Conferencia de reconstrucción de Ucrania en Berlín: Encuentro de hienas

Reinhard Lauterbach

13/06/2024

No faltan las palabras cálidas en la denominada conferencia de reconstrucción de Ucrania en Berlín. Pero detrás de ellas hay fríos intereses. El senador estadounidense Lindsey Graham ha repetido recientemente un argumento que ya esgrimieron ciertos provocadores alemanes como [el coronel retirado del Bundeswehr y miembro de la CDU] Roderich Kiesewetter: El apoyo a Ucrania es necesario para asegurar a Occidente sus ricas reservas de materias primas. Según Graham, no quiere que "Rusia comparta estos recursos con China". Además, el apoyo occidental no tiene por qué concederse en forma de subvención. Ucrania podría empeñar las materias primas en cuestión como garantía para futuros préstamos. Lo que quedaría después de ello en cuanto a su "independencia" está claro.

El canciller federal lo formuló con más cautela, pero no con menos claridad: Ucrania es adecuada como emplazamiento para "sectores emergentes", entre los que Scholz contó la industria de defensa y la tecnología médica. En el primer ámbito, el fabricante de tanques Rheinmetall se ha adelantado y estos días inaugura una fábrica en Ucrania para reparar vehículos blindados alemanes. Su director general, Armin Papperger, no oculta que la exportación de tecnología alemana de defensa también está planeada desde este lugar, sin que le afecten las reservas políticas y morales. Y la referencia de Scholz al "sector del futuro de la tecnología médica" aludió sutilmente al hecho de que, en vista de las decenas de miles de inválidos de guerra, Ucrania también representa un campo de actividad rentable para los fabricantes alemanes de prótesis, como Otto Bock de Baja Sajonia, líder mundial del mercado. Por cierto, la empresa se fundó en 1919, cuando los innumerables inválidos de la Primera Guerra Mundial ya constituían un área de negocio latente.

Ahí radica la relevancia estratégica de acontecimientos como el de Berlín. La República Federal de Alemania es el segundo Estado donante a Ucrania después de Estados Unidos. En estas esferas no se hacen regalos. La guerra debe merecer la pena, al menos a largo plazo. Y el apoyo de hoy es el billete para el negocio de mañana.

Sin embargo, los objetivos de Alemania son contradictorios en este momento. Cuando la ministra de Desarrollo, Svenja Schulze, invoca la necesidad de Ucrania de "médicos, electricistas y operarios" y el canciller promete a los refugiados de guerra ucranianos un estatus de residencia seguro si aceptan un trabajo regular en Alemania, se excluyen mutuamente. Los electricistas de Schulze pueden tirar del cable en Alemania o en Ucrania, pero no en ambos países al mismo tiempo. Sin embargo, cuanto más se prolongue la guerra, mayor será en Ucrania la "escasez de personal cualificado" como consecuencia de la misma. Cada ucraniano muerto en combate dejará de tener el trabajo que tenía antes de la guerra. Pero nadie quiere oír hablar de negociaciones.

 

es periodista y colaborador habitual del diario alemán junge Welt
Fuente:
https://www.jungewelt.de/artikel/477179.treffen-der-hy%C3%A4nen.html
Traducción:
Jaume Raventós

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