Los piratas de Gibraltar

Sasan Fayazmanesh

20/10/2019

El sonido de la palabra “piratas” me hace evocar ciertas imágenes: los tontos, mohosos y polvorientos “Piratas del Caribe” de la atracción de Disneyland a la que me subí en mi juventud; las banales, aburridas e infantiles películas de Hollywood del mismo título que no era capaz de ver por más de unos minutos; o los piratas de verdad, como los bandidos reales que estaban secuestrando barcos hace unos años en las costas de Somalia. Pero la imagen de los políticos británicos, estadounidenses e israelíes enfundados en trajes de tres piezas o en faldas como piratas, nunca había venido a mi mente hasta hace poco. Si no sabes de qué estoy hablando, lee el guion que aparece a continuación por orden cronológico.

El 17 de abril de 2019, un petrolero llamado Grace 1 partió de Irán hacia un destino no especificado declarando 2,1 millones de petróleo crudo, equivalente a unos 130 millones de dólares. De acuerdo con el informe de Reuters del 20 de marzo sobre como Irán está intentando evadir las sanciones de Estados Unidos, al Grace 1 “se le otorgó una bandera panameña y fue gestionado por una empresa de servicios de paquetería basada en Singapur”. El Grace 1, según los informes de TankerTrakers, fue construido en 1997 y, dada su antigüedad y tamaño, no se le permitía atracar en muchos puertos. Así había ido construyendo un historial de entregas de petróleo de barco a barco en alta mar. Normalmente recibiría el petróleo de Irán, el país de origen, y después lo entregaría a buques menores.

El petrolero parecía encaminarse al mar Mediterráneo. Pero, en lugar de tomar la rápida ruta a través del Canal de Suez, rodeó toda África. ¿Por qué? Porque, de acuerdo con TankerTrakers, el barco era demasiado pesado y, por lo tanto, demasiado inmerso en el agua para poder pasar por el poco profundo canal. Este tipo de buques cisterna pesados pueden, a través de oleoductos, descargar parte de su petróleo antes de entrar en el canal y recuperarlo una vez lo han pasado. Sin embargo, dado que Arabia Saudí es una de las partes propietarias del oleoducto, y es hostil a Irán, no permitiría a un petrolero iraní utilizar la instalación.

El 4 de julio de 2019, The New York Times informó de que la marina británica y las autoridades portuarias de Gibraltar habían detenido el Grace 1 dado que “estaba transportando petróleo crudo de Irán a Siria, lo que suponía una violación de las sanciones de la Unión Europea hacia Siria”. Además, declaró que, de acuerdo con España, el petrolero había sido detenido por petición de los EE. UU., y que el secretario de asuntos exteriores británico, Jeremy Hunt, había felicitado a Gibraltar y a la marina británica “por este atrevido movimiento para hacer cumplir las sanciones a Siria”. (The New York Times, por supuesto, no mencionó el hecho de que Gibraltar es una colonia con poca o escasa relevancia en asuntos internaciones, y que el transporte de petróleo a Siria por el carguero es una mera acusación.) El informe dijo que Irán había convocado al embajador británico para una incautación “ilegal”, y que el embajador había informado de que la acción británica “es muy extraña porque estas sanciones no son impuestas por el Consejo de Seguridad e Irán las rechaza”. En otras palabras, estas eran sanciones impuestas únicamente por la UE e Irán no tenía que atenerse a ellas.

A continuación, el Ministro de Asuntos Exteriores iraní, Javad Zarif, publicó en Twitter que “la incautación ilícita de un carguero de petróleo iraní en nombre del equipo B es piratería, simple y pura” (Press TV, 8 de julio). Por “equipo B” se refería a John Bolton, el asesor de Seguridad Nacional estadounidense; Benjamin Netanyahu, el primer ministro de Israel; Mohammed bin Salman, el Príncipe de Arabia Saudí; y Mohammed bin Zayed Al Nahyan, Príncipe de Abu Dabi; todos ellos individuos que presionaban activamente a favor de la guerra contra Irán. Zarif reiteró que el argumento británico de que el petrolero había sido incautado debido al incumplimiento de las sanciones europeas hacia Siria no tenía sentido, ya que “Irán ni es un miembro de la Unión Eurioea, ni está sujeto a ningún embargo de petróleo de Europa”. Adicionalmente, señaló que, dado que la UE estaba en contra de la extraterritorialidad, no tenía sentido argumentar que el Reino Unido requisaba el petrolero en nombre del gobierno estadounidense, ya que esto implicaría la imposición de las leyes de los EE. UU. en otros países. Además, varias fuentes informaron que, de acuerdo con Abbas Aarghchi, el Ministro de Asuntos Exteriores iraní, el Grace 1 ni siquiera se dirigía hacia Siria, sino “a otro sitio”.

El 11 de julio, UPI informó de que la Policía Real de Gibraltar había arrestado el capitán y el primer oficial del Grace 1, de nacionalidad india, en “sospecha de estar enviando petróleo a Siria en violación de las sanciones de la Unión Europea”. De acuerdo con el informe, el Grace 1 había sido registrado, y se habían incautado y examinado documentos y dispositivos electrónicos. El informe también mencionaba que los cañoneros iraníes del estrecho de Ormuz habían intentado detener el petrolero británico Herigage, pero que se habían echado atrás siguiendo el aviso del barco de guerra británico HMS Montrose.

El 13 de julio, The Guardian informó de que Hunt le había dicho a Zarif que Gran Bretaña facilitaría la liberación del petrolero detenido Grace 1 si había garantías de que no iría a Siria, y que Zarif le había respondido que Irán quería resolver el asunto y no aumentar la tensión. Sin embargo, el informe continuaba diciendo que el Reino Unido estaba incrementando su presencia militar en el golfo persa a través del envío de un segundo buque de guerra a la región para proteger a los petroleros comerciales británicos. El informe añadió que Hunt y el jefe del gobierno de Gibraltar, Fabian Picardo, “estaban de acuerdo en la importancia de mejorar la situación actual tan rápido como sea posible, a la vez que destacaban la importancia de que Gibraltar impusiera las sanciones de la UE hacia Siria”.

 Seis días más tarde, Reuters informó de que el gobierno de Gibraltar había anunciado que su “Tribunal Supremo”, por demanda del “Fiscal General”; había extendido el periodo de detención el Grace 1 treinta días más, y que había establecido una nueva audiencia para el 15 de agosto. También informó de que Fabian Picardo había mantenido un encuentro “constructivo y positivo” con los oficiales iraníes en Londres para tratar el tema del petrolero. El 18 de julio, Theresa May, la primera ministra británica, rindió homenaje a los esfuerzos de Gibraltar por retener el Grace 1 y agradeció al jefe del gobierno gibraltareño por detener el carguero de petróleo (The National).

El 19 de julio, en el estrecho de Ormuz, Irán incautó un petrolero británico llamado Stena Impero que navegaba con bandera británica y estaba registrado en Londres. La incautación fue seguida de la misma dramática rutina que habían llevado a cabo los británicos cuando capturaron el Grace 1. En un vídeo que Irán emitió poco después del incidente, comandos iraníes cubiertos con pasamontañas negros descendían desde un helicóptero al petrolero británico. Aunque la Guardia Revolucionaria iraní aseguró que el Stena Impero había sido incautado porque no había cumplido las regulaciones marítimas internacionales, era evidente que se trataba de un ojo por ojo y que lo que se pretendía era presionar al gobierno británico para que liberase el Grace 1. La agencia de noticias Tasnim informó de que la Guardia había detenido otro petrolero dirigido por RU, pero que había sido liberado después. Los británicos iniciaron un gran revuelo. Jeremy Hunt declaró: “estoy extremadamente preocupado por el decomiso de dos buques por parte de las autoridades iraníes en el estrecho de Ormuz […] Pronto asistiré a un encuentro HROG [Habitaciones de Resumen de las Oficinas del Gabinete] para revisar qué conocemos y qué podemos hacer para asegurar la breve liberación de estos dos buques” (CNBC, 19 de julio). La BBC también citó a Hunt diciendo que las incautaciones iraníes eran “completamente inaceptables” y que “la libertad de navegación debe ser mantenida” (Cabe destacar que cuando las fuerzas imperiales británicas se involucran en un acto de piratería, es inaceptable, pero cuando los iraníes lo intentan copiar, es ¡“completamente inaceptable”!). Hunt avisó a Irán de que “si esta situación no es resuelta rápidamente, habrá serias consecuencias”.

En un detallado artículo del 20 de julio, The Guardian desenmascaró el papel que los EE. UU., y en particular John Bolton, habían tenido en el decomiso del Grace 1. Describía cómo, cuando el Grace 1 fue capturado, Bolton intentó actuar como si no tuviera conocimiento previo del hecho a través de un tuit: “Excelentes noticias: el RU ha detenido el superpetrolero Grace 1, el cual se encuentra cargado de petróleo iraní destinado a Siria, en violación de las sanciones de la UE”. Pero “el equipo de seguridad nacional de Bolton estaba directamente involucrado en manufacturar el incidente de Gibraltar”. El Grace 1 había estado bajo la vigilancia de los satélites estadounidenses desde abril, cuando atracó fuera de Irán. Una vez que emprendió rumbo al mar Mediterráneo, los EE. UU. informaron a España de su llegada y su paso por el estrecho de Gibraltar. España, que no reconoce el gobierno británico sobre Gibraltar, no emprendió ninguna acción. Pero los británicos, a quienes también se les había dicho que incautaran el carguero, actuaron y asaltaron el petrolero con 30 marineros. El resultado, tal y como destaca The Guardian, fue que “Reino Unido ha sido sumergido en medio de una crisis internacional y está mal preparado para lidiar con ella”. Las represalias de Irán raptando el Stena Imperio, según The Guardian, expuso más aun “el aislamiento diplomático de Gran Bretaña y su vulnerabilidad económica y militar”, y que “el llamamiento de Hunt para conseguir apoyo internacional para RU ha caído en oídos sordos hasta la fecha”.

Los piratas británicos y sus dominios de Gibraltar, los cuales habían sido embaucados por el pirata americano, tuvieron que renunciar. El 15 de agosto, los británicos liberaron el Grace 1 a pesar de todos los esfuerzos de Bolton y su equipo para continuar con la detención del petrolero. Los oficiales de Gibraltar emitieron una declaración en la que se decía que el Departamento de Justicia de los EE. UU. había “solicitado la incautación del Grace 1 en base a un amplio número de alegaciones” pero, un juez en el Tribunal Supremo de Gibraltar posteriormente dictó que no había recibido la “solicitud” para el decomiso estadounidense (USA Today). Además, todas las sanciones legales contra la tripulación y el capitán del petrolero fueron desechadas. El New York Times también informó de que Fabian Picardo había emitido una declaración diciendo que había “recibido garantías por escrito” por parte de Irán y que “si se liberaba, el destino del Grace 1 no sería una localización sujeta a las sanciones de la Unión Europea” y que “a la luz de las garantías recibidas, ya no hay ninguna base razonable para sostener la continuada detención legal del Grace 1”. Cuando se le preguntó hacia dónde se dirigía el barco, Picardo contestó: “ese no es un asunto de las autoridades de Gibraltar”. De acuerdo con el informe, un comerciante de petróleo en Irán había afirmado que el carguero navegaría hacia Grecia y después a Italia.

Cuando el Grace 1 se preparaba para partir de Gibraltar, cambió su nombre y bandera. Fue rebautizado Adrian Dayra 1, y la bandera de Panamá fue sustituida por la bandera iraní (Dayra quiere decir mar en persa). Las razones para estos cambios fueron que Panamá no quería que el petrolero continuara navegando bajo su bandera. Posteriormente, el Adrian Darya 1 se dejó llevar a la deriva por el mar Mediterráneo sin un destino fijo (Press TV, 18 de agosto). Los piratas norteamericanos estaban en su cola y amenazaron a todos los países a los que el petrolero intentó acercarse.

El primer país al que se aproximó fue Grecia. Pero los estadounidenses afirmaron que habían transmitido su “fuerte posición” al gobierno griego para que no dejasen atracar al petrolero (Reuters, 29 de agosto). De acuerdo con un oficial del Departamento de Estado de EE. UU., “cualquier esfuerzo para ayudar al petrolero podrían ser interpretados como ayudas materiales a una organización extranjera terrorista desde el punto de vista estadounidense, lo potencialmente que tendría consecuencias migratorias y criminales”. Esta posición “había sido comunicada no solamente a Grecia, sino también a otros estados y puertos del Mediterráneo”, afirmó el oficial. Dadas las amenazas estadounidenses, el gobierno griego dijo que no había habido un anuncio formal del que el Adrian Darya 1 llegaría al puerto griego de Kalamata. Al día siguiente, el ministro de asuntos extranjeros de Grecia destacó que habían “enviado un claro mensaje de que no se facilitaría el tráfico de este petróleo hacia Siria de ningún modo”, y que Grecia ni siquiera tenía un puerto capaz de manejar un petrolero de esas dimensiones (CNBC, 21 de agosto).

A continuación, el Adrian Darya 1 se dirigió a Chipre. Pero un diplomático chipriota declaró que “Chipre no permitiría al carguero iraní entrar en su territorio si el buque decidiera hacer esa petición” (Bloomberg, 22 de agosto). El petrolero entonces fijó su destino en el puerto de Mersin, en el sur de Turquía, previendo su llegada para el 31 de agosto (Deusche Welle, 24 de agosto). Sin embargo, dadas las “sanciones paralizadoras” de la administración de Obama, seguidas por la “máxima presión” de la pandilla de Trump, Turquía había dejado de comprar petróleo iraní desde mayo de 2019, y no quería verse involucrada de ninguna manera con el petrolero iraní, especialmente dada la tensa relación que ya había con los Estados Unidos. El 25 de agosto, Bloomberg informó de que el buque había cambiado “la señal enviada desde el satélite del barco a “For Order”, una denominación que significa que el buque no tiene un destino fijo.

El 26 de agosto aparecieron noticias sensacionales: “Irán vende el buque petrolero perseguido por los EE. UU.” (The Independent). De acuerdo a las noticias, en una conferencia de prensa, un representante del gobierno iraní declaró que el petrolero había sido vendido por Irán y que el nuevo comprador decidiría su último destino. Irán declinó nombrar al comprador y discutir los términos de la venta.

A pesar de que Irán intentase lavar sus manos en el asunto del petrolero, los piratas estadounidenses continuaron su persecución. Era entonces absolutamente incierto cuál sería el siguiente destino para el Adrian Darya 1 y qué le sucedería. “Confusión sobre el destino del petrolero iraní después de semanas de calvario”, era el título de un artículo de Aljazeera del 30 de agosto. Después de que aparecieran rumores de que el petrolero todavía se dirigía a un puerto turco, el Ministro de Exteriores de Turquía declaró: “este petrolero no se dirige en estos momentos a Iskenderun (Turquía), sino a Líbano”. Pero Líbano ya había descartado la posibilidad, “subrayando que este país nunca compra petróleo crudo simplemente porque no tiene refinerías”.

El 30 de agosto, Press TV informó de que los EE. UU. habían puesto en la lista negra el Adrian Darya 1 y sancionado a su capitán. De hecho, el departamento del Tesoro de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC por sus siglas en inglés) emitió una declaración diciendo que la toma de medidas en contra del Adrian Darya 1 “beneficiaría a los cuerpos de Guarda Revolucionaria Islámica iraní (IRGC-QF por sus siglas en inglés)”. Signal Mandelker, el adjunto al Secretario de Terrorismo e Inteligencia Financiera declaró: “buques como el Adrian Dayra 1 permiten a las IRGC-QF transportar y transferir grandes cantidades de petróleo y propagar el terrorismo”. (Debería destacarse que el lugar de nacimiento y la ciudadanía de Sigal Pearl Mandelker, ya sea israelí o estadounidense, ha sido sujeto de mucha controversia. Pero dejando este asunto aparte, igual que las antiguas direcciones de la OFAC, ha mostrado bastante hostilidad hacia los círculos afines a Irán e Israel, como la Fundación para la Defensa de las Democracias, y ha sido instrumentalizado e impuesto un u otro paquete de sanciones sobre Irán).

Con los bandidos en su cola y sin tener sitio a dónde ir, el Adrian Darya 1 se dirigió a Siria, precisamente al lugar que los EE. UU. habían intentado evitar que fuera desde el principio. El 31 de agosto, el Secretario de Estado Mike Pompeo tuiteó “FM @JXarig garantizó al Reino Unido que el petrolero IRGC #Grace1 / AdrianDaryal1 no se dirigiría hacia Siria. Tenemos información de confianza de que el petrolero está en marcha y se dirige a Tartus, Siria. Espero que cambie de rumbo. Ha sido un gran error confiar en Zarif” (The Times of Israel).

El 3 de septiembre, AP informó de que el petrolero “de la lista negra y perseguido por los EE. UU. había apagado su radiofaro cerca de las costas de Siria”, llevando a la especulación de que su petróleo acabase allí. Se especuló también sobre la posibilidad de que hubiera una transferencia de barco-a-barco de su petróleo.

Un día más tarde, aparecieron noticias sorprendentes: un informe del Financial Times reveló que cuatro días antes de que los EE. UU. sancionaran el Adrian Darya 1, Akhilexh Kumar, el capitán del petrolero indio, recibió un email de Brian Hook, el representante americano especial por Irán en el Departamento de Estado. Hook escribió a Kumar el 26 de agosto: “Soy Brian Hook. Trabajo para Mike Pompeo, el secretario de estado de EE. UU., y sirvo como Representante Estadounidense por Irán. Le escribo con buenas noticias.” La buena noticia es que la Administración de Trump le daría a Kumar “varios millones de dólares” para llevar al petrolero “a un país que confiscase el buque en nombre de los EE. UU.”. Para asegurar a Kumar que el correo era auténtico, Hook incluyó el número de teléfono oficial del departamento de estado. En un segundo email, Hook le escribió a Kumar: “con este dinero puedes llevar la vida que quieras y que aun te quede para tu jubilación… si decides no tomar este fácil camino, la vida será mucho más difícil para ti.” En los dos días posteriores, explicaba el informe, el Adrian Darya 1 hizo maniobras con forma de donut, sugiriendo que Kumar podría haber estado intentando decidir cómo reaccionar. Finalmente, el capitán fue incapaz de responder, y Brain Hook le envió un correo para decirle que el Tesoro de EE. UU. le había impuesto sanciones. De acuerdo con el informe, “en un esfuerzo para asustar a los marinos” para que entendieran que ayudar a Irán a evadir sanciones conlleva un alto coste, los últimos meses Hook había escrito por correo o enviado mensajes a aproximadamente una docena de capitanes. (Permitidme que enfatice que el autor de los correos anteriores no es ni Don Vito Corleone ni el Capitán Hook, sino Brain Hook, el representante especial para Irán del Departamento de Estado de los EEUU. El Capitán Hook es bastante inteligente, ofrece “unos pocos millones de dólares”, ¡por un barco que vale al menos 130 millones! ¡Puede que fuera por eso por lo que Kumar no respondiera a su oferta!).

Con los correos de amenazas y sobornos de Hook a la vista, y el Adrian Darya 1 cercano a las costas sirias, la saga del petrolero iraní estaba prácticamente acabada. El 5 de septiembre, Irán informó de que pronto liberaría parte de la tripulación del petrolero británico incautado (The Independent). El mismo día, el Secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper, dijo que “actualmente no tenía ningún plan en su mesa para incautar el petróleo del Adrian Darya 1” (Reuters). El 6 de septiembre, The Guardian informó de que el petrolero había sido fotografiado por satélite cercano al puerto sirio de Tartus, El 8 de septiembre, el representante del Ministerio de Exteriores iraní, Abbas Mousavi, informó que “el petrolero Adrian Darya 1, a pesar de los actos de sabotaje, había atracado finalmente en la costa mediterránea y vaciado su carga, y su dueño tomaría una decisión sobre su futuro (Press TV). La Oficina de Exteriores británica emitió una furiosa declaración el 10 de septiembre diciendo que “ahora está claro que Irán ha incumplido sus promesas y que el petróleo ha sido transferido a Siria y al régimen criminal de Al Assad” (Sky News). Ese mismo día, John Bolton fue despedido por Trump.

La saga del petrolero iraní serviría para una gran película sobre la piratería en tiempos modernos. Estaría compuesta por un elenco de grandes estrellas; Bolton, un pirata con un gran bigote que lucha contra su jefe mientras intenta sobar un barco iraní; Hunt, un pirata chapucero que pierde su trabajo junto a una llorosa Teresa May; Pompeo, un gran, barrigudo y alegre pirata inmerso en una guerra en Twitter con Zarif; el Capitán Hook, un hombre con sonrisa de pirata que emite amenazas hace pendular el dinero delante de los ojos de los capitanes indios; Sigal Pearl Mandelker, una venenosa pirata escapada para tomar Irán por petición de Bibi Netanyahu y Mark Dubowitz, el director de la Fundación por la Defensa de las Democracias, etc. ¡Así que atento, Hollywood! En lugar de hacer otra película insípida de Piratas del Caribe, haz una película de los Piratas de Gibraltar. Sería mucho más interesante y tendría un final feliz, no porque ganasen los tipos buenos, sino porque el malo malísimo pierde.

Es profesor emérito de Economía y Director del Programa de Estudios sobre Oriente Medio de California State Univeristy, en Fresno. Sus áreas de investigación actuales incluyen la economía política de Oriente Medio e historia y teoría monetaria.
Fuente:
https://www.counterpunch.org/2019/09/13/the-pirates-of-gibraltar/
Temática: 
Traducción:
Lucía Baratech

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