Charles Pierson
29/09/2018Qué alivio saber que a pesar de que Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos están bombardeando a la basura de Yemen, lo están haciendo de manera tan humana. El 12 de septiembre el Secretario de Estado de los EEUU Mike Pompeo, en conformidad con la Ley de Autorización de Defensa Nacional para el año fiscal 2019 de John S. McCain (“NDAAA”), certificó que Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos “están llevando a cabo acciones demostrables para reducir el riesgo de daño a civiles y a la infraestructura civil” en su guerra contra los rebeles Houthi en Yemen.
Esta fue la mierda que demostraron. La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos publicó un informe sobre Yemen a finales de Agosto. Kamel Jendoubi, presidente del Grupo de Eminentes Expertos Internacionales y Regionales sobre Yemen y autor del informe, declaró: “Hay pocas pruebas de que las partes en conflicto hayan intentado minimizar las bajas civiles”. Esto desmiente la afirmación del Secretario de Defensa James Mattis de que la presidencia militar de los EEUU en Yemen ayuda a contener a los saudís.
Sin embargo, Pompeo tuvo que certificarlo. No hacerlo habría significado que la administración Trump no podría continuar apoyando al esfuerzo bélico liderado por Arabia Saudí. Estos son los términos que el Congreso había establecido en la Sección 1290 de la NDAA. La actuación de Pompeo se volvería comprensible muy pronto.
El 20 de septiembre, el Wall Street Journal reveló que el Secretario Pompeo había decidido bendecir la conducta de la coalición Saudí, después de que la Oficina de Asuntos Legislativos del Departamento de Estado le informara de que negar la certificación podría poner en peligro las futuras venas de armas estadounidenses, incluida la venta pendiente de más de 120.000 misiles de precisión-guiada para los Saudís y los Emiratos Árabes Unidos. El vendedor en el acuerdo de 2 mil millones de dólares, es Raytheon, uno de los cinco mayores fabricantes de armas de los EEUU. Oh, en caso de que les interese, el equipo de Asuntos Legislativos del Departamento de Estado está encabezado por el Secretario de Estado adjunto interino Charles Faulkner, designado por Trump, que era un lobista de Raytheon hasta que se unió al Departamento de Estado en junio.
Poner fin a una guerra ilegal
Desde 2015, EEUU bajo ambas administraciones de Obama y Trump, proporcionó a la coalición Saudí armas, inteligencia, asesoramiento sobre objetivos y reabastecimiento en vuelo de aviones de combate, sin la autorización del Congreso como exige la Constitución de los EEUU (1).
Algunos miembros del Congreso intentaron poner fin a la participación inconstitucional de los EEUU en la guerra invocando al War Power Resolution de 1973. Invocar al War Power Resolution obligaría a la Administración Trump a terminar la acción militar en Yemen a menos que la Casa Blanca hiciera que el Congreso autorizara el papel de los EEUU en la guerra.
El Congreso ya ha intentado dos veces sin éxito invocar la War Power Resolution. La resolución presentada en la Cámara en septiembre de 2017 nunca llegó a votarse. Una segunda resolución se ha presentado en el Senado en marzo de este año. El 6 de septiembre once Demócratas de la Cámara anunciaron que harían un tercer intento, esta vez en la forma da una “privileged resolution”, una maniobra parlamentaria que significa que la resolución no puede presentarse, si no que tiene que ser votada “Up” o “Down”. ¿Cuál saldrá?
¿Por qué estamos en Yemen?
La War Power Resolution tiene más probabilidades de éxito esta vez. Gracias al The Journal, las justificaciones que ha dado Washington para apoyar a la coalición Saudí parecen cuestionables. Washington dice que los EEUU deben apoyar a los saudís para oponerse a Irán, que respalda a los Houthis. Washington dice también que los EEUU deben luchar contra la rama local de Al-Qaeda, Al-Qaeda en la Península Arábica (AQAP), así como contra el ISIS. No importa que AQAP haya crecido tan fuerte como lo ha hecho solo gracias al caos de la guerra.
No, después de la publicación de The Journal, parece que EEUU está en Yemen simplemente para engordar la cartera de los traficantes de armas en los EEUU. “Arabia Saudí es una nación muy rica” dijo el presidente Trump durante la visita del príncipe heredero saudí Muhammad Bin Salaman a la Casa Blanca en Marzo, “y dará a EEUU parte de esa riqueza, con suerte, en forma de trabajos, en forma de compra de los mejores equipos militares en cualquier parte del mundo” (2).
EEUU debe poner fin a esa guerra monstruosa, destructiva e ilegal. En una charla en 2016, Bruce Reidel, del Brooings Institution, dijo que “si los EEUU y Reino Unido le dijeran al rey Salaman que esta guerra debe terminar, terminaría mañana”. El movimiento contra la guerra debe presionar a la Casa Blanca para ver que esto suceda. Los activistas por la paz deben presionar al Congreso para que invoque la War Power Resolution y bloquee la venta de armas a los saudís. La izquierda debe insistir en una investigación ética en el Congreso y también debe exigir las dimisiones de Pompeo y del secretario de estado adjunto interino Charles Faulkner.
Notas.
[1] Para cualquiera que recién esté empezando a aprender sobre el conflicto en Yemen, un artículo reciente del politólogo Rajan Menon, “Yemen's Descent into Hell: a Saudi-American War of Terror” TOMDISPATCH (Sept. 20, 2018), es una buena forma de ponerse al día.
[2] Palabras del presidente Trump y el príncipe heredero Mohammed Bin Salman del Reino de Arabia Saudita antes del almuerzo, whitehouse.gov, 20 de marzo de 2018 (énfasis añadido).