El indigenismo y la revolución latinoamericana. Entrevista

Ricardo Napurí

03/09/2005

   Lo que sigue es una conversación mantenida hace unos meses por Modesto Emilio Guerrero con el veterano socialista revolucionario peruano, residente en Buenos Aires, Ricardo Napurí sobre la insurgencia del 'Movimiento Etnocacerista' en Perú, el carácter del fenómeno, los elementos diferenciadores respecto del chavismo y su ubicación en la dinámica política latinoamericana actual.

NAPURÍ: Tengo conocimiento del Mayor Antauro Humala y sus amigos ideológicos en ese movimiento. Se hicieron conocidos en los años más tortuosos de la represión
contra Sendero Luminoso. De hecho, ellos fueron señalados como fusiladores de muchos militantes de Sendero. Pero ese es un aspecto del fenómeno. Al mismo tiempo,
ellos expresan una parte de las profundas contradicciones de la sociedad peruana, que es la terrible opresión, explotación económica y discriminación que sufre el 'cholo (indio) o descendiente de ellos'. No se les puede definir en forma simple, son una contradicción actuando, por eso suenan simpáticos a un sector de la izquierda, pero es peligroso guiarse por unos aspectos sin los otros que lo definen.

Es un movimiento que responde a las mismas angustias que llevaron a otras irrupciones durante los últimos años.

NAPURÍ: Si, en ese punto son una expresión, una reacción, como lo fueron los zapatistas, Chávez en el 91, la CONAIE en Ecuador, los piqueteros en Argentina, etc. Son expresiones distintas, a veces muy disímiles, de la resistencia a la opresión imperialista y la brutal miseria que viven nuestros pueblos. Fíjate que Humala se apoya en los conscriptos, que dentro de un ejército son el sector más oprimido y que en Perú la están pasando muy mal.
     El movimiento Etnocacerista se apoya en ese sector militar, pero no cuenta ni pretende tener base social de apoyo. En ese sentido es lo opuesto al chavismo, que se construyó con el movimiento de masas, apoyándose en su movilización. El nacionalismo de los Humala es mucho más relativo que el de Chávez o de otros líderes nacionalistas del pasado. El reivindica un pueblo-Nación, y eso no es que sea malo en si mismo, si no que hoy no se puede resolver volviendo a la ciudad incaica del siglo XIV.
     Cuando Chávez invoca a Bolívar también es ideológico, pero observa la diferencia, lo hace para rescatar lo mejor de su gesta revolucionaria, sobre todo en la lucha por la unidad latinoamericana frente a toda dominación imperial. En ese punto es progresivo. O cuando rescata un decreto del Libertador en 1816 para sustentar un artículo de la Constitución de 1999 que impone la propiedad nacional de los recursos del subsuelo, en el caso venezolano el petróleo. Es un nacionalismo distinto al de los etnocaceristas. Humala responde a una corporación cerrada, de casta y dentro de ella a un sector maltratado, los conscriptos. Todo lo demás es ideológico.

Te refieres a sus proclamas indigenistas y antiyanquis.

NAPURÍ: Fíjate tú, es simpático reivindicar al indígena frente a los yanquis o a Toledo, es simpático condenar a Toledo y su corrupción. Pero no habrá solución si lo que se pretende es reconstruir el modelo social de Tihuantisuyu; eso es romántico, utópico; puede gustar a mucha gente, pero no sirve para resolver la crisis social peruana actual.
     Toledo no lo pudo solucionar y es descendiente de indígenas. La enorme corrupción del gobierno de Toledo es apenas uno de los efectos del sistema de explotación impuesto en Perú. Los corruptos en mi país están dentro del gobierno, pero también dentro del ejército y sobre todo en las empresas nacionales y transnacionales; ellas son las que pagan y la corruptela en las licitaciones, el comercio, la banca y la producción. El 4 por ciento de crecimiento promedio que vivió Perú en los últimos años tiene un
alto contenido de corrupción. Eso lo vimos en toda Latinoamérica. De eso no escapó Toledo, pero tampoco escaparía el movimiento Etnocacerista si gobernara. No es casualidad que los hermanos Humala hayan tenido acuerdos electorales con Toledo y que antes se hayan rebelado contra Fujimori, pero fueron parte del aparato ultra represor de Fujimori.

Se dicen indigenistas

NAPURÍ: Si, de allí el nombre que usan políticamente. Uno porque reivindican la sociedad dominante en la última etapa del imperio incaico antes de la colonización española, ese es su modelo de sociedad que proponen, por eso hablan de los derechos de la mayoría indígena. La otra parte de su definición política invoca el nombre del Almirante Andrés Avelino Cáceres, que luchó en la Guerra del Pacífico contra el
ejército chileno, pero nunca hubo una corriente política importante en Perú que reivindicara a aquel Almirante. En ese sentido es una novedad.

En lo de indigenismo tampoco, porque ya Mariátegui lo hizo hace 70 años.

NAPURÍ: Claro, pero con una pequeña diferencia, que José Carlos Mariátegui nunca fue etnicista, excluyente de otras etnias. Para él, la cuestión comenzaba con la solución del problema de la explotación de clases y la dominación imperialista.
     El tradicional 'problema indígena peruano' se resolvía para Mariátegui dentro de ese marco político, con un programa y un movimiento que contuviera todos los derechos indígenas en un proyecto de revolución integral de la sociedad, porque si no, toda la vieja porquería de la opresión étnica volvería bajo peores formas, como vuelve el racismo en muchos lados. Si Humala gobernara no gobernaría la mayoría indígena de
Perú, porque el etnocacerismo no se apoya en organismos del movimiento de masas
     El dilema de la democracia moderna es si se construye, o no, con organismos del pueblo trabajador, de las mayorías explotadas. Es el debate presente en la Venezuela de Chávez según entiendo ¿no? El movimiento Etnocacerista no plantea nada que indique que se va a apoyar en organismos democráticos de poder.
     De hecho, es lo que ha ocurrido desde la liberación del imperio español. Casi todos los gobiernos hicieron demagogia hacia el 'cholo' (indio), hablaron de sus derechos en las campañas electorales. El último y mejor ejemplo fue el actual presidente, Toledo. El es un descendiente de incas, usó ese carácter para ganarse el voto popular, igual que hizo el presidente Lucio Gutiérrez en Ecuador, donde también hay grandes sectores indígenas postergados. Ahí tienes el resultado del gobierno Toledo. La irrupción de los
hermanos Humala en nombre de los indígenas es contra un representante étnico. La explicación es simple, ni Toledo ni Humala solucionarán los problemas sociales de los descendientes incaicos ni del resto de los trabajadores peruanos, porque ellos no están de acuerdo con romper las ataduras imperialistas que tienen a la sociedad peruana sumergida en la miseria y la descomposición. El odio a Toledo por su proimperialismo es un hecho social que debe ser canalizado en un programa de transformaciones
revolucionarias, no a través de movimientos autoiluminados.

El Etnocacerismo tiene mucho de iluminismo redentor, como lo fue en su momento Sendero Luminoso, aunque sean distintos.

NAPURÍ: Algo así. Sendero también reivindicaba los derechos indígenas, pero surgió del Partido Comunista, se hizo maoísta, se apoyaba en un sector muy atrasado y pobre del campesinado. Su iluminismo le viene de las invocaciones semi religiosas de sus líderes y de los métodos de acción usados en la lucha, ellos no discriminaban entre enemigos de clase y adversarios políticos, los eliminaban a todos como si fueran iguales. Yo mismo fui condenado por Sendero porque no compartía su política y métodos. Se sentían iluminados.
     El 'iluminismo' de los Humala es peor, ellos no surgen de una corriente del movimiento obrero o campesino, tampoco de algún movimiento indigenista de masas, como surgieron Evo Morales y Quispe en Bolivia, el zapatismo en México, o la CONAIE en Ecuador. Ellos derivan de su líder, de los conscriptos que lo apoyan
y de las profundas angustias de Perú. Ahí está su carácter altamente contradictorio.

Fuente:
Argenpress, enero 2005

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