EEUU: La vigilancia de datos tras la revocación del derecho al aborto

Charles Pierson

16/07/2022

Con su decisión en el caso Dobbs contra  Jackson Women's Health Organization, la mayoría de extrema derecha de la Corte Suprema de Estados Unidos ha eliminado el derecho constitucional al aborto reconocido en el caso Roe contra Wade de 1973. El país está ahora dividido aproximadamente por la mitad entre estados a favor del derecho a elegir y estados en contra del aborto. El panorama jurídico cambia casi a diario, ya que las prohibiciones estatales del aborto se impugnan en los tribunales.

Trevor Noah, presentador del satírico Daily Show, resumió la situación de la siguiente manera:

Desde que la Corte Suprema decidió que tener un hijo es una elección sagrada entre una mujer y la legislatura de su estado, las leyes sobre el aborto han sido un caos. Porque, veréis, algunos estados prohibieron el aborto, otros lo protegen, y otros estados prohibieron el aborto, pero luego sus tribunales deshicieron esas prohibiciones, así que el aborto vuelve a ser legal hasta que lo vuelven a prohibir.

El Gran Hermano vigila a las mujeres

¿Cómo aplicarán los estados la prohibición del aborto? En su artículo del 24 de junio en el New Yorker, “No vamos a los tiempos anteriores a Roe. Vamos a un lugar peor”, Jia Tolentino describe cómo se utilizará la tecnología del siglo XXI para hacer cumplir la moral del siglo XVIII. Tolentino escribe que

Los historiales de búsqueda, los historiales de navegación, los mensajes de texto, los datos de localización, los datos de pago... los fiscales pueden examinar todo esto si creen que la interrupción de un embarazo puede haber sido deliberada. Incluso si los fiscales no consiguen demostrar que hubo un aborto, los investigados serán castigados por el proceso, responsables por lo que se pueda encontrar.

¿Has buscado en tu teléfono pastillas para abortar? Latice Fisher lo hizo y fue acusada de asesinato en segundo grado después de que su hijo naciera muerto. Fisher, que según nos informa Tolentino era "una madre negra de tres hijos que ganaba once dólares por hora como operadora de radio de la policía", había buscado en su teléfono los medicamentos abortivos mifepristona y misoprostol. No había pruebas de que Fisher hubiera tomado ninguno de los dos fármacos. Tampoco había pruebas de que su mortinato no fuera genuino. Estos hechos no la salvaron de pasar varias semanas en la cárcel. Afortunadamente, el Mississippi Reproductive Freedom Fund y Color of Change consiguieron que se retiraran los cargos contra ella. El calvario le costó a la Sra. Fisher tres años de su vida.

El teléfono de una mujer puede delatarla de otras maneras. Por el módico precio de 160 dólares, una empresa de rastreo de datos proporcionará una lista de personas que han visitado clínicas abortistas fuera del estado, obtenida a partir de los rastreadores de localización de los teléfonos inteligentes ¿Quién compra estas listas? Cualquiera que quiera 10.000 dólares. La ley SB 8 de Texas permite a los ciudadanos demandar a los proveedores de servicios de aborto o a cualquiera que "a sabiendas... ayude o instigue" la realización de un aborto. Eso podría incluir al conductor de Uber que lleva a una mujer a un centro planificación familiar. La ley HB 8 permite al soplón cobrar una sentencia de 10.000 dólares, un auténtico pago de cazarrecompensas. Pagar 160 dólares y ganar 10.000 dólares es un retorno de la inversión muy atractivo.[1]

Incluso la tecnología diseñada para ayudar a las mujeres puede traicionarlas. Las aplicaciones de seguimiento del periodo menstrual, como Clue o Flo, pueden revelar que un embarazo se ha interrumpido. Eso puede alertar a los fiscales de que se ha producido un aborto. Borrar las aplicaciones no sirve de nada. Tu teléfono tiene otras formas de delatarte. Los fiscales examinan las búsquedas en la web, los datos de localización del smartphone y las visitas a sitios web sobre el aborto. También los mensajes de texto. Es posible que hayas enviado un mensaje anunciando que estás embarazada o que has tomado píldoras abortivas. Ninguna de estas tecnologías intrusivas existía en 1973. Jia Tolentino tiene razón al predecir que los próximos años serán peores para las mujeres que el periodo anterior a Roe.

The Guardian cita a Cooper Quintin de la Electronic Frontier Foundation:

Hay un paralelismo total con el cambio climático: se enmarca mucho como un problema de los consumidores individuales, cuando en realidad son las empresas y las instituciones las que están causando el mayor daño y las que tienen que trabajar más para resolverlo.

(…) Las empresas tienen el mayor poder para proteger a los usuarios.... En primer lugar, me encantaría que las empresas dejaran de trabajar con brókeres de datos, y que les dejaran de vender datos de localización. [Pero lo] más importante que pueden hacer las empresas es reducir la cantidad de datos que almacenan sobre sus usuarios, sobre todo porque pueden no tener el poder o la capacidad de rechazar una petición legal como una citación judicial.

La policía puede acceder a tus datos con impunidad. Las protecciones de la Cuarta Enmienda contra los "registros e incautaciones irrazonables" sólo se aplican a los agentes estatales. Las empresas de recogida de datos son actores privados. No existe ninguna prohibición de que vendan sus listas a la policía. De hecho, es probable que ya hayas dado tu consentimiento. El acuerdo de usuario de tu teléfono probablemente contenga una disposición que establece que tu compañía no puede ceder tus datos, excepto a las fuerzas del orden.

* * *

Dobbs obligará a muchas mujeres a cruzar fronteras estatales para abortar. Los enemigos del aborto están decididos a impedirlo. Los grupos legales antiabortistas están trabajando con los legisladores republicanos en proyectos de ley inspirados en la HB 8 de Texas. Jason Rapert, senador estatal republicano de Arkansas que dirige la Asociación Nacional de Legisladores Cristianos, establece una comparación con las leyes contra el tráfico de personas. (Ambas categorías de leyes castigan a las personas que cruzan las fronteras estatales con fines inmorales, ¿lo pillas?).

Una alternativa atractiva a viajar, posiblemente cientos de kilómetros, a clínicas de aborto fuera del estado son las píldoras abortivas que pueden ser entregadas a través del correo. Los "abortos con medicamentos", como se les llama, constituyen aproximadamente la mitad de todos los abortos. Lo que se llama "píldora abortiva" son en realidad dos píldoras - mifepristona y misoprostol - que se toman juntas. Las píldoras pueden recetarse a distancia, por teléfono o por videochat. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha aprobado el uso de mifepristona y misoprostol hasta la décima semana de embarazo. Dado que estos fármacos están aprobados por la FDA, tanto el presidente Biden como el fiscal general Merrick Garland han declarado inequívocamente que los estados no pueden prohibirlos. Los estados contrarios al aborto no están de acuerdo y ya han comenzado las demandas.

Las constituciones estatales pueden conferir derechos más amplios que la Constitución de los Estados Unidos. Los grupos proabortistas están presentando demandas argumentando que el aborto está garantizado por sus constituciones estatales. Ninguna constitución estatal garantiza expresamente el derecho al aborto. Sin embargo, algunas cortes supremas estatales han interpretado que sus constituciones estatales incluyen el derecho al aborto. Pero, como ilustra Dobbs, los tribunales pueden cambiar de opinión; y Luisiana, Alabama y Virginia Occidental han modificado sus constituciones para excluir el derecho al aborto. Los enemigos del aborto están impulsando ahora enmiendas constitucionales para prohibirlo en Kansas, Kentucky y Missouri.

¿Un futuro atwoodiano?

Prohibir el aborto en la mitad de los estados no satisfará a los conservadores. El 25 de junio, el día después de la decisión de Dobbs, el exvicepresidente Mike Pence dijo a Breitbart que "no debemos descansar y no debemos ceder hasta que la santidad de la vida sea restituida en el núcleo del derecho estadounidense en cada estado del país" (énfasis añadido). Los principales republicanos están discutiendo una prohibición nacional del aborto: un giro extraño viniendo de un partido que no puede callar su devoción por los derechos de los estados contra el gobierno federal.

Estados Unidos puede estar al borde del futuro distópico que imaginó Margaret Atwood en su novela de 1985 El cuento de la criada. En la novela de Atwood, los antiguos Estados Unidos se han convertido en una dictadura teocrática dominada por los hombres – la República de Gilead – en la que las mujeres tienen pocos derechos y están relegadas a la condición de máquinas reproductoras. ¿Le resulta familiar? Dobbs es un paso gigante que lleva a los Estados Unidos hacia el futuro de Atwood.

Predecir un futuro atwoodiano para las mujeres estadounidenses puede ser una hipérbole. Atwood escribe en el Atlantic que cuando estaba escribiendo El cuento de la criada, "dejó de escribirlo varias veces, porque lo consideraba demasiado inverosímil. Qué tonta soy. Las dictaduras teocráticas no se encuentran sólo en el pasado lejano: Hoy en día hay varias en el planeta. ¿Qué puede impedir que Estados Unidos se convierta en una de ellas?"

Qué, en efecto.



[1] La H.B. 8 es idea de un senador del estado de Texas, Bryan Hughes, y de un antiguo procurador general de Texas, Jonathan Mitchell. Llegaron a la conclusión de que las recompensas motivarían a los ciudadanos privados a hacer cumplir las prohibiciones del aborto cuando los funcionarios progresistas del gobierno se niegan a hacerlo. "Docenas" de fiscales de distrito, según NBC News, han declarado que no perseguirán a los individuos que violen las prohibiciones estatales del aborto.

 

es abogado y miembro de la Coalición contra los drones de combate de Pittsburgh
Fuente:
https://www.counterpunch.org/2022/07/14/data-surveillance-after-dobbs/
Traducción:
Iovana Naddim

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