Ecuador: El gobierno desahucia a la CONAIE. Dossier

AAVV

21/12/2014

 

“En este edificio se ha defendido la democracia, es un símbolo de las luchas sociales y populares. La CONAIE es la casa de todos, y no permitiremos que se nos desaloje.”

 

El día 11 de diciembre el gobierno a través del MIES notificó a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) la terminación unilateral del comodato sobre el edificio que ocupa hace 30 años.

En rueda de prensa, acompañado de dirigentes indígenas nacionales y regionales, así como de representantes de otras organizaciones sociales, el presidente de la CONAIE Jorge Herrera expresó el rechazo del movimiento indígena a la terminación del comodato y orden de desalojar.

“Aquí se construyó la propuesta de la nueva constitución, aquí se dio vida a la propuesta del Estado Plurinacional. En este edificio se ha defendido la democracia, es un símbolo de las luchas sociales y populares. La CONAIE es la casa de todos, y no permitiremos que se nos desaloje” – dijo Jorge Herrera.

Esta es una acción de carácter colonial por parte del gobierno, que afrenta no solamente al movimiento indígena, sino al conjunto de las organizaciones sociales y populares, a quien esta casa les pertenece. Esta casa corresponde a la CONAIE, por lo cual no solo exigimos que se dé marcha atrás con esta orden de desalojo, sino que se entregue los títulos de propiedad a la organización. Si se han invertido 45 millones de dólares en la UNASUR, no existe argumento de la necesidad de esta infraestructura.

Nina Pacari, dirigente histórica del movimiento indígena y ex jueza de la Corte Constitucional opinó que “esto no se trata del comodato, sino que es una incoherencia por parte de un Estado que se dice plurinacional, y expresa la persecución política de este gobierno a los pueblos indígenas y a los sectores populares” y agregó “la CONAIE es posesionaria de esta casa, la recibimos siendo solamente un comedor y hemos construido dos pisos, y hecho mejor para que sirva a los pueblos y las organizaciones.”

La entrega de la sede de la CONAIE, fue parte de la compensación histórica. Al haber un estado uninacional, excluyente, racista, la legislación de la década de los noventa no permitía la entrega en propiedad y es allí que se decidió la figura del comodato, esta forma jurídica fue eso una formalidad, la casa de la CONAIE, es propiedad de las comunidades, pueblos y nacionalidades y de los pueblos del Ecuador.

El ex presidente de la CONAIE, Humberto Cholango presente en la rueda de prensa expresó que “si nos quitan, arrepentidos nos tendrán que devolver”. Y enmarcó estas acciones en un proceso de agravio a los derechos de los pueblos indígenas, en la eliminación de la educación intercultural bilingüe y de los derechos colectivos.

Datos:

El edificio está en posesión del movimiento indígena desde 1984, antes de la creación formal de la CONAIE.

El comodato entre el MIES y la CONAIE está en vigencia hasta el año 2021.

La CONAIE ha construido dos plantas del edificio entre otras mejoras sustanciales.

La fecha estipulada para el desalojo es el 6 de Enero de 2015.

Departamento de Comunicación de la CONAIE

 

 

Carta abierta de Boaventura de Sousa Santos al Presidente Rafael Correa

Señor Presidente:

Pasé todo el 30 de Septiembre de 2010 en la sede de la CONAIE junto a varios amigos, entre ellos Alberto Acosta y Humberto Cholango. Estaba en curso un levantamiento policial y Usted estaba retenido. Fueron largas horas de incertidumbre y de mucho debate. Había quienes argumentaban que su política hostil en relación a la causa indígena no daba ningún incentivo al movimiento para salir en su defensa. Había quienes pensaban – como yo, mis dos amigos mencionados y muchas otras personas –  que lo que estaba en juego era la sobrevivencia de la democracia y que, en ese momento, Usted era su garante. La discusión fue larga pero la decisión final fue muy clara: había que defender la democracia y hacer todo para que el Presidente regresase a Carondelet. Así se hizo y Usted regresó cansado pero recompensado de todos los riesgos vividos aquel día.

Salí satisfecho de la sede de la CONAIE. En aquella ocasión, como en tantas otras en el pasado, aquel edificio había sido el guardián de la democracia ecuatoriana. Para los que piensan, como yo, que las sociedades valen lo que valen las luchas colectivas de sus ciudadanos y ciudadanas por una sociedad más inclusiva y más democrática, las memorias de esas luchas son parte del patrimonio del país y no se borran nunca. Quienes imaginan lo contrario, acaban pagando un precio muy alto: son ellos los que son borrados de la memoria del pueblo.

Sin importar las justificaciones legales, expulsar a la CONAIE de su edificio es un acto injusto y políticamente insensato. Porque he sido solidario con Usted en tantas ocasiones, me pregunto en plural: ¿por qué desperdiciamos de manera tan desatinada una oportunidad única de transformar el Ecuador en una sociedad más justa, intercultural y plurinacional? ¿Cómo es posible dejar de ver que una oportunidad como esta no volverá en muchas décadas? ¿Cómo es posible que demos la espalda a una conquista de los pueblos como es el SumakKawsay? ¿Cómo podemos transformar tan fácilmente a adversarios con quienes deberíamos debatir en enemigos que se quiere abatir? ¿Cómo es posible que el código genético racista de la izquierda latinoamericana nos atropelle cuando menos lo imaginamos? Señor Presidente, sepa que, al expulsar a la CONAIE de su casa, expulsa a mucha más gente que inclusive no ha estado de acuerdo con ciertas opciones de la CONAIE en el pasado. Y sepa sobre todo que los sin techo son hoy en día un movimiento muy fuerte en nuestro continente. Los sin techo de la CONAIE darán qué hablar y seguirán haciendo historia.

12 de diciembre 2014

Boaventura de Sousa Santos es un reconocido científico social portugués, Director del Centro de Estudios Sociales y del centro de Documentación 25 de Abril de la Universidad de Coimbra.

 

Tres razones por las que CONAIE es dueña y custodia de la Casa Grande en Quito

Nada más alejado de algún acierto que esgrimir razones burocráticas y leguleyadas de segundo orden, para justificar lo injustificable en torno al destino del inmueble que hasta la actualidad alberga a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador CONAIE. El gobierno cometería uno de sus más graves errores en su escabrosa relación con los pueblos y nacionalidades indígenas del país, en caso de persistir el afán del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES). Vaya paradoja..! Un ministerio llamado a garantizar la inclusión y la interculturalidad asegura lo contrario, exclusión y decisiones etnocéntricas. 

Es importante que las autoridades encabezadas por el Presidente Rafael Correa Delgado, y alguien como la Ministra Betty Tola que lo conoce de sobra, que no se trata de cualquier casa o un simple bien inmueble, que consta en el inventario de activos de su Ministerio. 

Hay al menos tres razones superiores que deberían llevar de manera inmediata a revertir tan absurda y arbitraria decisión:

1. Compensación histórica.- Como todos los dirigentes y líderes de CONAIE lo recuerdan, el acuerdo establecido con el Estado en 1991, a través del Ministerio de Bienestar Social (MBS) de la época, encabezados por el Dr.Raúl Baca Carbo, fue en compensación histórica y apoyo al movimiento indígena, y una de las variadas formas y vías de establecer reparaciones a los pueblos indígenas  excluidos y oprimidos durante siglos en este país. Aún así, el Estado únicamente autorizó la ocupación de un local maltrecho y pequeño, que servía como comedor y tenía una sola planta con pocos metros de construcción. A lo largo de los años, las diferentes dirigencias de CONAIE movilizaron recursos y gestionaron para realizar adecuaciones de oficinas, salas de reunión, baños y levantaron dos pisos completos adicionales. Lo justo sería que el Estado culmine esa parte de la tarea: legalizando, formalizando la entrega en propiedad, tal como lo plantea el presidente de CONAIE Jorge Herrera.

2. Base material – fortalecimiento de la organización social y popular.- Más allá de las coyunturas políticas, sería muy importante que el Estado aproveche la coyuntura de su error, y coadyuve a los procesos de fortalecimiento organizativo de la sociedad civil, no entendidos –como cierto sector oficial quisiera interpretar- bajo la óptica de la cooptación o la lógica del clientelismo, sino desde una perspectiva de democracia deliberativa, de  respeto a la autonomía y el fomento de la autogestión, en un marco de vigencia plena del Estado Plurinacional y Constitucional de Derechos y Justicia, como reza el Art.1 de la Constitución, que está por encima del Código Civil y las otras razones “jurídicas” que esgrime el MIES. 

3. Icono y espacio de construcción de la democracia y el estado plurinacional.- La sede de la CONAIE es parte ya de la historia del país, como lo son otros espacios y edificaciones como la sede de CIESPAL, el paraninfo de la Universidad Andina Simón Bolívar, entre otros. La casa de CONAIE en distintas coyunturas posibilitó el encuentro y la construcción de propuestas para hacer frente la crisis bancaria, la lucha contra el neoliberalismo y los Tratados de Libre Comercio, así como el espacio donde se formularon propuestas claves que han influido en el quehacer del país, como el proyecto de Constitución en el 2007, uno de los insumos de mayor impacto en la elaboración de la Constitución de Montecristi. Incluso, como lo recuerda en su misiva Boaventura de Sousa Santos, un espacio donde intelectuales y líderes de distintos movimientos sociales han defendido la institucionalidad democrática como sucedió el 30S del 2010. 

Se podrían agregar muchas razones más, y todas ellas superan los actuales argumentos burocrático-legales del MIES. El Estado sin duda tiene la capacidad técnico-financiera para resolver sus urgencias de otra manera. De persistir en su absurda decisión,  quedará demostrado plenamente el afán retaliatorio y el ataque aleve contra CONAIE y todo lo que su organización representa para el país y los pueblos indígenas de América Latina.

Pablo Ortiz-T. es profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar

https://www.facebook.com/conaie.org/posts/871524002881905

Correa contra los movimientos sociales: Temor a la sociedad organizada

Raúl Zibechi

El gobierno de Rafael Correa ha dado un paso más, arriesgado y polémico, en su enfrentamiento con los movimientos sociales. Lo que está en disputa es el proyecto de país, una suerte de desarrollismo anclado en la minería, el petróleo y grandes hidroeléctricas encubierto bajo el mantra del “buen vivir”.

“Expulsar a la Conaie de su edificio es un acto injusto y políticamente insensato”, puede leerse en la carta abierta que el sociólogo portugués Boaventura dos Santos envió al presidente Rafael Correa. La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) es el más importante movimiento social del país y uno de los más destacados de América Latina. Ocupa su sede en la esquina de las avenidas 6 de Diciembre y Granados desde 1991, cuando el presidente Rodrigo Borja firmó un convenio de comodato con la organización.

“Tendrán que desalojarnos”, dijo la veterana dirigente quichua Blanca Chancoso. “Este es un derecho histórico de los pueblos indígenas.” La Conaie ha protagonizado varios levantamientos, desde junio de 1990, paralizando el país para colocar la cuestión india en el centro de las agendas de los sucesivos gobiernos. La confederación, que agrupa a más de 5 mil comunidades de la sierra, la selva y la costa, jugó un papel destacado en la caída de los gobiernos de Abdalá Bucaram en 1997 y de Jamil Mahuad, en enero de 2000, defenestrados en medio de manifestaciones masivas.

En abril de 2005 una movilización juvenil urbana, conocida como “los forajidos”, pero apoyada también por la Conaie, forzó la renuncia del coronel retirado Lucio Gutiérrez, quien había llegado al gobierno dos años antes. En Ecuador el protagonismo indígena y popular ha jugado un papel destacado en la deslegitimación del modelo neoliberal, abriendo paso a gobiernos progresistas y a una nueva Constitución (2008). Desde 2007 gobierna Rafael Correa, quien domina ampliamente al parlamento y cuenta con un poder judicial afín.

Temor a los movimientos

Las relaciones entre Correa y los movimientos sociales nunca fueron buenas. Desde que asumió su gobierno tuvo palabras muy duras hacia la Conaie, pero también hacia los ecologistas y más recientemente hacia los sindicatos. En marzo de 2009 el gobierno retiró la personería jurídica de la Ong Acción Ecológica, que existe desde hace más de 20 años, por haber “incumplido los fines para los que fue creada”. Una dura carta de Eduardo Galeano y la extensa solidaridad internacional convencieron al presidente de dejar la medida sin efecto.

Debe recordarse que hay casi 200 dirigentes y militantes indígenas acusados de desórdenes e incluso de terrorismo por hacer lo mismo que siempre hicieron los movimientos bajo el modelo neoliberal (bloquear carreteras, interrumpir mercados, realizar marchas y manifestaciones), un tipo de activismo del cual se beneficiaron quienes ahora ocupan el Ejecutivo. De modo que la animadversión mutua no es nueva, pero se agudizó en los últimos años.

La Conaie argumenta que el comodato de su edificio está vigente hasta 2021, pero el gobierno pretende desalojarlos el 6 de enero de 2015. En un comunicado del 15 de diciembre, la organización denuncia el carácter “colonialista” de la medida, ya que la sede fue entregada por el Estado como parte de la reparación histórica que les corresponde.

La actitud de Correa contrasta incluso con las relaciones que mantuvieron los movimientos sociales con algunos gobiernos durante el período neoliberal. El socialdemócrata Borja reaccionó negociando tras el levantamiento indígena del Inti Raymi en 1990, promoviendo la entrega de tierras a las comunidades, además de impulsar la alfabetización y la educación bilingüe.

En las últimas semanas el distanciamiento se convirtió en una mezcla de represión y acoso. El gobierno decidió poner fin a la Iniciativa Yasuní Itt, por la que se había suspendido la explotación petrolera en el parque nacional que lleva ese nombre, como compromiso del país contra el calentamiento global. Los ingresos no percibidos por Ecuador, se planteaba, serían compensados con aportes internacionales. El 15 de agosto de 2013 el gobierno decidió suspender la iniciativa, con lo que se puso en marcha un amplio movimiento que recogió 700 mil firmas para convocar un plebiscito, opción rechazada por el Consejo Nacional Electoral.

En noviembre la Conaie decidió secundar las protestas del Frente Unitario de Trabajadores (Fut) contra la reforma laboral que impulsa el gobierno y contra la intención de Correa de establecer la reelección presidencial inmediata en una reforma constitucional. El 4 de diciembre la cancillería negó la entrada a Ecuador a un grupo de parlamentarios alemanes que planeaban visitar diversos proyectos en el país y, particularmente, el Parque Nacional Yasuní.

¿Escalada o crisis?

En junio pasado Ecuador entregó a Goldman Sachs la mitad de sus reservas de oro para avalar un crédito de 400 millones de dólares. De ese modo regresó al financiamiento externo, sin ningún riesgo para el prestamista, precisamente por la prenda en oro. El gobierno está necesitado de fondos, precisa 700 millones de dólares para saldar obligaciones en el extranjero y otros mil millones que quiere invertir en hidroeléctricas.

Según el economista Óscar Ugarteche, “los cambios en la economía internacional están afectando a las economías latinoamericanas que se pensaban más allá de las restricciones externas” (Alai, 9-VI-14). Por el momento uno de los países más afectados sería Ecuador, pero en el paquete ingresan también Argentina, Venezuela y más recientemente Brasil. La caída de los precios del petróleo es un problema agudo para los tres primeros.

Hasta la prenda del oro, casi el único prestamista de Ecuador era China, que puso algunas condiciones, entre ellas la explotación del petróleo del Yasuní. Pero los problemas no quedan ahí. “Mientras el fondo de contingencia del Brics no se firme y se arme su observatorio económico para seguir y respaldar a las economías emergentes, es poco probable que haya otro actor que no sea el mismo Fondo Monetario Internacional el que dé estos avales”, sostiene Ugarteche. En suma, que las dificultades recién comienzan.

En este escenario poco propicio, todo indica que el gobierno quiere cerrar el frente interno. Las preguntas de De Souza, quien ha mostrado su apoyo a los gobiernos progresistas, parecen entonces pertinentes. “¿Por qué desperdiciamos de manera tan desatinada una oportunidad única de transformar a Ecuador en una sociedad más justa, intercultural y plurinacional? ¿Cómo es posible dejar de ver que una oportunidad como esta no volverá en muchas décadas?”, escribe en su carta. Y agrega: “¿Cómo es posible transformar tan fácilmente adversarios con quienes deberíamos debatir en enemigos que se quiere abatir? ¿Cómo es posible que el código genético racista de la izquierda latinoamericana nos atropelle cuando menos lo imaginamos?”.

La socióloga Natalia Sierra sostiene que “el gobierno ha configurado como enemigos de su proyecto a los pueblos y comunidades indígenas-campesinas y a los colectivos ecologistas” (Plan V, domingo 14). Es posible, como apunta, que los movimientos sociales hayan empezado a convertirse en “obstáculos” para los proyectos modernizadores y desarrollistas de los gobiernos progresistas. Esto permitiría entender las razones por las que enfilan sus baterías contra ellos, con mayor ardor aún que contra las derechas. Parecen no percibir que, al hacerlo, no hacen más que destruir las bases sociales que les permitieron ser gobierno.

Raúl Zibechi, periodista uruguayo, escribe en Brecha y La Jornada y es colaborador de ALAI.

Brecha, Montevideo, 19 de diciembre 2014

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