Sobre el conflicto del Metro de Barcelona. Dossier

AAVV

23/07/2017

 

Durante once semanas, todos los lunes y dos horas en cada uno de los turnos, la plantilla del Metro de Barcelona ha secundado mayoritariamente la huelga para presionar en la negociación del convenio. Es un conflicto enquistado que se arrastra desde hace dos años y en el que la mayoría de las partes en litigio, sindicatos, Ayuntamiento, ciudadanía, piden un acuerdo que, sin embargo, no hay manera de conseguir.

El 17 de julio la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) publicó un comunicado pidiendo que se explicara a la ciudadanía las razones por las que no se llegaba a un acuerdo. La presión de la huelga, de los usuarios y ese comunicado ha obligado a las partes a explicarse. El lector podrá encontrar en este dossier el comunicado de la FAVB, las explicaciones del Comité de Empresa, de los sindicatos CGT y CCOO y la información publicada en el diario La Vanguardia de una rueda de prensa de la alcaldesa de Barcelona Ada Colau.

Algunos datos más para tener toda la información. El Metro tiene una plantilla de algo más de 3.500 trabajadores, una de las más importantes de Barcelona, y con una larga tradición sindical y reivindicativa. La dirección política corresponde al Ayuntamiento de Barcelona, pero el Metro depende de TMB (Transportes Metropolitanos de Barcelona) cuya Junta de Accionistas está formada por la representación de los partidos en el área metropolitana y cuyo reparto es: PSC (33), Entesa [de la que forma parte Barcelona en Comú] (18), PdCat (12), CUP (9), ERC (8), C,s (4), PP (3) y Otros (2). Además, el anterior consistorio del alcalde Trias (PdCat) firmó un acuerdo con La Caixa, bastante opaco, para establecer un nuevo modelo de gestión, denominado T-Mobilitat, que amenaza con introducir elementos de privatización. Hay muchos intereses políticos y económicos en juego, y no todos suficientemente claros.

Los retos políticos del cambio que representa Barcelona en Común no son pocos y, en este terreno, implican la mejora del transporte público y unas condiciones de trabajo dignas para la plantilla del Metro. La prolongación del conflicto erosiona al Ayuntamiento. El cambio que representa Barcelona en Comú se expresa a través de una alianza entre la clase trabajadora y la ciudadanía, y, en concreto, la solución del conflicto tiene que significar que ambas partes salgan reforzadas. El Ayuntamiento porque es capaz de firmar un convenio que responda a las necesidades de la plantilla del Metro y, a la vez, por su compromiso con la ciudad en la mejora del transporte público. Ambas van unidas y ambas son necesarias.

Sin duda que otros hayan querido sacar rendimiento político de la prolongación del conflicto y la opacidad en la negociación por parte de TMB ha empeorado las cosas. En más de una ocasión, cuando parecía que podía haber un acuerdo, sin entenderse ni explicarse por qué, TMB se echaba para atrás.

La ciudadanía, las Asociaciones de Vecinos y la plantilla del Metro quieren un acuerdo. El Ayuntamiento también lo quiere. ¿Quién lo rechaza? ¿Quién prefiere que el conflicto siga enquistado? La imposición de un laudo obligatorio, que en algún momento se ha amenazado con utilizar, no puede ser la salida. Se necesita un acuerdo justo y consensuado.  Miguel Salas.

 

Comunicado de la FAVB (Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona)


Un lunes tras otro, la huelga del Metro de Barcelona afecta a la vida cotidiana de miles de personas. Habitualmente la FAVB no entra a valorar este tipo de conflictos laborales, pero dada la duración y la incidencia de éste, creemos necesario hacer unas reflexiones: Hacer huelga es un derecho de las trabajadoras y trabajadores para conseguir mejoras y condiciones laborales dignas. Las huelgas, como otros conflictos, rompen la vida cotidiana y generan molestias no sólo a sus participantes. El movimiento vecinal también hace a menudo acciones que pueden ser malinterpretadas, pero que resultan necesarias para conseguir derechos.

En un conflicto que afecta al sector público, que causa un impacto muy grande sobre mucha gente, y sabiendo que los resultados de la huelga pueden tener impacto sobre los presupuestos colectivos, las partes litigantes no pueden obviar que se trata de un conflicto que supera sus intereses y que los obliga a tener una actitud cuidadosa en defensa de un bien público.

En concreto, creemos que como usuarios y ciudadanos tenemos derecho a tener una información transparente de los términos del conflicto. De cuáles son los puntos en litigio, de cuáles son los efectos de los posibles acuerdos, de cuáles son las divergencias que impiden un acuerdo y de qué salidas se pueden explorar.

Instamos, por tanto, a las partes a que hagan pública una información exhaustiva que permita entender dónde están los escollos y cuáles son las razones que impiden encontrar una solución negociada. Y lo pedimos porque hasta ahora esta información no se ha hecho pública.

Las partes deben ser conscientes de que este conflicto laboral tiene un impacto en un servicio esencial para la ciudad. Un servicio cada vez más esencial para hacer frente a los retos generados por la contaminación y el cambio climático. Un conflicto que afecta a la mayoría de la población. Y, por lo tanto, tienen la obligación moral de proponer y explorar todos los caminos que permitan acabar con el conflicto. La calidad de las políticas públicas y de los movimientos sociales no depende sólo de sus resultados, sino también de la calidad de sus acciones. Por ello, servidores y trabajadores públicos tienen el deber de realizar un ejercicio responsable para encontrar soluciones.

Queremos un mejor transporte público. Lo necesitamos. Y sabemos que no es posible sin una gestión pública eficiente y transparente. Sin buenas condiciones de trabajo. Y por eso creemos que se puede encontrar una solución satisfactoria para todos.

El conflicto del metro es local. Pero una parte de los actores que la explican no participan directamente, pues la financiación del transporte público depende del Ayuntamiento, la Generalitat y el Estado central. Y por eso recordamos desde aquí a las tres administraciones su deber de trabajar para que el transporte público sea una cuestión prioritaria.

17 de julio de 2017

 

 

Comité de Empresa del Metro

Los paros se convocaron para obligar a la empresa a una negociación que hasta el momento no avanzaba. Ahora estamos en una situación parecida, con la diferencia de que los responsables políticos han anunciado públicamente que no quieren negociar. Hemos avanzado en las negociaciones y creemos que este es el camino, queremos tener la posibilidad de negociar.

Nuestras propuestas en el calendario de internalización, en la precariedad de los nuevos turnos y en la conciliación familiar representan un coste ínfimo y en algunos casos ningún coste.

La defensa del transporte público va de la mano con los usuarios y busca un servicio de calidad, revertir la voluntad de abandonar las estaciones sin personal, la indefensión de los usuarios y la seguridad de los pasajeros.

No hay sobre la mesa ninguna nueva reivindicación. Todos los temas son los mismos desde el inicio de las negociaciones. La mentira, la falta de honestidad o el incumplimiento de los acuerdos es un impedimento para llegar a acuerdos y no propicia un ambiente de entendimiento.

El coste de los paros, de momento, se mantiene por debajo del valor de adjudicación del contrato publicitario que TMB firmó con El Periódico a principios de junio por un valor de un millón de euros. ¿Alguien duda de qué es más importante ahora mismo para la ciudadanía?

Actualmente tenemos una plantilla de 700 personas a tiempo parcial, incluidas las que forman parte de la bolsa de verano.

El salario no es nuestra principal reivindicación ya que el aumento salarial está limitado por la Lay de Presupuestos Generales del Estado. No se trata de un aumento efectivo del 7% (como dice la empresa) sino de un aumento consolidado en tablas del 4,5% en cuatro años.

Hasta ahora no hemos incumplido ni dificultado las negociaciones para considerar necesaria la medida de un laudo obligatorio que nos privaría de la opción de seguir negociando.

La falta de personal representa perder calidad de servicio y seguridad.

19 de julio 2017

 

Respuesta de la CGT

 

Respondiendo a la nota de la FAVB hacemos un breve resumen del estado de la negociación.

Externalizaciones: desde hace unos años nos encontramos en proceso de externalización de trabajos. A día de hoy este proceso está muy acentuado en el departamento de vías. La empresa alega que vienen de anteriores mandatos y propone contratar a solo 5 personas. Nosotros proponemos un calendario de internalización basado en la finalización de los contratos actuales (con otras empresas), teniendo en cuenta la viabilidad de la empresa y con un coste prácticamente 0. Actualmente estos trabajos tienen un coste.

Precariedad: el aumento del porcentaje de plantilla a tiempo parcial es un hecho. Ambas partes proponemos la creación de nuevos turnos de trabajo. La empresa los quiere a tiempo parcial y nosotros a tiempo completo. La empresa propone reducir el porcentaje de personal a tiempo parcial hasta el 45% en ambos turnos. Nosotros proponemos reducir el porcentaje hasta el 0% en el 2022, dando 5 años de tiempo a la Dirección para hacer los cambios que considere necesarios.

Conciliación familiar: hasta septiembre de 2016 la empresa permitía hacer cambios de turno o incluso entre turnos para jornadas reducidas; como medida de presión (de la empresa) esta posibilidad ha sido eliminada. Pedimos revertir este recorte en conciliación familiar e incorporarlo al convenio.

Defensa transporte público: en esto creemos que vamos de la mano con los usuarios, pasa por obtener garantías de no privatización y en mantener estándares de calidad en la contratación.

La voluntad del Comité de Huelga es negociar. Esta ha sido una determinación desde el inicio del conflicto y lo seguirá siendo. Y por eso nos mantenemos abiertos a hacerlo en el marco que corresponde, que es el de la mediación de la Consejería de Trabajo.

18 de julio 2017

 

CCOO-Metro. La lucha continúa

 

Nos encontramos en una situación en la que el Consejo de administración de TMB (Transportes Metropolitanos de Barcelona) (ATM, AMB, integrado por todos los partidos políticos del ámbito de Barcelona) han permitido un ataque directo contra los trabajadores de Metro por luchar contra la contratación precaria. Actualmente hay aproximadamente 700 trabajadores contratados a tiempo parcial y la Dirección quiere mantener esta condición perpetua en el tiempo. Nos acusan de bloquear las negociaciones y endurecer las huelgas, pues explicamos el por qué:

• Existe un acuerdo entre las partes (Empresa y Comité) en el que los trabajadores a tiempo parcial hacia el año 2022 estarán todos en el turno de noche de explotación, este acuerdo es el que la Dirección de Metro quiere eliminar para mantener personal de tiempo parcial donde ellos quieran y fuera de los horarios acordados. ¡El conflicto está atascado por una Dirección que quiere romper este acuerdo!

• Internalización de trabajos: el Comité de Empresa exige un compromiso real para que, a la finalización de los contratos de trabajos que deberían ser de trabajadores de metro, lo vuelvan a hacer personal de Metro (cambio de vías, por ejemplo). Esto implicaría puestos de trabajo de calidad y una buena gestión del dinero público. ¡No olvidemos que ahora mismo pagamos por estos servicios a unos terceros!

• Jubilación parcial año 2019: el Comité de Empresa pide las mismas condiciones ya firmadas con Bus, un nuevo acuerdo de jubilación parcial.

• Aumento salarial: el Comité de Empresa lo pide lineal. Es decir, repartir por igual la masa salarial de los trabajadores. La Dirección de Metro lo quiere porcentual: los que cobran más ganen aún más (se ve que con los objetivos no tienen suficiente).

• Cumplimientos de acuerdos, leyes, convenios, laudos, etc. La Dirección de Metro no respeta acuerdos ni leyes. Claro ejemplo podría ser que los trabajadores a tiempo parcial, según ley, no pueden realizar horas extraordinarias y les obligan a hacerlas. Otro ejemplo podría ser el de la protección de la mujeres gestantes y lactantes, en el que esta empresa a día de hoy sigue sin cumplir la ley de prevención de riesgos laborales y mantiene a las mujeres en puestos de trabajos con riesgos graves. Las trabajadoras que deciden alimentar a sus hijos con leche materna las obligan a extraer la leche entre bichos y malos olores.

Se esperaba de la nueva Dirección política, ya no la mejora de condiciones laborales sino que también hicieran cumplir las leyes. Existen límites presupuestarios y los trabajadores somos conscientes (ya hemos dado mil fórmulas para cumplirla), lo que no podemos entender es porque se gastan el dinero en campañas como la Karma o en pagarse los objetivos a directivos para hacerlos más felices, cuando los que mueven Barcelona somos los trabajadores de Metro.

Tenemos claro que no abonar el concepto a cuenta de convenio, el famoso 1% que marca la propia ley, y romper de esta manera el acuerdo del 7 de julio es más que bloquear. ¡Es buscar un conflicto aún más vivo y de manera frontal!

¡Es el momento de demostrar al Ayuntamiento nuestro malestar por las decisiones nefastas que están tomando en el marco de la ATM (Autoridad del Transporte Metropolitano) y el Consejo de administración!

18 de julio

 

Colau confía a dos gerentes la reconducción de la huelga de metro

 

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha comparecido personalmente este jueves (20 de julio) para anunciar la incorporación de dos destacados gerentes a las negociaciones de la huelga de metro. Se trata del gerente municipal y exlíder del PSC en Barcelona, Jordi Martí Grau, y el coordinador técnico de la gerencia del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), Eduard Saurina. “No nos podemos resignar a este bloqueo y queremos poner el máximo esfuerzo”, ha defendido.

Ambos quedan “desde ahora mismo” a disposición del proceso de mediación que arbitra la conselleria de Treball para ayudar a desencallar el convenio colectivo del suburbano barcelonés. El consejero delegado de TMB, Enric Cañas, seguirá liderando las negociaciones, en las que también participará como hasta ahora la presidenta de TMB y concejal de Movilidad, Mercedes Vidal. El refuerzo, así pues, supone un toque de atención, pero también un balón de oxígeno temporal para la continuidad de Vidal –también presente en la comparecencia–, a la que la oposición pedirá la dimisión este viernes en el pleno municipal.

Los sindicatos han logrado movilizar a la plantilla del metro para participar masivamente en 11 jornadas consecutivas de huelga parcial, cada lunes laborable de forma indefinida. Y el próximo lunes todo parece indicar que volverá a haber huelga. Las negociaciones llevan dos años en curso y más de 80 reuniones celebradas, sin llegar a un consenso que resuelva el conflicto laboral.

23 millones en mejoras

La alcaldesa ha defendido que el consistorio barcelonés y la dirección de TMB “solo han puesto sobre la mesa mejoras” y que en ningún caso se han planteado recortes como un ERO o externalizaciones. Unas mejoras que ha cifrado en “23 millones de euros” y que incluirían incrementos salariales –un 7% en total a lo largo de la vigencia del convenio–, internalización de personal y reducción de la temporalidad.

Esta cifra, ha advertido, es un “límite legal y presupuestario” que TMB no puede transgredir. Ha abogado porque los sindicatos propongan “los movimientos de piezas” que hagan falta dentro de estos 23 millones de incremento máximo para “llegar a un acuerdo” y poner fin a unos paros “muy difíciles de entender”. “Valoramos muy positivamente la mediación de Treball y hemos hecho un gran esfuerzo para aceptar sus propuestas, mientras que el comité de huelga no ha querido ni trasladar a los trabajadores las mejoras ofrecidas”, ha criticado.

Pese al reproche, Colau ha considerado que la rueda de prensa de este miércoles (19 de julio) del comité de empresa –muy crítica con TMB– tuvo algunos “signos positivos”: “Entendemos que se abrieron puertas, al decir que las discrepancias económicas son ínfimas, lo que nos mueve a pensar que es posible hallar una solución”. La comparecencia, ha admitido, surge también de las presiones recibidas los últimos días por parte de “actores sociales como la FAVB o la Síndica de Greuges”, que tras semanas de duras críticas de la oposición han entrado en el debate para pedir una solución urgente.

Pluses variables

Por su parte, la edil Mercedes Vidal ha detallado las mejoras propuestas por TMB y ha concretado que la subida salarial del 7% se efectuaría escalonadamente y mediante un complemento salarial variable. En 2016 el aumento consistió en los 32 euros de plus “de buena voluntad” que la empresa ha retirado a principios de este julio como medida de presión, equivalente a un 1%. En 2017 se trata de un 1% más el IPC y en 2018 se suma a estos dos porcentajes el primer complemento variable de un 1,5%, que el último año de convenio se convierte en un 1,75% también variable.

Los sindicatos consideran que los pluses condicionados y el IPC –de obligada repercusión– no son en realidad aumentos de sueldo y cifran el incremento efectivo en un 4,5% en vez del 7% anunciado.

Vidal ha detallado que 370 personas serían internalizadas según el plan sobre la mesa y “se crean nuevos turnos para facilitar la conciliación”. También ha sostenido que la empresa está “comprometida en reducir las externalizaciones en las tareas que se pueda”. En el mantenimiento de las vías, que los sindicatos señalan como principal ejemplo de “privatización”, la concejal ha relativizado el alcance de los contratos actuales: “El metro de Madrid tiene el doble de kilómetros y la misma plantilla, ya hacemos un esfuerzo muy importante”.

“Las condiciones laborales no son el único aspecto del servicio público por el que hemos de velar”, ha avisado Vidal, que ha recordado que los 23 millones en mejoras “son dinero público” puesto que “TMB es sufragada por todos los ciudadanos”.

Meritxell M. Pauné. La Vanguardia. 21 de julio 2017

 

 

Fuente:
Varios

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