El banco Monte dei Paschi di Siena: ¿rescatado por JP Morgan?

Leonardo Mazzei

16/08/2016

¿Así que el banco Monte dei Paschi di Siena (MPS) está a "salvo"? Y, si es así, ¿puede ser este el punto de inflexión de la crisis bancaria italiana? Si la respuesta a la primera pregunta es absolutamente prematura, la de la segunda es un “no” rotundo. Pero hay otra cuestión. Si se lleva a cabo el rescate, ¿quién será el propietario del nuevo banco bueno? ¿No será, por casualidad, JP Morgan?

El miedo azuza, y los oligarcas de las finanzas intentan articular una manera de salir de una situación que puede tener graves repercusiones en todo el sector bancario. Lo mismo ocurre con los políticos, simplemente horrorizados de tener que rescatar – con aprobación a nivel europeo - el cuarto banco italiano.

En resumen, MPS fue considerado por todos ellos demasiado grande para caer, aunque para evitar la quiebra (como se dice en la sin igual jerga comunitaria) fuera necesario un "rescate". El problema es que la suma de estos "rescates" (ver el caso de los cuatro bancos "rescatados" el pasado otoño) recae hoy sobre los tenedores de bonos, en primer lugar aquellos relacionados con los bancos en cuestión.

El gobierno, por tanto, ¿se ha preocupado por los inversores que se verían afectados? En parte sí, porque una solución de ese tipo hubiera roto otro consenso de un Renzi ya en problemas. Pero la mayor preocupación era otra, el llamado "contagio". El rescate de MPS no solo habría ocasionado pérdidas cuantiosas (en el orden de varios millones de dólares) a los inversores institucionales (otros bancos, compañías de seguros, fondos), sino que habría reducido el valor de los bonos emitidos por otros bancos, con un efecto en cascada difícil de evaluar, pero sin duda importante.

El sistema (con mayúscula) - entendiendo por este término el conjunto (a menudo interrelacionado) de los poderes económicos y políticos - ha tenido que reaccionar por tanto. En primer lugar, mediante la búsqueda de un resquicio legal que permitiera la intervención del gobierno para derogar las normas europeas; a continuación, dada la falta de predisposición de la Comisión Europea, con la preparación de un plan que se llama pomposamente de "mercado", pero que tiene como protagonistas a algunos de principales buitres de las finanzas internacionales.

Y puesto que un "mercado" así agrada al BCE en Frankfurt, he aquí que los hombres de Draghi dieron luz verde a una operación que, más que en Siena o Roma, parece concebida en Nueva York. Más exactamente, en el 270 de Park Avenue, donde se encuentra la sede de JP Morgan, uno de los mayores bancos de inversión del mundo.

Sí, JP Morgan, esa simpática institución que en un informe de 28 de mayo de 2013 se encargó de definir las constituciones nacionales del sur de Europa como "no aptas para promover una mayor integración europea", debido a una "fuerte influencia de las ideas socialistas" y de incluir el "derecho a la protesta" que no encajan en la actual época de dictadura financiera. En resumen, Renzi no podía tener mejores  compañeros de viaje para el referéndum constitucional.

Pero volviendo a MPS, trataré de concentrarme en cinco aspectos:

1. ¿Cómo se llegó al plan actual?

2. La arquitectura de la venta de los “activos” morosos (npl).

3. Las incertidumbres de la recapitalización,

4. La persistencia de las razones subyacentes de la crisis del sistema bancario italiano.

5. El probable fin no sólo de la "senesità" del Monte, sino también de su italianidad.

1. ¿Cómo se llegó al plan actual?

Ya hemos visto brevemente las razones que llevaron al plan aprobado recientemente por el Consejo de Administración de MPS. En general, la enorme cantidad de créditos morosos (de ahora en adelante, por conveniencia, NPL) mantenidos por el banco ya no era sostenible. Como prueba, la caída en el mercado de valores en los primeros siete meses del año (-74,98%). Pero el golpe decisivo vino de Europa. En junio, la carta del BCE con la exigencia de desprenderse de 10 mil millones de créditos morosos; en julio, el desastroso resultado de las pruebas de estrés, que han situado a MPS, de lejos, en el último lugar del ranking de “resistencia” (por así decirlo) de los 51 grandes bancos de la UE.

A principios de julio, por tanto, se ha empezado a hablar con insistencia de un rescate por parte del Estado. Y entonces comenzó una dura negociación con la Comisión Europea. Mientras que el Gobierno italiano pretendía una intervención pública para la recapitalización necesaria, pero sin que se produjera el “rescate”, y por tanto mediante una excepción de las reglas bancarias de la UE, Bruselas ha respondido con un no rotundo a esa posibilidad. De este choque, y la posterior retirada italiana, la prensa nacional ha preferido informar de una forma bastante suave, bien para no presentar una imagen de Europa demasiado sombría, bien para evitar la imagen de un Renzi con el rabo entre las piernas. El hecho es que las cosas fueron exactamente de esa manera.

Aquí, pues, ha surgido como un hongo la llamada "solución de mercado" que no es exactamente de "mercado" - como veremos más adelante, dado el papel del Estado previsto-, y que solo el tiempo aclarará si es una "solución". Al tiempo, pues. Pero conviene no olvidarlo, porque en realidad lo único cierto es que sus señorías han ganado un poco más de tiempo. Y para Renzi implica llegar indemne al referéndum ...

2. La arquitectura de la venta de los npl

Ahora vamos a ver la arquitectura del "rescate". Las piezas que lo componen son muy numerosas, pero en general consta de dos fases. La primera es la venta de los créditos morosos, la segunda, la recapitalización. Este orden temporal no es casual, ya que sin la limpieza de npl del balance de MPS la recapitalización estaría destinada a un rotundo fracaso.

Según el plan, la venta de los npl debe tener lugar este año. Un calendario brutal, pero garantizado en parte por un préstamo puente de 6 mil millones de JP Morgan. El valor bruto de la venta de los créditos morosos es de unos 27 mil millones, pero como el precio establecido es de un 33%, los compradores tendrán que pagar 9,2 mil millones.

Esta montaña de créditos morosos será adquirida por un vehículo de propósito especial - un SPV (special purpose vehicle) o “banco malo”, un tipo de sociedad que se crea específicamente para las operaciones de titularización. Los npl así distribuidos, con la emisión de bonos dividida en tres tramos, corresponderá a tres diferentes niveles de riesgo identificados.

El tramo preferente, menos arriesgado, debido a ser créditos cubiertos por garantías reales, podrá aprovecharse de la calificación de GaCS (Garantía de la titulización de créditos morosos). En la práctica, el Estado garantiza los bonos emitidos para cubrir este tramo, a cambio del pago de una póliza regular al Tesoro. Este instrumento, ya preparado en los últimos meses, tuvo la aprobación de la Comisión Europea que, al no clasificarlo como "ayuda estatal", evita la aplicación del “rescate”. En el caso del MPS, el valor de este tramo asciende a 6 mil millones de euros.

El segundo tramo, el intermedio, simplemente llamado entrepiso, vale 1,6 mil millones y será suscrito en su totalidad por el Fondo Atlante II, que debe ser financiado rápidamente a este fin. Es un paquete de préstamos mucho más peligroso que el primero, generalmente cubierto por garantías. Dado que el precio medio de venta de los npl previsto en el plan (33% del valor nominal de los préstamos) es mucho mayor que el valor de mercado, que se sitúa en torno al 20%, es evidente que el Fondo Atlante II corre el riesgo de pérdidas aún significativas. Este riesgo se compensa en parte con la asignación de los warrants (ordenes) al Fondo, que de ejercerse daría a Atlante II el 7% de las acciones de MPS después de la recapitalización. Es digno de mención que la financiación de Atlante II tendrá, por lo menos en parte, un carácter público, ya que contribuirán de manera decisiva las Cajas de Depósitos y Préstamos, propiedad en un 80% del Ministerio de Economía.

El tercer tramo, el menor, consiste en los créditos peores (los que no tienen ningún tipo de garantía), e irá a los actuales accionistas.

Hasta aquí la primera fase de limpieza de los npl. Una limpieza todavía parcial, que se completará con otra cobertura de la operación de los créditos morosos que permanezcan en el balance de MPS (alrededor de 20 mil millones brutos). Con la venta de los npl que hemos explicado, el ratio de morosidad y créditos residuales totales en el balance de MPS será de un 19%, un nivel considerado aceptable y, en cualquier caso, en línea con la media de los otros bancos italianos. El hecho es que estos npl residuales están sobrevalorados en los balances financieros del banco. De ahí la necesidad de aumentar tanto la cobertura de los préstamos restantes en un sentido estricto, como de otros tipos de créditos morosos.

Basándose en el valor reducido en un 33%, los npl restantes deberán tener una cobertura del 67%, con un costo adicional de mil millones. Otros tipos de préstamos no rentables, los que una vez fueron llamados "deficiente" y hoy se dividen en "fallos probables" y "préstamos en mora" tendrán una cobertura del 40%, con un coste de 2,2 mil millones.

La suma de estas coberturas (3,2 mil millones de dólares), más la diferencia entre el precio de venta de 27 mil millones de morosidad bruta (33% frente al 40% en el balance general, que hace exactamente 1,8 mil millones) nos lleva precisamente a la cifra de 5 mil millones, que es la recapitalización prevista de la que vamos a tratar a continuación.

3. Una recapitalización incierta, pero JP Morgan ...

Técnicamente, la fase de la recapitalización es la más fácil de entender. Básicamente es donde se encontrará el principal obstáculo. Limpio el banco de npl, se trata de encontrar 5 mil millones y hacerlo antes de enero de 2017.

Según ciertos periódicos parecería algo simple y garantizado por un consorcio de bancos de primera clase. Pero, ¿es realmente así? No parece correcto. La primavera pasada muchos comentaristas económicos apostaban por el atractivo de las nuevas acciones de Banca Popolare di Vicenza y Banca Veneto. Según ellos, la garantía del Fondo Atlante era suficiente para atraer nuevos inversores, y los activos del fondo no tendrían que ser utilizados. ¿Resultado? Los suscriptores han aportado cero y Atlante I ha pagado el monto total de la recapitalización, por un total de 2,5 mil millones de euros. Como precedente no está mal.

Pero, dicen, el nuevo MPS será un verdadero buen banco. Lo malo es que también nos hablaron de cuatro "nuevos" bancos que surgirían del "rescate" de noviembre de 2015 (Banca Etruria, CariChieti, Banca Marche, Carife). Recapitalizados con 3,6 mil millones, libres de morosidad, nadie los quería de todos modos. Recientemente han salido a subasta con el fin de recuperar al menos el valor de los recursos aportados, pero sólo se han conseguido dos ofertas de 500/600 millones de los fondos buitres Apolo y Lone Star. No es exactamente un buen augurio para MPS.

Muy bien, se puede replicar, pero ahora hay la garantía de un consorcio de bancos que son gigantes auténticos del sector. Al parecer, las cosas parecen ser así. El consorcio está de hecho formado por JP Morgan y Mediobanca (que actúan como coordinadores), Santander, BofA Merrill Lynch, Citigroup, Credit Suisse, Deutsche Bank y Goldman Sachs. Ocho gigante, y otros bancos, se dice, se podrían sumar. Dejando de lado ahora el significado de tantos buitres sobre la presa, ¿por qué preocuparse de la recapitalización?

Ya hace unas semanas il Sole 24 Ore explicó que en las cartas firmadas por estos bancos, "habría, sin embargo, varias condiciones previas: la obligación de MPS de vender los npl hasta la habitual "cláusula mac", es decir, las cláusulas que permiten una vía de escape a los bancos en el caso de situación adversa en los mercados”. En resumen, la recapitalización no está garantizada por los ocho bancos con una cantidad prorrateada de poco más de 600 millones de euros, como muchos han escrito. La garantía estaría fuertemente condicionada a una serie de requisitos que obviamente solamente conocen las personas directamente involucradas.

Más pesimista (y, al parecer, más informado) Federico Fubini en el Corriere della Sera:

"Ninguno de los bancos del concurrido consorcio ha garantizado, por ahora, que comprará las acciones de Montepaschi en caso de que nadie las quiera. Por parte de JP Morgan y los otros bancos sólo hay un compromiso para hacer "el máximo esfuerzo" para encontrar inversores. Esto significa que no ha desaparecido el riesgo de que no se logre la recapitalización, y el gobierno debe intervenir, a costa de los acreedores de Siena (...) Por tanto, la operación permanece en el aire, aunque en las últimas décadas JP Morgan ha abandonado un encargo de este tipo sin llevarlo a buen puerto".

¿Cuál es el problema? Como dice Fubini, pero es difícil no estar de acuerdo, que no va a ser fácil encontrar compradores para un banco que en 2014 quemó 8 mil millones de capital fresco y que ahora vale sólo 900 millones de euros. El escritor menciona la posible participación de las principales instituciones chinas, mientras que modestamente omite la posibilidad de que se interese algún banco de inversión estadounidense. De acuerdo, JP Morgan y sus colegas cobrarán comisiones sustanciales por su trabajo, pero ¿estamos seguros de que el verdadero interés del banco de Nueva York es más bien poner sus manos en MPS en las mejores condiciones posibles?

Por otra parte, los vínculos entre Renzi y JP Morgan son conocidos por todos (léase, por ejemplo, aquí). No sólo el primer ministro se reunió con el director general del banco de Estados Unidos, Jamie Dimon, a principios de julio, sino que parece central su relación con el jefe italiano del mismo, el florentino Francesco Rossi Ferrini. Este es definido por La Stampa como un hombre "cercano a algunos miembros del lirio mágico como Mark Carras".

No podemos saber todavía como terminará la historia de la recapitalización, pero los escenarios más probables parecen ser dos: o bien termina mal, como insinúa Fubini, preocupado (al menos tiene la honestidad de reconocer que el problema es el sombrío panorama económico en el que se desarrolla la operación); o JP Morgan se queda con la parte del león. Después de todo, la marca del banco de Siena, junto con un balance limpiado con las garantías del gobierno, puede despertar el apetito también en Nueva York.

En resumen, la "solución de mercado" o no existe, o si existe tiene otro nombre: JP Morgan. Pero incluso en este último caso se trataría de un "mercado" bien asistido por el Estado.

4. La profunda crisis del sistema bancario italiano (¡menudo "punto de inflexión"!)

Que la situación del sistema bancario italiano es muy grave nos lo dice, precisamente, el "rescate", aprobado por MPS. Ya la forma en que se ha llegado a él, con un plan aprobado por el Banco Central el mismo día en que se conoció el desastroso resultado de las pruebas de estrés, es la expresión de una frenética carrera contra el tiempo. El enésimo parche. Evidentemente, es lo contrario de un plan integral que pueda hacer frente a la emergencia bancaria.

El hecho es que tal plan - basado necesariamente, en nuestra opinión, en un programa de nacionalización del sector - es simplemente imposible sin romper unilateralmente con la Unión Bancaria. Por otra parte, es imposible sin recuperar la soberanía monetaria. Pero de esto hemos escrito muchas veces y no voy a insistir.

Ahora se nos quiere hacer creer que el MPS se convertirá en un modelo para superar la crisis bancaria en una lógica de mercado. Es una mentira vestida con otras mentiras. La verdad es que si realmente se cree en el mítico "mercado", la única solución para MPS sería la quiebra. O, al menos, la plena aplicación de un rescate. Por el contrario, lo que trasluce es el terror de las oligarquías financieras incluso a una aplicación parcial minimalista de un recorte de valor en los bonos subordinados en manos de los inversores institucionales.

¿Por qué este miedo? Porque, otra mentira, no es en absoluto cierto que MPS sea la única manzana podrida en una hermosa cesta de frutas sanas y atractivas. En un artículo que ya hemos mencionado, Fubini compara significativamente las incógnitas que se ciernen de un lado sobre MPS, y del otro sobre todo el sistema bancario. Como el entonces ministro de Defensa, Donald Rumsfeld declaró en los años de la Resistencia a la ocupación en Irak: “Rumsfeld distingue entre incógnitas conocidas para las cuales no tenemos respuestas todavía, y aquellas de las que por el momento ni siquiera se sabe de su existencia".

Después de este prólogo, Fubini termina con un ejemplo concreto de la fragilidad del sistema bancario italiano:

"En las últimas semanas, otra institución frágil, el Banco Popolare di Vicenza, está buscando la manera de deshacerse de sus préstamos en mora. Si el modelo Siena también se aplica a otros bancos, como es probable, entonces Vicenza tendrá que reconocer grandes pérdidas y encontrar nuevos capitales mediante la dilución del valor de las participaciones del fondo Atlante que ahora lo controla. Y otros casos similares están alrededor de la esquina. Después de todo, incluso Irak fue una campaña más larga que lo que Rumsfeld, con el cálculo de lo desconocido, nunca fue capaz de predecir".

La confirmación de todo ellos llegó vía la Bolsa de Milán. La paradoja aparente de que las acciones de MPS suban hasta un poco (pero ya han comenzado a perder a lo grande), mientras que las de otros bancos se hunde (interesante la caída de -9,40 de Unicredit y de -6,20 de Ubi Banca) tiene una explicación racional. ¿Es MPS un modelo? Pues bien, más allá de la baja probabilidad de repetir su plan de rescate, esto significa que el nivel de las coberturas de morosidad adoptadas por el banco de Siena se convierten en un punto de referencia - un benchmark se dice hoy - para los inversores que cuentan, los fondos en primer lugar. A continuación, teniendo en cuenta la recapitalización inevitable, se empiezan a vender las acciones que posean.

¿Cuál es la magnitud del problema? Nos lo dice un estudio de Mediobanca llevado a cabo en caliente. La aplicación de la “via” MPS a otros bancos como Unicredit debería aumentar la cobertura del 52 al 58%, en el Intesa Sanpaolo del 47 al 57%, en el Ubi del 28 al 54%, en el Banco Popular del 34 al 54%. Se trata de miles de millones. Muchos.

Sólo para elevar al 40% la cobertura de los "préstamos problemáticos" serán necesarios alrededor de 20 mil millones de euros. Morya Longo escribe al respecto en Sole 24 ore:

"La verdadera sorpresa se refiere a las coberturas de los créditos morosos. En los bancos italianos hay, de hecho, 140 mil millones de préstamos fallidos en los balances, con tasas de cobertura mucho más bajas que el objetivo del 40% fijado para MPS. En el balance de 2015, Unicredit los cubre al 34,4%, Intesa al 24,8%, Ubi al 16,71%, Banco Popolare al 25,44% y BPM al 22,1% ".

El problema es muy real, más allá de la montaña rusa fisiológica de la bolsa de valores, tanto que nos dicen los entendidos que Unicredit necesita un aumento de capital como mínimo de 7,6 mil millones de euros. Lo que debería ser más que suficiente para que quede claro que el problema de los bancos italianos no se llama solamente MPS.

Así que se perfila una larga secuencia de recapitalizaciones. Pero ¿de dónde saldrá el dinero? Excepto en casos especiales, muy poco de los inversores privados. ¿Vamos a tener muchos rescates en serie según lo previsto (e incluso esperado) por el asesor económico de Merkel, Lars Feld, en diciembre pasado?

Veremos, sin duda la limpieza de los bancos italianos parece no haber que comenzado. Por otra parte hay un hecho fundamental que no conviene olvidar nunca. No es casualidad que el primer problema de los institutos de crédito italianos sean los créditos morosos. Estos últimos no son nada más que una de las consecuencias espinosas de una crisis económica sin fin. Que, estando lejos la legendaria luz del final del túnel, seguirá, sin duda, alimentando el problema en un futuro próximo.

Volvemos así a la bomba, a la crisis, a sus causas, a los poderosos elementos de su agravamiento y gangrena que se llaman el euro y la Unión Europea.

5. Más allá de la "senesità". Lo que está en juego es la misma italianidad del Monte

En estos años se ha hablado muchas veces del fin de la "senesità" del MPS. Un fin que no data de hoy, pero que con el último plan de rescate tendrá su entierro definitivo. Lo que constituía la "senesità" del banco consistía en una cifra, 2,2 mil millones que revertía en el territorio de Siena a través de la Fundación MPS de 1996 a 2013, alcanzando un impacto en el PIB provincial del 3%.

Luego, con la crisis, las cosas han cambiado. La Fundación, que hasta 2011 controlaba más del 50% del banco, se aburrió de las recapitalizaciones continuas (en las que quemaron 5 mil millones) y en la actualidad sólo tiene el 1,49% de las acciones de MPS, por un valor de 13 millones. Ahora, con un patrimonio reducido a 500 millones de dólares, la Fundación no tiene ninguna intención de participar en la nueva ampliación de capital. Otro capítulo del final de la "senesità" de MPS.

Pero si podemos entender a la gente de Siena, lo que parece en marcha hoy en día es algo aún más grande: el final de la misma italianidad del Monte. Sólo el hecho de que entre los ocho bancos del consorcio a cargo de la recapitalización solo uno (Mediobanca) sea italiano, dice mucho acerca de lo que podría suceder.

Pero, más que eso, es el papel omnipresente de los hombres de JP Morgan. No puedo saber cómo saldrán las cosas, y lo que se ha dicho solo trasluce la dificultad de toda la operación. Sin embargo, todos sabemos cómo algunos hacen negocios durante la crisis. Y como en general los peces grandes se comen a los pequeños. El bocado de MPS puede tener espinas insidiosas, pero al final podría resultar interesante para aquellos que tienen una estrategia a largo plazo y, mientras tanto la sartén por el mango, lo que les permitirá obtener las mejores condiciones posibles.

Si la cosa acaba así, tendremos la confirmación de lo que hemos dicho muchas veces. Las políticas europeas, al poner de rodillas a la economía de naciones enteras, preparan el terreno para las adquisiciones extranjeras en muchos sectores. Entre ellos, el bancario está sin duda en la primera fila.

Veremos los próximos desarrollos, pero es bueno saber desde el principio que existe el riesgo de que tenga éxito el cerco desplegado por JP Morgan, siendo de hecho la alternativa más probable al fracaso de la operación de rescate puesta en marcha.

Economista, fue miembro de la dirección del PRC y actualmente milita en el Movimento Popolare de Liberazione.
Fuente:
http://www.sinistrainrete.info/politica-italiana/7773-leonardo-mazzei-monte-dei-paschi-di-siena-salvata-da-j-p-morgan.html
Traducción:
G. Buster

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