece el fondo oscuro, no reflectante, que absorbe ese 80-90% de la radiación solar, calentando las cosas en el doble o el triple del tiempo.

En una de las mayores hazañas humanas de todos los tiempos, la llamada “Era del Antropoceno” (la edad geológica actual, marcada por la actividad humana) flexionó sus músculos lo suficiente como para socavar, casi por completo, la infraestructura del reflector solar más grande del planeta: el hielo marino del Ártico. Es imposible concebir cuán rápidamente se derritió el hielo, la verdadera infraestructura del Ártico (casi como un evento en el océano azul), en un periodo de tiempo muy corto, de solo unas pocas décadas. Nadie conoce las repercusiones específicas, pero, en general, esto no se ve de manera favorable. Con seguridad, será realmente dañino. Forma parte del juego final del calentamiento global.

La NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) publica un informe con los datos del Ártico cada año. “En 2016, los resultados fueron francamente impactantes, pero sorprendentemente no fueron recogidos por los medios. El informe decía que el calentamiento, descongelamiento y emisión del permafrost ártico había cambiado el Ártico, pasando de ser un ‘sumidero de carbono’ a una ‘fuente de carbono’ en sí mismo” (Carter).

Al respecto de este informe de la NOAA, Carter dice: “Es una noticia catastrófica para la Tierra. Esto no es una simulación; se trata de noticias catastróficas reales que están ocurriendo en tiempo real. No hay otra forma de verlo”.

Y no es solo el Ártico el que está bajo asedio: “Hemos perdido la Gran Barrera de Coral”, lo que ha sido obvio en los últimos años, debido a un océano caliente que está devastando los arrecifes de coral. La GBC ha sufrido su tercer blanqueamiento más agresivo en cinco años. “Nunca había sucedido nada como esto en la Gran Barrera de Coral”.

“Tenemos dos joyas en la Tierra: una es la selva amazónica, y la otra es el océano. En el océano, el coral es el organismo vivo más grande del planeta, fácilmente visible desde el espacio exterior. Y ahora está muriendo” (Carter).

Duele, y cuesta creer que podamos perder al organismo vivo más grande del planeta. Eso es todo lo que uno necesita saber para tomar conciencia de que algo está terriblemente mal. La selva amazónica y la GBC son los dos “canarios” más importantes en la “mina de carbón” del planeta. Ambos están sometidos a un estrés considerable, y están muriendo.

El doctor Carter ha rastreado los incendios en el Amazonas durante seis años, a través de informes satelitales de la NASA. A principios de mes, “estaba conmocionado hasta la médula”, monitoreando más incendios en la selva amazónica de los que jamás había visto. “Muchos, muchos, muchísimos más incendios... Esos incendios, que ahora miro cada dos días, ahora están invadiendo y apareciendo en todo el Amazonas. Estos incendios, por cierto, son intencionales”.

Con incendios masivos despuntando en todo el mundo, en todos los continentes excepto en la Antártida, Carter recomienda que las naciones del mundo se unan con el fin de ejercer presión y detener los incendios del Amazonas, “para que el Amazonas quede en algún tipo de estado de recuperación, y no completamente destruido”.

Además los incendios, interminables y sin precedentes, están afectando duramente a Siberia. Aparentemente, estos incendios nunca se extinguirán. Rusia los llama “incendios zombis” porque disminuyen, pero siguen ardiendo a un ritmo menor, una turba humeante en el invierno, para regresar con fuerza en primavera y verano, emitiendo grandes cantidades de CO2 a la atmósfera.

A modo de análisis definitivo, parece que la supervivencia de una civilización como la actual significa que el programa neoliberal del capitalismo actual necesita una reforma importante. La comunidad mundial ha estado completamente expuesta a la crueldad y la rapacidad impulsadas por un capitalismo neoliberal desenfrenado, o casi desenfrenado que, por ejemplo, busca y captura los salarios más bajos del mundo junto a las regulaciones más débiles del mundo para fabricar bienes destinados a las personas más ricas... y eso es solo el comienzo.

Según Carter “es absolutamente necesario que cambiemos la dirección económica del mundo, ya que el sistema actual destruye nuestro planeta cada vez más rápido. Es la sexta extinción masiva, acelerada a un ritmo increíble.” […] “Es, sin duda, la extinción más rápida que jamás haya experimentado la Tierra”.

Estas son palabras de lucha en Australia y Nueva Zelanda, donde ya han tenido rasguños significativos, una vista previa de la devastadora imagen final, con un calentamiento global desbocado alrededor de 2019, cuando los murciélagos cayeron muertos del cielo, las calles se doblaban o la fruta de los árboles se cocinaba “por dentro”: demasiado calor durante demasiado tiempo.

“Si seguimos emitiendo gases de esta forma, no hay duda de lo que sucederá. La Tierra se convertirá en un lugar intolerable para vivir, asediada por olas de calor intolerables, y esas olas de calor no solo serán intolerables, sino que aplastarán nuestros cultivos, porque hay un límite determinado de calor que los cultivos pueden tolerar, incluso con riego” (Carter).

El destacado análisis de Hot House Earth (Trajectories of the Earth System in the Anthropocene, Will Steffen, Johan Rockström, et alt.) hace un par de años alarmó a mucha gente, pues discutía el peligro de las retroalimentaciones climáticas en cascada, impactando en componentes individuales del sistema climático. Hoy en día hay un problema, un problema gigantesco: “En realidad, todo está sucediendo al mismo tiempo”. (Carter)

Roger Hallam: “Hemos establecido dos cosas hasta ahora en esta entrevista: (1) Si esto continúa (el abuso y uso excesivo del clima) no quedarán humanos; los humanos van a morir, y será el fin de la raza humana. (2) El mecanismo por el cual esto sucede es el efecto compuesto por la activación de las retroalimentaciones y, posteriormente, la activación de más y más ciclos de retroalimentación, más puntos de activación”.

En consecuencia, lo que está evolucionando es un “escenario de muerte lenta” con cientos de millones de personas muriendo de hambre, la etapa final del macabro juego del calentamiento global exacerbado. Condiciones climáticas similares han sobrevenido en el pasado, pero nunca tan rápido. La naturaleza es mucho, mucho más lenta que el ritmo humano actual, y los dos ingredientes se mezclan como el agua y el aceite.

En este sentido, la escasez de alimentos y agua son los principales riesgos para la supervivencia humana en un mundo de ecosistemas colapsados. Es un hecho conocido que el calor global excesivo causa múltiples niveles de daño a los cultivos. Lamentablemente, con el mundo ya a 1,3°C por encima de la era preindustrial, otros 0,2°C convierten algunas regiones de cultivo en “zonas rojas” parpadeantes.

“Perderemos la producción de alimentos a 1,5°C” (Carter).

En toda la entrevista, el peligro parpadea: “Todos los datos recopilados, vistos en conjunto, indican una tendencia común acelerada, síntoma de una biosfera que se dirige al colapso, lo que significa que la especie humana se perderá” (Carter).

La agricultura es uno de los peores infractores del sistema climático. En todos los aspectos, la agricultura orgánica es la mejor forma de agricultura. La agricultura moderna es un gran emisor de gases de efecto invernadero y otras sustancias químicas sospechosas. Irónicamente, cambiar las prácticas agrícolas es otro “imprescindible” para sobrevivir.

Carter: “Debemos cambiar nuestra agricultura para sobrevivir... Todos los planes energéticos y climáticos, de todos los gobiernos y corporaciones en todo el mundo se enfocan en el incremento de la producción, pero también en el crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Por tanto, nos dirigimos a un mundo posagrícola. Estamos transformando el clima de los últimos 10.000 años, convirtiéndolo en un clima completamente diferente que no es un clima agrícola”.

Un mundo posagrícola se define como uno sin alimentos suficientes para alimentar a todas las personas. La escasez golpea con fuerza, las tiendas de alimentación tendrán sus estantes vacíos, como ocurre ya en algunos lugares del mundo.

Ante la evidencia científica de los problemas que se avecinan, los únicos planes que tiene la sociedad en general para combatirlos conducen al “suicidio global”. El sistema económico actual hunde sus raíces en el final del siglo XIX, una “Edad Dorada” en la que nunca nadie había escuchado la palabra ecosistema.

Hallam: “Si no hay suficiente comida y existen enfermedades infecciosas en el corazón del sistema político y económico, entonces se avecina un profundo colapso social. El colapso social nos devuelve al tema de la seguridad del transporte de alimentos... En otras palabras, como todas estas cosas están interrelacionadas, se vuelven “exponenciales”. Suceden rápido, y no solo se infiltran gradualmente en las sociedades; una vez que una sociedad cruza cierta línea, caerá en un torbellino de muerte. Eso es lo que estamos viendo ahora”.

Carter: “Ahora nos enfrentamos a lo que la gente llama 'lo impensable'. Pero, irónicamente, no podemos permitirnos el lujo de no pensar en ello. Ese es uno de los principales valores de XR: desafía a la gente y les propone para a pensar, prestar atención”.

Hasta la fecha, está claro que las advertencias no han funcionado: “Por ejemplo, la Evaluación del IPCC de 2007 enfatizó, una y otra vez, que las emisiones tenían que estar en declive para el 2015, marcando el límite de 2°C. Ya llegamos años y años demasiado tarde” (Carter). Esto fue hace ya trece años.

Según Carter, “la comunidad mundial necesita hundir sus dientes en la ciencia y despertar. El mundo necesita mirar de frente lo que está sucediendo. Nuestras perversas formas económicas están destruyendo el planeta, perturbando todos los océanos, envenenándolos, acidificándolos, con un calentamiento que perturba y rompe todas las corrientes oceánicas saludables... Esta es la definición del mal” (Carter).

Pero hay soluciones: “La acción más efectiva, la definitivamente efectiva, inmediata y factible, es que todos nos hagamos veganos. Y no es irónico. En teoría, todos podríamos hacer eso y, si lo hiciéramos, las emisiones disminuirían inmediatamente”.

Hallam: “Este tipo de cambios radicales en nuestro estilo de vida personal son ahora más necesarios que nunca. No nos andemos por las ramas, porque son necesarios. Es necesario que la gente reduzca masivamente sus viajes; es necesario que las personas revisen sus estilos de vida, sus trabajos y sus carreras. Porque nos enfrentamos a un sufrimiento masivo e indescriptible de miles de millones de personas si no lo hacemos, y parece inevitable. No puedo evitar sacar esa conclusión.”

Extinction Rebellion está a la vanguardia de este nuevo mensaje fundamental, que es el siguiente: “Si un gobierno no cambia, nosotros entraremos practicaremos la desobediencia civil contra el gobierno, con el fin de reducir drásticamente las emisiones de carbono... En realidad, no es eso lo complicado, ¿verdad?

Al final de la entrevista, el doctor Carter dibuja un rayo de esperanza, la posibilidad de una “Edad de Oro” diferente. Reconociendo que la humanidad ha logrado mucho hasta ahora (algo que, dice, no debemos olvidar), sugiere que debemos comenzar a construir sobre este legado, dejando atrás todo lo que es destructivo.

Pero queda poco tiempo.

vive en Los Ángeles y puede ser contactado a través de rlhunziker@gmail.com.
Fuente:
https://www.counterpunch.org/2020/11/20/expert-ipcc-reviewer-speaks-out/
Traducción:
Inés Molina

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