Siria: ¿Quién asedia a quién en Alepo?

Aron Lund

17/08/2016

El 6 de agosto de 2016, en el lapso de sólo veinticuatro horas, la ciudad de Alepo pasó de estar sitiada por el gobierno a estar bajo asedio rebelde, o tal vez un doble asedio, porque había mucha confusión en los medios.

Los que no siguen el conflicto sirio de manera obsesiva como, quizás, muchos lectores de este sitio [es decir, del blog de Siria en Crisis] estarían más que justificados por no entender lo que pasa. ¿Cómo pudo la situación transformarse de manera tan dramática en tan poco tiempo?, y en realidad ¿quién cerca a quién?

Para aclarar la confusión, vamos a tratar de analizar la situación con la ayuda de un mapa.

¿Quién controla qué?

El punto clave es que nadie está asediando "Alepo", como tal, aunque muchos grupos armados diferentes están poniendo cerco a zonas y sectores de la ciudad. Alepo está dividida, y lo mismo ocurre con la provincia, más amplia, de Alepo.

Observando este mapa, las cosas se vuelven más claras. La mitad oriental de la ciudad está controlada por los rebeldes musulmanes sunitas (no el Estado Islámico), mientras que el gobierno del presidente Bashar al-Asad controla la mitad occidental. También hay una pequeña porción de territorio gobernado por los kurdos, intercalado entre los dos, que por lo general se llevan mejor con el gobierno que con los rebeldes.

La región rural circundante está casi en su totalidad bajo el control de las facciones anti-gubernamentales, incluyendo grupos kurdos en el noroeste, el Estado Islámico en el noreste, y una amplia coalición, pero dominada por los islamistas, de facciones rebeldes sunitas en el oeste y suroeste. El gobierno sirio controla una franja de territorio que serpentea hacia abajo, hacia sus áreas centrales en Hama, Homs y Damasco, con otro brazo extendido por toda la ciudad propiamente dicha.

¿Está la zona controlada por los rebeldes del este de Alepo cercada?

Sí.

En febrero de este año, las fuerzas gubernamentales, apoyadas por un gran número de voluntarios islamistas chiítas de Líbano, Irak, Afganistán, e Irán, así como por la Fuerza Aérea de Rusia, lograron alcanzar las dos ciudades chiítas musulmanes de Nubul y Zahra, que se encuentran en el borde del territorio controlado por los kurdos en el noreste. Esto separó al Alepo bajo control de los rebeldes de las zonas rurales del norte y cortó su principal línea de suministro desde Turquía, dejando sólo abierta la carretera a través de Idlib, al oeste.

Una tregua declarada por Rusia y los Estados Unidos, respaldada por las Naciones Unidas, en marzo de 2016 sirvió de poco para detener la lucha, y el gobierno puso manos a la obra para sellar también esa salida. El ejército sirio concentró su fuego en la zona más próxima a la ciudad de Alepo, donde la mitad oriental de la ciudad se abastece a través del denominado camino de Castello, que toma su nombre de un restaurante en la colina que la domina. El camino de Castello fue bombardeado y los convoyes de ayuda no pudieron seguir utilizándolo, pero los rebeldes aún podían usar coches para entrar y salir de la ciudad en junio y julio. Alrededor del 17 julio, sin embargo, el ejército tomó el control de las áreas al sur y norte de la carretera, lo que permite a las tropas de Asad disparar a cualquier cosa que se mueva e incluso aventurarse en el propio camino de Castello.

Esto deja al este de Alepo en estado de sitio, lo que provocó un aumento inmediato de los precios de los alimentos y combustibles. Las organizaciones humanitarias advirtieron sobre la inminente hambruna que amenazaba a la población allí atrapada, estimada por las Naciones Unidas en 250.000 a 300.000 personas. El ejército sirio ha realizado recientemente algunas entregas de ayuda en Alepo y ha difundió un plan respaldado ruso para evacuar a los civiles. Pero no está del todo claro que estos esfuerzos sean sinceros o, incluso si lo son, suficientes para evitar la crisis humanitaria que se avecina. Después de años de bombardeos de sus barrios, la mayoría de la gente en Alepo Este odia y desconfia del gobierno, y pocos parecen haber tratado de salir de la ciudad hasta el momento. Con más confianza y claramente reforzados, los gobernantes de Damasco parecían creer que estaban ganando la guerra. Pero entonces las cosas cambiaron.

¿Está la zona de Alepo oeste controlada por el Gobierno cercada?

Sí, lo esta.

Es el resultado de una contraofensiva rebelde dirigido por los islamistas más al sur, que comenzó el 31 de julio. Los combatientes sunitas, asaltaron el oeste de Alepo desde las zonas rurales de Alepo e Idlib, tomando bastiones clave del gobierno, tales como la Academia de Artillería y alcanzando la rotonda de Ramouseh el 6 de agosto. Al hacerlo, al parecer abrieron un pasillo hacia la mitad oriental de la ciudad y, al mismo tiempo, pusieron a Alepo occidental en estado de sitio. La única línea de suministro del gobierno desde el centro de Siria transcurría a lo largo de la carretera principal en Ramouseh, donde los rebeldes están ahora operando.

A pesar de que en el mapa puede parecer que las fuerzas gubernamentales tienen una ruta alternativa a su disposición en el norte, a través de la zona de Castello, justo al oeste del enclave kurdo, la situación sobre el terreno sigue siendo confusa. La artillería rebelde continúa golpeando las posiciones del gobierno, y no parece haber una relación estable sobre el terreno entre las posiciones del ejército al norte y sur de la carretera de Castello. Además, ya que las redes de carreteras de Castello discurren de este a oeste, no hay una buena carretera que el gobierno pueda utilizar para desviar el tráfico en una dirección norte-sur, al menos no en la escala necesaria para abastecer Alepo occidental, que tiene una población mucho más grande que la de Alepo Este.

Mientras tanto, Alepo Oriental sigue estando aislada de las zonas rurales, a pesar de que los rebeldes y los medios de comunicación informan de que el cerco ha sido roto. Las fuerzas del gobierno siguen luchando en los alrededores de la carretera de Ramouseh, conquistando y perdiendo posiciones rebeldes en una versión moderna de Escila y Caribdis. A pesar de que los rebeldes pueden ser capaces de colar algunos convoyes civiles a través de los huecos y probablemente puedan infiltrar combatientes más fácilmente, hay pocas carreteras pavimentadas seguras que puedan utilizar los vehículos pesados. Para establecer una línea de comunicaciones relativamente segura entre Alepo Este y las zonas rurales bajo su control, los rebeldes tendrían que ampliar sus flancos y empujar hacia atrás los morteros y las baterías de artillería del gobierno a bastante distancia.

En otras palabras, los dos zonas de Alepo han conseguido cercarse, agarrándose por la garganta en un abrazo mortal que nadie quiere soltar.

¿Qué pasa ahora?

Los analistas con mente conspirativa de la política siria verán, por supuesto, una mano oculta detrás de estos eventos. El extrañamente simétrico doble asedio de Alepo se produjo al mismo tiempo que las conversaciones de alto nivel entre los Estados Unidos, Rusia y Turquía. ¿Podría llegar a establecerse un equilibrio del terror que obligue a ambas partes a abrir sus líneas a los convoyes civiles y humanitarios?

Tal vez. Pero probablemente no hay necesidad de sobre-analizar esto. Rusia, Estados Unidos y Turquía, -e Irán, Arabia Saudita, y otros-, tienen un historial lamentable a la hora de controlar a sus supuestos aliados en Siria. Se pueden creer los maestros del tablero de ajedrez de Siria, pero en los últimos cinco años han movido sus piezas con toda la delicadeza de un borracho con guantes de boxeo. La idea de una inescrutable mano maestra que guía los acontecimientos internacionales desde detrás del escenario es atractiva, sobre todo en circunstancias trágicas y caóticas como estas, pero parece más un opiáceo para los analistas que la realidad.

En el caso de Alepo, lo que está pasando es bastante simple. Asad siempre ha querido cercar Alepo Oriental y los rebeldes siempre han querido sitiar Alepo occidental. A través de una combinación de suerte, trabajo duro, y apoyo extranjero, lo han logrado por fin. Lo más probable es que lo que sucederá a continuación también sea sencillo. Salvo alguna oferta internacional imprevista u otro desarrollo, el gobierno sirio reunirá todas sus fuerzas, con respaldo ruso e iraní adicional, y lanzará una contraofensiva de castigo en la región de Ramouseh. A menos que los rebeldes tengan más sorpresas en la manga, o las potencias extranjeras estén verdaderamente comprometidas a mantener Alepo occidental en estado de sitio, es probable que tenga éxito, también, como siempre, a un gran coste humano.

Aún así, sigue siendo posible que la ágil diplomacia ruso- estadounidense pudiese interesarse por este remolino de caos y alcanzar algún acuerdo útil. Lo intentarán, y quizás deberíamos desear que tengan éxito.

Colaborador no residente del Carnegie Middle East Program. Ha publicado extensamente sobre Siria y los movimientos de oposición.
Fuente:
http://www.jadaliyya.com/pages/index/24928/who-is-laying-siege-to-whom-in-aleppo
Traducción:
Enrique García

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