El retorno de Aminetu Haidar a El Aiún. Entrevista

Agustín Santos Maraver

20/12/2009

La siguiente transcripción del diálogo telefónico mantenido por Antoni Domènech, editor de SinPermiso, y Agustín Santos Maraver, director de gabinete del Ministerio de Asuntos Exteriores de España y miembro del Consejo de Redacción de SinPermiso en Madrid, ha sido realizada por Casiopea Altisench y Mínima Estrella.

Finalmente Aminetu Haidar ha podido volver a El Aiún, después de 32 días en huelga de hambre. ¿Cómo se concretó?

El retorno el 17 de diciembre de Aminetu Haidar a El Aiún ha sido posible por la combinación de toda una serie de factores en una nueva fase abierta tras el 4 de diciembre: la tenacidad de la huelga de hambre de la Sra. Haidar; la intensificación y ampliación de la campaña de solidaridad en el Reino de España, con la incorporación decisiva de CCOO y UGT, pero también del PSOE;  y una multiplicación de los esfuerzos diplomáticos, ampliando la negociación a Francia, EE UU y la UE. Todo ello permitió cambiar la correlación de fuerzas y que las autoridades marroquíes autorizaran el retorno de Haidar, lo que sin duda es un éxito sin precedentes, que tendrá importantes repercusiones en el contencioso del Sahara Occidental.

El 4 de diciembre es la última vez que nos vimos. ¿Por qué hablas de una nueva fase a partir de ese momento?

En el desarrollo de los acontecimientos ha habido claramente dos fases. La primera, desde la expulsión de Aminetu Haidar del Aiun el 14 de noviembre hasta el primer intento fallido de retorno el 4 de diciembre (1). La segunda fase, desde esa fecha hasta el retorno definitivo el pasado 17 de diciembre. El hilo que ha unido las dos fases ha sido la huelga de hambre, pero cada una de ellas ha tenido características distintas y, si se quiere, suponen un proceso de aprendizaje y reformulación de la situación por  todas las partes implicadas.

La primera fase, dicho esquemáticamente, ha estado, marcada por una movilización que priorizaba una denuncia unilateral de la entrada de Haidar en el territorio español y una confrontación con el Gobierno del PSOE, al que se hacia corresponsable de la expulsión de Haidar del Aiún. Una movilización que ponía por delante el emplazamiento al Gobierno español a la presión directa sobre las autoridades marroquíes y dificultaba su reforzamiento unitario con el objetivo común del retorno de Haidar. En el terreno diplomático, durante esta fase se intenta bilateralizar las negociaciones, con el apoyo de los organismos e instituciones de Naciones Unidas. Se trata, por así decirlo, de “retrotraer” la situación de violación de derechos de la Sra. Haidar al punto de partida. Esta fase no consigue una correlación de fuerzas lo suficientemente favorable y el vuelo del día 4 de diciembre fracasa, tras obtener los permisos técnicos de vuelo necesarios, por una decisión política final de las autoridades marroquíes.

Se intenta entonces abrir una nueva fase y reorientar la estrategia, sobre la base de lo acontecido. Por un lado se hace un esfuerzo en la movilización para dotarla de un carácter unitario y masivo, para lo cual ha sido decisiva la implicación directa de las direcciones de CCOO y UGT y su comprensión del problema, pero también de la implicación autónoma del PSOE como partido. A la solidaridad de la movilización social se sumó la presión institucional que se proyectaba en los ayuntamientos, comunidades autónomas y el Congreso, con las iniciativas y la proposición no de ley aprobada (PNL) con la sola abstención del PP. Esta PNL, fruto de la negociación entre el PSOE e IU-ICV-ERC, fue muy importante porque permitió reunificar políticamente a todo el movimiento de solidaridad desde la izquierda y marcar al mismo tiempo los limites en el proceso de negociación con las autoridades marroquíes, reafirmando la posición tradicional española en el contencioso del Sahara Occidental.

En el terreno diplomático se pasa de una estrategia de contención bilateral con apoyo de NN UU, a una de ampliación multilateral con Francia, Estados Unidos y, en segundo plano, la Unión Europea. Esta ampliación tenía riesgos importantes, conociendo el apoyo a las tesis marroquíes, en el contencioso del Sahara Occidental, de Francia y EE UU, e implicaba un aumento de la tensión política muy difícil de gestionar.

Pero finalmente tiene éxito, y Aminetu Haidar vuelve en la noche del día 17 en un vuelo similar al del día 4. En esta ocasión, irónicamente, se consiguen los acuerdos diplomáticos antes y se tarda en obtener los permisos técnicos, que no llegan hasta el último momento, cuando el avión se acercaba ya a El Aiun.

¿Puedes explicar un poco más a los lectores de SP esta nueva estrategia diplomática?

Las relaciones exteriores de Marruecos se basan en un triángulo estratégico con Francia y España, las antiguas potencias coloniales, en el marco de las relaciones conjuntas de todos ellos con la potencia dominante, que es EE UU. Marruecos juega a aislar a uno de los vértices de ese triangulo para imponer sus intereses, siempre y cuando no tenga un veto de EE UU. En este caso, se trataba de dar la vuelta a esta fórmula y conseguir un acuerdo entre España y Francia sobre el derecho al retorno de la Sra. Haidar, sin el veto de EE UU.

Por otra parte, todo el proyecto de modernización de las clases dominantes en Marruecos –que tienen que hacer frente al mismo tiempo a la reestructuración de un estado con notorios rasgos casifeudales, al desarrollo económico para dotarse de una estabilidad social, al ascenso del islamismo y a las reivindicaciones nacionales de bereberes y saharauis— pasa por una relación privilegiada y estratégica con la Unión Europea. De ahí la importancia del “estatuto avanzado” en su asociación con la Unión Europea. A diferencia de Argelia –que atraviesa también una crisis importante, con elementos comunes a Marruecos, pero desde el agotamientos de las formulas republicanas de la independencia— Marruecos no es un país exportador de hidrocarburos. Las autoridades marroquíes saben que su relación con la UE se refuerza y avanza si hay consenso de Francia y España, que se mantiene si cuenta con solo una de las dos, y que se bloquea y retrocede si ambas potencias están en contra.

¿La derecha y varios medios de comunicación madrileños hab hablado de “concesiones” a Marruecos. ¿Qué ha implicado desde ese punto de vista la vuelta de Aminetu Haidar a El Aiun?

Es evidente que en la primera fase la contención bilateral con apoyo de NN UU implicaba operar en el marco de las resoluciones generales de NN UU, con la conocida posición de que el contencioso tendrá que resolverse a través de la negociación, el acuerdo de las partes y el ejercicio del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui. Una formula, por cierto, que fue el resultado de la labor de un grupo de diplomáticos españoles progresistas que consiguió revertir en NN UU las consecuencias jurídicas de los Acuerdos de Madrid, firmados en plena agonía de la Dictadura franquista.

En la segunda fase, la ampliación multilateral supone que las partes se implican desde  sus posiciones en el propio contencioso del Sahara Occidental. En este terreno, Marruecos cuenta con el apoyo de Francia y EE UU para su propuesta de autonomía regional, que había sido reiterada con gran énfasis en un discurso de Mohamed VI el 9 de noviembre, marcando el escenario político en el que se produce la expulsión de Aminetu Haidar. Finalmente, en las negociaciones, la parte española consigue mantener la autonomía política de su propia posición –definida por la PNL aprobada en el Congreso—, y que Marruecos acepte el retorno de Aminetu Haidar.

¿Ese es el sentido de los tres comunicados, español, francés y marroquí, además de la declaración de Hillary Clinton?

Efectivamente. Se trata de tres comunicados unilaterales en los que las tres partes coinciden en el retorno de Aminetu Haidar, reiteran sus posiciones en el contencioso del Sahara Occidental, cara a una nueva ronda de negociaciones, y EE UU expresa su satisfacción con el resultado del acuerdo. Solo falta, en este sentido, un comunicado del FPolisario, que desconozco que haya emitido hasta el momento.

Más allá de las formulas diplomáticas, lo importante del comunicado español/ (2) son los dos últimos párrafos. En ellos se reitera la fórmula tradicional: negociación en el marco de las resoluciones de NN UU y el acuerdo entre las partes (lo que asegura, de paso, la libre autodeterminación como aparece en las resoluciones de NN UU y la legitimidad de la opción de la independencia, al ser esta la posición del FPolisario) y se señala que, mientras no se resuelva el contencioso, España “constata” que en el Territorio del Sahara Occidental se aplica la ley marroquí, lo que tras la expulsión y el retorno de Aminetu Haidar, es evidente.

¿Por qué tiene importancia ese “constata”?

Mucha. Porque hay que compararlo con las palabras utilizadas en el comunicado marroquí o el francés. “Constata” es un galicismo que quiere decir ni más ni menos que lo que se declara en el diccionario de la Real Academia de la Lengua: “Comprobar un hecho, establecer su veracidad, dar constancia de él”. No implica ni aceptación jurídica ni política. Pero s que, además, en la redacción del párrafo se añaden dos condicionantes: “mientras se resuelve el contencioso” y “en conformidad con la posición de Naciones Unidas”. Es decir, la situación que supone la administración de facto del Sahara Occidental tras el abandono por la Dictadura franquista y la ocupación marroquí se limita temporalmente a la resolución del conflicto, porque sin el acuerdo de las partes y el ejercicio de autodeterminación del pueblo saharaui no podrá ser de jure. Esta es, en definitiva, la posición de NN UU tras el Informe Corell (3), de 29 de enero del 2002.

¿Qué balance se puede hacer?

Quizá es un poco pronto todavía para hacerlo, pero se pueden adelantar algunos elementos. El retorno de Aminetu Haidar supone la reafirmación del derecho de los habitantes del Sahara Occidental, se consideren marroquíes o saharauis, a la libre circulación y a fijar su residencia, de acuerdo con los Pactos Políticos y Civiles de NN UU. Es un derecho fundamental, no solo en su ejercicio individual, sino colectivo, teniendo en cuenta la existencia de los campos de refugiados de Tinduf. Marruecos tiene la obligación de facilitar la documentación que haga posible el ejercicio de ese derecho. Sin ese derecho es difícil imaginar cómo se puede ejercer en su momento la libre autodeterminación del pueblo saharaui en el territorio del Sahara Occidental.

La huelga de hambre de Aminetu Haidar ha vuelto a poner en la agenda internacional la urgencia de llevar a cabo y concluir las negociaciones sobre el Sahara Occidental. Y lo ha hecho reforzando la posición negociadora del FPolisario, en un escenario en el que la opción marroquí de autonomía regional había conseguido el apoyo de Francia y EE UU. De hecho, el FPolisario había frenado, con apoyo argelino, la última ronda de negociaciones, consciente de que la correlación de fuerzas internacional le era desfavorable. Ahora nos encontramos en un nuevo escenario. Esperemos todos que el mediador de NN UU, Christofer Ross, pueda abrir con éxito una nueva fase de negociaciones, acompañada de medidas de confianza, como los programas de visitas familiares entre Tinduf y el territorio del Sahara Occidental.

La movilización unitaria y el consenso expresado en la PNL, con la sola excepción del PP, han dado un nuevo aliento en el Reino de España a la solidaridad con el pueblo saharaui. Pero hay que señalar que esa solidaridad no se expresa de forma similar ni en Francia o la UE, ni en EE UU. La represión en el Sahara es una realidad, pero tampoco la movilización pro-independentista ha sido capaz de superarla, y está limitada a los círculos de derechos humanos. Hay una nueva situación demográfica y política en el Sahara Occidental que ha de tenerse en cuenta.

El primero en hacerlo ha sido el FPolisario. La huelga de hambre de Aminetu Haidar ha servido –junto al viaje de los otros siete activistas de derechos humanos a Tinduf, por el que siguen encarcelados a la espera de un Tribunal Militar—, para abrir una nueva estrategia por la autodeterminación. En esta nueva estrategia, los campos de refugiados siguen siendo muy importantes políticamente, pero el centro de la reivindicación se desplaza al territorio mismo del Sahara Occidental. Ello es coherente con la prioridad que el FPolisario ha dado a la salida pacífica y diplomática del conflicto, a través de las negociaciones en el marco de NN UU, dejando en segundo plano la resistencia militar. Esa estrategia requiere el apoyo en el Sahara Occidental de un movimiento civil lo más amplio y unitario posible por los derechos del pueblo saharaui. Aminetu Haidar, que es una saharaui de origen marroquí, es el mejor símbolo de esta nueva estrategia.

NOTAS: (1) Ver “En solidaridad con Aminetu Haidar. Libre determinación del pueblo saharaui. Entrevista” www.sinpermiso.info/?id=2946. (2) http://www.maec.es/es/MenuPpal/Actualidad/Comunicados/Paginas/105comunicado20091218.aspx. (3) Informe Correll: Letter dated 29 January 2002 from the Under-Secretary-General for Legal Affairs, the Legal Counsel, addressed to the President ofthe Security Council, 12 February 2002, S/2002/161. El párrafo esencial es el 7: “On 26 February 1976, Spain informed the Secretary-General that as of that date it had terminated its presence in Western Sahara and relinquished its responsibilities over the Territory, thus leaving it in fact under the administration of both Morocco and Mauritania in their respective controlled areas. Following the withdrawal of Mauritania from the Territory in 1979, upon the conclusion of the Mauritano-Sahraoui agreement of 19 August 1979 (S/13503, annex I), Morocco has administered the Territory of Western Sahara alone. Morocco, however, is not listed as the administering Power of the Territory in the United Nations list of Non-Self-Governing Territories, and has, therefore, not transmitted information on theTerritory in accordance with Article 73 e of the Charter of the United Nations”.

Agustín Santos Maraver, director de gabinete del Ministerio español de Asuntos Exteriores, es miembro de la Redacción de SP en Madrid.

Fuente:
www.sinpermiso.info, 20 diciembre 2009

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