Ecuador, país dividido

Lisbeth Moya González

14/02/2025

Las elecciones del domingo en Ecuador muestran un país dividido. Nada menos se podría esperar de un país plurinacional con una historia compleja de luchas por la tierra y la representación política. 

En la nación con los índices de violencia más altos de Latinoamérica, el voto no es necesariamente una expresión de la ideología de las clases sociales. Está mediado por los efectos del clientelismo político y las posibles alianzas entre partidos, ya sean de izquierda o de derecha. Además, está marcado por el sentimiento anticorreísta latente y la fuerte inversión en propaganda electoral de los partidos más importantes. 

Según los datos proporcionados por el Consejo Nacional Electoral, los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales ubican al actual presidente, Daniel Noboa del Movimiento Acción Democrática Nacional (ADN) como el candidato que obtuvo la mayor cantidad de votos con el 44.15 por ciento, seguido estrechamente por Luisa González —quien representa al partido correísta Movimiento Revolución Ciudadana (RC) en alianza con el Movimiento Renovación Total (Reto)— con el 43.95 por ciento de los votos. Ambos candidatos avanzan a la segunda vuelta, programada para el 13 de abril de 2025.

Resaltan, además, las candidaturas de Leonidas Iza del Movimiento Pachakutik, que obtuvo el 5.3 por ciento de los votos, y del Partido Sociedad Patriótica, de tendencia derechista, representado por Andrea González, con menos del tres porciento. En un país donde no ejercer el voto es penado por la ley, el 6.8 por ciento de electores anuló la boleta y el 2.16 por ciento la dejó en blanco. 

En la Asamblea Nacional, ADN se alza con 68 escaños, por lo que Anabella Azín, madre de Noboa, quien encabeza la lista al parlamento, podría ser la presidenta del legislativo. Le sigue la Revolución Ciudadana con 65 representantes. El gran ganador es Pachakutik que se consolida por primera vez en la historia como la tercera fuerza legislativa al obtener ocho curules en representación de la diversidad de los pueblos y nacionalidades del Ecuador. 

¿Mano dura o regreso al correísmo?

“El mercado es un buen lugar para escuchar a los electores, porque allí confluyen personas de todo tipo”, dijo Santiago Pérez, director de la encuestadora política Clima Social y especialista en procesos electorales, mientras caminábamos por las calles de Quito en el día electoral. “No puedes pensar que porque la gente pertenezca a una clase social u otra va a decidirse o por la izquierda o la derecha”. 

Desde que entramos al mercado se cumplieron los vaticinios: encima del puesto de frutas se alzaban dos muñecos de cartón de Noboa, presidente desde octubre de 2023 como resultado de que el mandatario anterior, Guillermo Lasso, ante acusaciones en su contra apelara a la política de “muerte cruzada” que disolvió la Asamblea Nacional y convocó a elecciones anticipadas. Noboa carga en solo un año y medio de gobierno con el aumento del IVA, la gestión de la crisis energética y los efectos de la la militarización, que se tradujo en la desaparición forzada y asesinato de cuatro niños negros en las afueras de Guayaquil, entre otros crímenes. 

El gobierno de Noboa también se ha caracterizado por una fuerte alianza con EE.UU. Fue uno de los tres mandatarios latinoamericanos invitados a la toma de posesión de Donald Trump. También permitió la intervención de soldados norteamericanos en Ecuador bajo principios de inmunidad, tras declarar en enero de 2024 el “conflicto interno armado”. Incluso permitió la instalación de una base militar norteamericana en las islas Galápagos. 

Es notable que en las 24 provincias del país, González obtuvo el triunfo en diez: siete de la Costa, una de la Sierra y dos de la Amazonía. Toma fuerza en la costa no solo porque hizo una gran campaña en el territorio, sino también porque se trata de las zonas más perjudicadas por la violencia bajo la gestión de Noboa. Además, en las provincias de la costa los constantes estados de excepción y la política de lucha contra el narco de Noboa ha causado muertes de inocentes.  

Roxana Jaramillo España, miembro de las colectivas feministas antirracistas Addis Abeba y Voz Afro Flacso considera que  los resultados de las elecciones son una reacción a la política de criminalización de las personas pobres, indígenas y afrodescendientes.

“Es importante notar cómo la gente de la costa prefirió la opción de izquierdas, y eso es resultado de la criminalización a los pobres y a los afrodescendientes”, dijo Jaramillo España en entrevista con Ojalá. “Para la segunda vuelta, aunque como mujer y activista panafricanista no me veo reflejada en ninguna de las dos opciones, creo que es momento de la unión entre las izquierdas en contra de las derechas neoliberales”. 

Es una derrota para RC haber perdido en la Sierra y en especial en Quito, donde tanto el alcalde como la prefecta son de su partido. La simpatía por Noboa en Quito tiene que ver con los fuertes efectos de la inversión multimillonaria de su campaña. En la capital no se viven tan fuertes los efectos de la militarización y los estados de excepción, y muchos de sus residentes piden un líder de mano dura. 

El gobierno de Correa, quien fue presidente de Ecuador del 2007 al 2017, se caracterizó por un amplio catálogo de políticas públicas que beneficiaron a las clases populares. Sin embargo, es ampliamente criticado por su autoritarismo y persecución de líderes sociales, por el extractivismo sin tomar en cuenta a los pueblos y nacionalidades indígenas y por diversos casos de corrupción

RC carga también la vergüenza de la traición de Lenin Moreno, quien había sido vicepresidente de Correa desde 2007 hasta 2013. Tras ser electo presidente con RC en 2017, Moreno se alió con las derechas y abrió las puertas a un Ecuador más neoliberal. El anticorreísmo se forja, además, en la fuerte campaña de descrédito sostenida por las derechas, para que no emerja una opción de izquierdas en el Ecuador. A pesar de eso, en la elección el domingo, el ala correísta que representa Luisa González superó su porcentaje histórico de votación. 

En octubre de 2023, González perdió contra Noboa con el 33 por ciento en la segunda vuelta electoral. Según Pérez, uno de los mayores retos que debe enfrentar González para esta segunda vuelta es consolidarse como candidata de su partido, más allá de la sombra del liderazgo populista de Correa. 

Laura, mujer trans migrante de origen colombiano, conversó con Ojalá. Pidió cambiar su nombre para proteger su identidad. Vive en Ecuador hace veinte años y es ciudadana del país. Había ido temprano a votar y confiesa haberlo hecho por Noboa. 

“No voy a votar por el correísmo de nuevo”, dijo Laura en entrevista con Ojalá en una peluquería en Quito el día de los comicios. “Noboa lleva muy poco en el gobierno y tenemos que darle la oportunidad de que se desenvuelva. Con él, yo sé que tendremos prosperidad”, dijo. 

El balance de fuerzas rumbo al balotaje

El electorado ecuatoriano está conformado estructuralmente por al menos dos grandes grupos, según el encuestador Pérez. Hay quienes abordan el voto desde el punto de vista de lo que había con Correa en el poder, en términos de protección social, empleo y obras públicas. Del otro lado está un votante llevado por sentimientos liberales, a quienes les mueve el discurso de que solamente con esfuerzo individual vamos a salir adelante.

Durante la noche del 9 de febrero hubo un conteo largo y tenso, en que no hubo certezas hasta que al día siguiente se dio a conocer el resultado del conteo del total de actas. Tras quedar en tercer lugar, Iza de Pachakutik dijo que no podía dar detalles hasta que su partido decida la estrategia colectivamente. 

El voto de Pachakutik está compuesto no solo por las comunidades y organizaciones que integran a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), que respalda a dicho partido, sino también por sectores sociales como feministas, activistas antirracistas, LGBTIQ+ y jóvenes universitarios, entre otros, que apoyaron los paros de 2019 y 2022 en Ecuador. 

Durante el paro de 2022, Iza se consolidó como un líder de la resistencia e incluso fue detenido. El que Pachakutik se convierta en la tercera fuerza política del país podría abrir un espacio importante de representación a los pueblos y nacionalidades indígenas y brindar a las resistencias la posibilidad de intervenir en la toma de decisiones del estado. 

Respecto al rol de González y la necesidad de unidad de las izquierdas de cara al balotaje, María Fernanda Andrade, miembro de diversas colectivas feministas y de izquierda en Ecuador, dijo que veía como avance que RC haya llegado al balotaje con una mujer. Tiene la esperanza de que Pachakutik apoye a Gónzalez en el balotaje.

“En este punto es necesario que Leonidas Iza como líder social trabaje por esa alianza”, dijo Andrade. “Sería lamentable que las izquierdas no accedan a ese pacto”. 

Al finalizar la jornada electoral, González acudió a la sede de su partido en Quito, donde centenares de simpatizantes la esperaban. Allí dijo a la prensa que está dispuesta a llegar a consensos con las organizaciones sociales y partidos para la segunda vuelta y que gobernará al Ecuador con todas y todos. 

Por su parte, Noboa no dio declaraciones. La sala del hotel en que daría su discurso en caso de la victoria quedó vacía. La reelección que tanto anhelaba no llegó.

es periodista cubana, colaboradora de las revistas Tremenda Nota y La Joven Cuba, y miembro del colectivo Socialistas en Lucha. Cursa actualmente un Máster en Sociología en FLACSO Ecuador.
Fuente:
https://www.ojala.mx/es/ojala-es/ecuador-pais-dividido
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