En el mismo barco y en un mundo nuevo

Rudy Gnutti

26/11/2016

“Estamos en el mismo barco” dijo Zygmunt Bauman, y él no sabía que yo pensaba titular inicialmente la película "E la nave va". Fue la primera señal de algo que entendería sólo más tarde y que intento resumir en estas pocas palabras: estaba realizando una película sobre un “sentimiento” que preocupaba a la mayoría de la gente, en Barcelona, en Roma, en Londres, en New York, en México o en China.

Hoy estamos realmente muy conectados y la tecnología nos brinda la posibilidad  de que las cosas vayan mucho mejor que nunca, pero por gran contraste ¿por qué parece que vamos decididamente hacia el abismo?

Fue otra vez el profesor Bauman quien me dio la clave.

Me escribió en enero del 2016, después de haber visto el corte final de la película en su casa: “Rudy, este trabajo es tremendamente necesario, es una profecía, bajaré dentro de unos días a Barcelona, tu organiza un evento”.

La noticia me dejó de piedra, por una lado era un honor oír  estas palabras en boca de uno de los pensadores más veteranos del siglo que, como él dice en un momento de la película, “he vivido demasiado años y una mirada atrás es un cementerio de esperanzas”, pero por otro estaba fuera de cualquier óptica de la industria cinematográfica organizar una presentación de una película no acabada del todo.

Después de meditar atentamente la propuesta con los otros dos productores del film, Pere Portabella y Joan Bosch, decidimos aceptar la propuesta del profesor Bauman. Presentamos la película el 17 de febrero en el museo Macba de Barcelona. El éxito mediático del evento fue espectacular, "me estoy convirtiendo en una rock star", me dijo sonriendo el anciano profesor.

Este mismo día, en el Macba de Barcelona, ocurría otra cosa que me tenía preocupado, el profesor Daniel Raventós veía por primera vez el corte final del film, después de dos años de haber aguantado mis dudas sobre uno de los argumentos clave de la película, la Renta Básica. Mis preocupaciones eran más sobre la forma que sobre el contenido. Yo estaba convencido que exponer la tesis sobre la distribución de la riqueza desvinculada del trabajo intentando utilizar un lenguaje sencillo, poco académico y para nada militante, era la clave de mi proyecto. Mi preocupación era que el profesor Raventós y el resto de los componentes del colectivo de la RB, después de haber estudiado esta propuesta y pensado tantos años sobre el lenguaje que es preferible utilizar para promulgar esta idea en la forma más eficiente y clara, aceptaran el discurso narrativo que había utilizado en el film.

Pues tengo que reconocer que no encontré ninguna objeción, al contrario, a Daniel, ya un amigo, le pareció bien mi propuesta de que el capítulo "new ideas" lo protagonizaran un estudioso sobre el tema como él, acompañado del joven historiador holandés Rutger Bruger.

Rutger crea un empatía extraordinaria con los espectadores más jóvenes y menos comprometidos políticamente.

El profesor Raventós y el activista mexicano por la Renta Básica y representante de la CEPAL en México, Pablo Yanes Rizo, me invitaron a presentar el film en el simposio internacional de la RB en Méjico, organizado por el Senado de aquel país y por la CEPAL. Muy recientemente, también fui invitado al XVI Simposio de la Renta Básica en Bilbao, al que asistieron muy interesantes panelistas como Sara Berbel, Iñaki Uribarri, Juan Carlos Monedero, Carme Porta, David Casassas, Helena Franco... México y Bilbao: dos realidades diferentes y dos maneras de ver el trabajo y la vida casi antitéticas.

Después de la proyección en una sala del Senado de México, me vinieron a felicitar una familia de campesinos que venía de una aldea de montaña. En este momento me di cuenta que la RB tenía un impacto muy distinto dependiendo del lugar geográfico y que era casi imposible prever la verdadera dimensión de la reforma.

Una realidad muy distinta es la que encontré en Bilbao. Una ciudad que ha vivido una transformación espectacular en los últimos 30 años. A pesar de haber sido una importante ciudad industrial, se ha trasformado en una ciudad moderna donde ha crecido el sector de servicios y el turismo. Esta reconversión ha significado, evidentemente, una disminución paulatina de la clase obrera tradicional. Bilbao era otra prueba importante para mí. Creía  que para activistas, intelectuales, sindicalistas, feministas... que llevan muchos años luchando y debatiendo sobre esta idea, no sería fácil entender un punto de vista tan poco militante. Además, la proyección se hizo justo después de un debate intenso entre partidarios de la RB, como los economistas Jordi Arcarons y Lluís Torrens, y un defensor del llamado “trabajo garantizado” como es el también economista Eduardo Garzón.

Estoy convencido que el elemento realmente innovador, por no decir revolucionario, es lo que apunta el profesor Bauman: hay que desligar el trabajo remunerado o empleo de la supervivencia. Este es realmente el gran salto cualitativo. En las entrevistas de la película con los diferentes académicos y pensadores, como el profesor Toni Atkinson o la profesora Mariana Mazzucato, salieron ideas diferentes y a veces contradictorias de como redistribuir esta riqueza creada por la tecnología. Quizás será una combinación de diferentes mecanismos sin que esto desvirtúe la propuesta.

Reconvertir en trabajos remunerados a tareas que hoy en día no están retribuidas o dividir las horas de los trabajos que quedarán, son fórmulas que podrían adaptarse a cada territorio y a cada época según la necesitad.

La redistribución en un futuro, con una tecnología que todavía no podemos imaginar, será seguramente diferente de la redistribución que podríamos materializar hoy en día. Ni en cuanto a la cantidad, ni a la proporción que se atribuirá al bienestar común y a la renta individual.

La pena fue que, por motivos logísticos, no pude esperar al debate posterior a la proyección en Bilbao, pero me contaron que fue un gran éxito de interés y de debate.

Con las proyecciones que se han realizado esta semana en las salas Verdi de Barcelona y Madrid, y en las que se seguirán realizando a lo largo de la próxima semana, he podido ver posteriormente en la red, y en los mismos coloquios posteriores a la proyección, que la película ha servido para crear profundas reflexiones sobre los nuevos acontecimientos que, como la automatización del trabajo, apenas vislumbramos.

Después de haber dado la vuelta al mundo y haber hablado con pensadores de diferentes geografías (y mención especial merece el entrañable y ejemplar José Mujica que tantas cosas interesantes dice en mi película) y de muy distintas procedencias ideológicas, me he dado cuenta de algo que puedo resumir así: la redistribución de la riqueza desligada del trabajo remunerado o empleo es un idea cada día más aceptada y parece, al contrario, que se está volviendo torpe, irracional e inútil seguir pensando que podemos seguir con los mecanismos económicos de hace décadas como si el mundo hubiera cambiado muy poco. En realidad, estoy convencido que acaba de comenzar una nueva era que precisa de nuevas respuestas y soluciones. Una era que puede ser terrible o amable para nuestra especie. Depende de nosotros. Con “In The Same Boat”, he intentado contribuir un poco a esta reflexión.

 

músico, cineasta, estudió antropología en la Universidad La Sapienza de Roma.
Fuente:
www.sinpermiso.info, 27 de noviembre de 2016

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